Ya son 7 años

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Fue en septiembre del 2015 cuando tomamos la determinación de buscar la independencia, dejar de escribir y trabajar para una empresa o para otros y dedicarnos de tiempo completo a un proyecto propio. Y nos topamos con La Jiribilla, un proyecto que era de un amigo y el cual él ya tenía decidido dejarlo y entramos al relevo asumiendo el reto de construir una columna política dedicada al análisis bajo la idea de ser completamente independientes, completamente claros.

En octubre 2 de 2015 fue cuando subimos las primeras notas, la primera columna. Han sido siete años absolutamente deliciosos, de escribir con absoluta libertad, con absoluta responsabilidad de lo que en “La Jirigrilla” se diga. No se presta la pluma, ni se escribe por contrato, somos responsables hasta de las faltas de ortografía, no hay más culpables, no hay “alguien detrás” y eso nos llena de orgullo decirlo.

El camino ha sido sumamente difícil, sumamente divertido, un esfuerzo de todos los días. Hemos tenido uno o dos años de viento en popa, muchos más han sido los años de tormentas, de vientos en contra, de viento de trabes, pero pueden estar seguros que fueron muchas más las risas que las lagrimas.

Hoy lo podemos decir sin presunción alguna, construimos una de las columnas más comentadas en la entidad. Y entendemos que eso es así, por la forma, por el estilo, por los temas tratados.

Al inicio, nos tacharon de “anti-duartistas”, de ser enemigos patrocinados para denostar al gobernador César Duarte. Luego, durante el sexenio de Javier Corral, nos acusaban de lo mismo, de que alguien nos pagaba para atacarlo, hoy nos dicen algo similar, quienes lo dicen de plano no entienden o simplemente no ven la realidad o les pasa que todo lo ven solo bajo el lente de sus propios intereses, de sus propias filias y fobias.

El análisis de la realidad lo hacemos así, sin filia, sin fobia, el gobernante en turno puede enojarse o no, sus funcionarios, comparsas, cómplices y colaboradores, pueden darse la explicación que más les cuadre desde su óptica, desde su burbuja lejana a años luz de lo que sí pasa en la calle.

Lo mismo nos pasa cuando se hace el análisis de las campañas electorales, de los candidatos, de los partidos políticos y es que la llamada “clase política” hoy sufre de tener la piel demasiado delicada, han perdido la capacidad de leer y soportar la critica y estallan en colera, sin entender que el ejercicio del columnista es analizar sus propuestas, sus hechos y el entorno, partiendo de la absoluta certeza de que lo que un columnista escribe no significa que eso vaya a cambiar el resultado de las elecciones y mucho menos la realidad, pues solo hacemos un ejercicio de análisis para explicarnos lo que ocurre, pues no militamos en ninguna causa.

El gran secreto de nuestro andar en “la tandariola”, es que hacemos lo que más nos divierte, lo que siempre hemos deseado hacer, lo que nos apasiona, lo que nos permite ser plenamente. Y a eso nos queremos seguir dedicando, en el mismo tono, en las mismas formas, con la misma claridad y de ser posible con menos faltas de ortografía.

El plan es “seguir continuando” y creemos que así será, solo Dios en su infinita bondad podría determinar otro rumbo, pues ya ve usted que uno propone, pero solo Él dispone.

Gracias a todos por su infinita paciencia para con este tundeteclas y este proyecto, ¡ya son siete!, quiera Dios y sean muchos más…