El PRI el gran derrotado en Estado de México…
Los resultados de la elección son drásticos…
Morena con malos candidatos no gana…
Gobernadora le urge estrategia de defensa…
Realyvazquez homicidio imprudencial…
No hay lugar a dudas los grandes derrotados en el Estado de México son, en primer lugar el PRI y en segundo Marcelo Ebrard.
Pero no hay que pensar que perdió “todo el PRI”, pues para muchos está claro que “Atracomulco”, es como la hidra del cuento aquel, es decir, pierden una cabeza y le nacen otras dos o más, pues el poder de negociación la tienen y ellos están hechos para ser parte del sistema y lo que es más obvio todavía, claro que el sistema los necesita y por eso negocian con ellos y solo hay que darle tiempo al tiempo y capaz que en breve veremos al hoy gobernador Alfredo del Mazo de embajador en algún país de Europa o cualquier otro paraíso para que disfrute de sus ganancias.
Tampoco “Alito” Moreno pierde, pues la derrota electoral en el Estado de México le viene como “anillo al dedo”, sobre todo porque le va a permitir romper la alianza y lograr su gran objetivo, ser el candidato a la presidencia de su partido y claro que no es para ver si gana la elección del 2024, su gran objetivo es cumplir con el adagio aquel de “partido chico, negocio grande”. Y es que él le puede vender a Morena sus servicios como falso opositor, de tal forma que rompe la alianza y ahora sí puede actuar como un verdadero comparsa de la 4T.
Hay quienes dicen que en el Estado de México perdió la “Alianza Opositora”, pero algunos pensamos que es todo lo contrario, pues ahora tienen los elementos suficientes para entender que el PRI no les suma gran cosa como partido aliado, que la suma es con los priistas que quieren ser oposición del Peje y que el mejor camino para las negociaciones es la ruta de los particulares y viendo región por región.
Es decir, hay que entender que tras el resultado de la Elección del Estado de México, el PRI se queda con dos gubernaturas nada más y con una capacidad casi nula de operar en muchos de los Estados, de tal forma que es imposible pensar que en una alianza total, le pudieran dar la segundas formulas al senado en todo el país y que hablando de primeras formulas solo podrían pedir las de esos dos estados y nada más.
Más o menos eso mismo pasa con las diputaciones federales y muchas, muchísimas de las locales. Y hablando de las alcaldías, el hecho claro es que algunos de los actúales alcaldes priistas que suspiran por una alcaldía, es que ven con mejores ojos una alianza con Morena que con el PAN. Es por eso que la gran posibilidad es que en el 2024 la alianza sea como la que vivimos los chihuahuenses en el 2021 con María Eugenia Campos como candidata del PAN a la gubernatura y varios de los grupos priistas de la entidad, que prefirieron “de facto” trabajar a favor de ella, aunque “de juris” no había una alianza con el tricolor.
Si las cosas caminan por esa ruta, habría que pensar que el PAN debe de asegurar una ruta que le permita hacer acuerdos con la sociedad, pues en la elección del pasado domingo quedó muy claro que los ciudadanos “dejaron solos a los partidos”, con una participación por debajo del 50% del listado nominal.
Hablando de las corcholatas el gran derrotado es Marcelo, pues la 4T se comprueba que puede ganar una elección con un candidato “duro”, que “no necesita” un candidato “razonable” o que cuente con votos de la oposición.
Algunos analistas ponían el énfasis en que si el Estado de México se perdía, la gran derrotada sería Claudia, pues a ella se le podría achacar la falta de votos en toda la región de influencia de la Ciudad de México, es decir la zona conurbada, pero como Delfina ganó, ergo, Claudia lleva parte de ese triunfo a su molino.
Quien no resulta ni perdedor, ni ganador, es Adán Augusto, pues al ser el más duro de las corcholatas, su posición sigue firme o cuando menos no hay que descartarlo del todo, mientras que Marcelo puede ser la gran opción del Peje para lanzarlo por los partidos aliados con la firme intención de arrebatarle los más votos posibles a la oposición y al mismo tiempo, darles vida artificial al PT y al Verde, como aliados electorales de la 4T.
En fin, con los resultados de ayer domingo, en verdad que el PRI se convierte en un partido menor, un partido de circunstancia, queda dividido y en calidad de posible despreciado para una alianza opositora. Al tiempo…
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Para quienes les gusta el análisis de los números, Delfina ganó en el Estado de México con una diferencia de 516 mil 186 votos a la candidata de la alianza Alejandra del Moral: La de Morena obtuvo 3 millones 268 mil 516 votos, según el ultimo conteo del PREP, mientras que Alejandra logró dos millones 752 mil 330 sufragios.
Pero resulta sumamente interesante, que en el 2017, en la pasada elección a gobernador, Delfina había logrado un millón 871 mil 542 votos, lo que de suyo significa que en seis años, Morena logró adquirir un millón 396 mil 974 votos, un crecimiento real en sus votantes del 74.64%, es decir, aumentó en tres cuartas partes su votación.
Pero además de eso, en el 2017, el PRI, el PAN y el PRD, compitiendo uno contra el otro, lograron sumar entre los tres, 3 millones 807 mil 800 votos, pues Alfredo del Mazo, ganó en ese año con 2 millones 40 mil 709 sufragios, Damian Zepeda obtuvo un millón 84 mil 571 votos y Josefina Vázquez Mota del PAN, apenas 682 mil 520 votos.
De tal forma que “la oposición”, perdió en el Estado de México un millón 55 mil 470 votos en seis años. De tal suerte que casi se puede decir que esa cantidad de votos se fue integra a Morena.
En más cuestión de números, Delfina logra el 49% del voto de los jóvenes de 18 a 25 años de edad, el 45% de los votos de los ciudadanos de 25 a 39 años de edad y el 42% de los votos de los adultos de 40 y más años de edad. Es decir, su fuerza electoral la tiene en el rango de edad más joven lo que le asegura a Morena “la continuidad” del voto para próximas elecciones.
Mientras que en la elección de Coahuila, Manolo Jiménez de la alianza logró 741 mil 731 votos, en segundo lugar queda Armando Guadiana de Morena, con 279 mil 894 votos, en tercero Ricardo Mejia del PT, con 173 mil 380 votos y en cuarto lugar Lenin Pérez del PVEM, con 76 mil 624 votos.
Es decir, en esa entidad la alianza opositora, que en esa elección jugo como “casa”, derrotó por una diferencia de 211 mil 833 votos a Morena, esto es si sumamos a toda la oposición que en ese Estado no compitió unida.
Dato interesante, de ese resultado, es compararlo con la elección a gobernador pasada, en donde el PRI con Miguel Riquelme el actual gobernador, ganó con 482 mil 891 votos, que el perdedor fue el panista Guillermo Anaya, quien consiguió 452 mil 31 sufragios. En tercer lugar, quedó el mismo Armando Guadiana, con 151 mil 657 votos, en cuarta posición se ubicó el candidato independiente Javier Guerrero, con 105 mil 41 votos, mientras que el PRD con Mary Telma Guajardo, levantó 21 mil 111 votos y el PT con José Ángel Pérez solo consiguió 19 mil 198 votos.
Es decir, “la oposición” -PRI, PAN y PRD- que hoy compitió en bloque, hace seis años había conseguido 956 mil 33 votos, de tal forma que en esta elección ellos “perdieron” 214 mil 302 votos.
Morena, sumando su voto al de sus aliados, que en esta elección fueron cada quien por su lado, consiguió 529 mil 898 votos más que en la elección de hace seis años y de esos, prácticamente Morena logra un aumentó de su votación con 128 mil 237 votos en comparación con ese año. Es decir, un crecimiento real de más del 80% de su votación, mientras que la suma del PRI, PAN y PRD, “perdieron” más del 20% de sus votos.
Es por eso que la alianza opositora de inmediato se inventó la teoría de que en estas elecciones del pasado domingo el que ganó fue el INE y con esa media verdad, se sacan de encima el análisis serio de quien gana y quien pierde en la sumas y restas de los votos de los ciudadanos…
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Con su triunfo en la elección de ayer domingo en el Estado de México, Morena llegará a la elección presidencial del año entrante gobernando a poco más del 71% de la población y en cuanto asuma la maestra Delfina Gómez la gubernatura, la 4T será gobierno estatal para más de 90 millones de mexicanos en 23 entidades del país.
Para quienes quieren hacer análisis rápidos y sobre las rodillas, habría que decirles que antes del 2018, Morena no gobernaba ningún estado y que sus candidatos en Coahuila y el Estado de México, perdieron en el 2017, cuando “apenas” lograron dos millones 23 mil 199 votos, mientras que en esta elección crecieron a tres millones 778 mil 414 votos, un crecimiento real del 86.75% de su votación, es decir casi la duplicaron.
En el 2018 la ola que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, les permitió ganar cinco de las nueve gubernaturas que estaban en juego: CDMX, Chiapas, Morelos, Tabasco y Veracruz.
En ese año, el PAN retuvo la gubernatura de Puebla, pero tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso, en la elección extraordinaria la ganó Morena con Miguel Barbosa.
En el 2021, Morena consiguió otras 11 gubernaturas de las 15 que estaban en juego: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
Con esos estados, sumado el triunfo del PVEM en San Luis Potosí, contabilizaban 17 gubernaturas y gobernaban a poco más de 58 millones de mexicanos, algo así como el 46% de la población total del país.
Para 2022, Morena gana cuatro de las seis gubernaturas en juego: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Y en total gobernaba a más de 73.8 millones de habitantes, es decir, el 58% de la población.
Para el 2024 el PAN tendrá cinco gubernaturas; MC, dos y el PRI Coahuila y Durango. Ese año estarán en juego cinco de las entidades gobernadas por Morena: CDMX, Chiapas, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz.
Ahora bien, hay cuatro elecciones que Morena debe de ver como una lección que deben de aprender, Chihuahua 2021, Durango y Aguascalientes 2022 y Coahuila 2023.
En el caso de nuestra entidad fue claro que el candidato Juan Carlos Loera de la Rosa era el candidato con mayor identificación partidista e ideológica de la 4T, que él era el candidato mas cercano al Peje, pero no era el candidato idóneo para la calle y perdió.
En el caso de Durango, se puede decir que la ex priista Marina Vitela conjuntaba muchos aspectos positivos, como lo es juventud, buena estampa y discurso, pero había serios señalamientos de corrupción en su contra de cuando fue alcaldesa de Gómez Palacio y en el caso de Nora Ruvalcaba Gámez en Aguascalientes, las acusaciones contra su hija por lavado de dinero y otras corruptelas pesaron mucho y perdió la elección.
Y ahora Armando Guadiana, en Coahuila, de plano hay que decir que es un personaje de lo más impresentable que tiene Morena y vaya que en su fauna política tienen muchos impresentables para escoger.
El caso es que a Morena le debe de quedar claro que no es cierto que “hasta con el burro Chon” ganan elecciones, que hay circunstancias en lo local, que los pueden llevar a la derrota. Pero la oposición también tiene que entender que en este momento cualquiera de las corcholatas gana la elección presidencial y por eso deben de hacer una ruta ciudadana y campaña de rompe y rasga para que el candidato que ellos lancen, tenga alguna oportunidad…
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A quién le urge una estrategia de defensa es a la Gobernadora Maria Eugenia Campos, quien ya tiene varias semanas bajo fuego tupido.
Si se hace un análisis serio, bien se puede decir que desde el pasado 8 de marzo, en redes sociales le han dado café cargado con tres temas específicamente.
Primero lo de su relación amorosa, asunto que en verdad no debería de ser tema de importancia general y que por ese motivo, perdió “impacto” en las redes sociales, pero le generó negativos, sobre todo por la presencia de Víctor Cruz en varios eventos en Palacio a los que regularmente no asistía y por la versión de que él va ser favorecido con contratos y esas cosas. Y el tema lo dejaron crecer sin presentar defensa alguna.
El segundo ataque fue el video de su participación en un evento de campaña de Alejandra del Moral, el cual quedó sin respuesta, pues en Palacio dejaron que en redes sociales y en varios medios, incluso en televisión nacional y diversos espacios se hiciera mofa de la Gobernadora. Burla que sus contrincantes han hecho crecer enormemente en las redes acusándola de mantenerse “enfiestada” de forma permanente
El tercer ataque durísimo en su contra, es la nota de supuestos viajes a las Bahamas y otros destinos paradisiacos en días hábiles.
No hay una estrategia de defensa y la agenda de la Gobernadora no alcanza para frenar esos rumores que crecen de forma exponencial en las redes sociales. A ella y a su equipo les urge modificar la agenda de su presencia en la entidad y dos, la capacidad de respuesta en redes y medios, de lo contrario sus negativos pueden crecer y de cara al 2024, eso sería muy duro para sus planes para la segunda mitad de su mandato. Ojo al parche, que la llanta puede reventar…
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Hablando de llantas que revientan, muchas versiones corrieron en torno al accidente del comandante Realyvazquez en la autopista Juárez-Chihuahua el pasado domingo. Accidente en donde perdieron la vida su hermana y su sobrina y que desde este espacio enviamos nuestras condolencias a su familia.
Esas versiones incluso llegaron a señalar un supuesto atentado y que había más vehículos involucrados.
Pero el hecho fue una muy mala combinación, como lo es la alta velocidad, una camioneta blindada y por ende muy pesada, malas llantas en el vehículo y un bache en la carretera, que al caer el vehículo en él, generó la explosión de la llanta y tras ello el accidente fatal.
Ahora bien, independientemente de la tragedia y de que fue un accidente, quien era el chofer del vehículo debe de enfrentar cargos por homicidio imprudencial y la autoridad debe de deslindar las responsabilidades. Y es que no puede ser posible que un vehículo oficial sea manejado de manera imprudencial y menos que quien lo hace, hasta presuma en sus redes sociales que ha llegado a alcanzar los 200 kilómetros por hora en esa carretera.
Insistimos, es una tragedia horrible para cualquier familia, pero el hecho es un homicidio imprudencial y así debe de ser tratado…
