La menor no quiso casarse con un menor de su comunidad a cambio de 200 mil pesos, por lo que huyo, aunque después fue detenida.
En pleno 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la historia de Nayeli nos da una muestra más de la crisis que se vive en nuestro país en materia de matrimonios forzados, sobre todo con niñas que pertenecen a las comunidades indígenas en México.
Nayeli, de 14 años, huyó de su boda en Guerrero. No quería casarse con otro menor de edad de su comunidad a cambio de 200 mil pesos. Las autodefensas locales la metieron presa al reclamar su derecho de libertad.
Nayeli se casaría por 200 mil pesos
La pequeña Nayeli, con tan sólo 14 años, sería obligada por su familia a casarse con un menor de 15 años, perteneciente a la misma comunidad, a cambio de un pago de 200 mil pesos. El enlace sería avalado por el comisario municipal de Cochoapa el Grande, en Guerrero.
De acuerdo a medios como Debate, la pláticas para el matrimonio forzado comenzaron la semana pasada cuando los papás del menor de 15 años llevaron comida y bebida a la casa de Nayeli, para pactar la boda con sus padres. El domingo pasado, se realizó una fiesta también con comida y bebida para acordar que la fecha de la boda sería el lunes de esta semana.
El trato era que la familia del menor entregaría 200 mil pesos en efectivo a la familia de Nayeli tras el enlace matrimonial, sin embargo, la pequeña huyó para evitar ser vendida y casada de manera forzada. Tras la fuga de la niña, tanto los familiares como el menor comenzaron su búsqueda. Ella se había escondido en la casa de uno de sus amigos, quien también es menor de edad.
Autodefensas detienen a la niña
Al no encontrarla, los padres de Nayeli solicitaron la ayuda de las autodefensas para dar con el paradero de la menor, logrando ubicarla en la casa de su amigo. Ese día, encerraron en la cárcel de la comisaría del pueblo tanto a Nayeli como a su amigo. A él por esconderla y a ella por dos motivos: obligarla a casarse y en caso de no hacerlo, su encierro garantizaría que su familia pagara 56 mil pesos que representaron los gastos prenupciales de la familia del menor con el que la iban a casar.
Cuando autoridades de la Fiscalía Regional de Tlapa, en Guerrero y la Comisión Estatal de Derechos Humanos supieron del arresto, pidieron apoyo del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan. Fueron ellos los que dialogaron con los principales del pueblo para que los dos niños fueran liberados.
Debemos entenderlo, el matrimonio infantil forzado es un delito de trata en México, no es parte de una tradición en la comunidad indígena. Decenas de niñas son casadas contra su voluntad en Guerrero, personificando también la violencia contra ellas como mujeres.
