Jueces cívicos del municipio: Comprometidos con la impartición de la justicia

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Son 15 jueces los encargados de impartir la justicia administrativa en el municipio de Chihuahua, quienes, con gran profesionalismo y conocimiento en la materia, aplican y hacen valer el Reglamento de Justicia Cívica, principal documento que regula el orden y la civilidad en la ciudad.

Los jueces cívicos del municipio, 10 mujeres y 5 hombres, son abogados altamente preparados, nombrados y ratificados por el propio Cabildo y el alcalde Marco Bonilla Mendoza, cuya aprobación está basada en la transparencia, capacidad, criterio e inteligencia de cada uno de ellos para ocupar dicho cargo.

Estos juzgadores cargan en sus hombros la enorme responsabilidad de ser quienes decidirán si una persona acusada de una falta administrativa quedará tras las rejas de las comandancias preventivas, pagará una multa económica, saldrá libre o resarcirá el daño con trabajo en favor de la comunidad, sin contar aquellos casos en que existe la presunción de un delito, en cuyo escenario deberán ser turnados a los ministerios públicos del fuero estatal o federal, según el tipo de ilícito, para realizar la ulterior investigación.

Además, como parte de las bondades que ofrece el nuevo reglamento, deben permanecer al tanto de las necesidades de cada persona que es arrestada para, junto con los psicólogos del área, determinar las causas raíz que pudieran estar provocando la negativa conducta en ellas y brindarles el apoyo que los haga salir de la situación conflictiva en que se encuentran, sea por medio de terapias psicológicas o psiquiátricas, internamiento en algún centro rehabilitatorio, etcétera.

Aunado a los conocimientos como especialistas en Derecho, las y los jueces cívicos han sido preparados por personal experto del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua y de otras instituciones, en temas como juicios orales, justicia alternativa, responsabilidades de los juzgadores, derechos humanos, ética profesional, y muchos más, que refuerzan sus labores al servicio de los chihuahuenses.

La honestidad e imparcialidad son dos principios que distinguen a los jueces cívicos y a los cuales deben ceñirse para poder realizar las audiencias que se llevan a cabo diariamente de manera pública y transparente en las nuevas salas adaptadas para este efecto en ambas comandancias, siempre apegadas a las normativas legales y a los derechos humanos de hombres y mujeres que son llevados ante ellos por diferentes circunstancias.

Sharon Antillón, quien se desempeña como jefa de estos servidores públicos, explica que en sus inicios como juez le tocó aplicar el anteriormente llamado “Bando de Policía y Buen Gobierno”, el cual resultaba ya obsoleto debido al avance de las nuevas modernidades y que fue sustituido por el nuevo reglamento.

“Ser juez representa un enorme orgullo para mí y para mi familia, la cual me admira y me respeta por la labor que realizo. He tenido la oportunidad de evolucionar en la Dirección de Seguridad Pública hasta llegar a convertirme en coordinadora ejecutiva. Los jueces cívicos somos equiparables a los jueces del fuero estatal o federal, pero dentro de la demarcación municipal y enfocados en la punición de faltas consideradas como menores, lo que implica una gran responsabilidad”, expresó la funcionaria.

El municipio de Chihuahua ha sido reconocido a nivel nacional, no sólo por ser de los pioneros en la aplicación del Modelo de Justicia Cívica, cuyos beneficios se han visto palpados en las miles de audiencias y acuerdos que a la fecha se han realizado, sino además por la calidad y profesionalismo de los jueces que lo integran, dando certeza a los ciudadanos de que cuentan con personas preparadas y plenamente aptas para desempeñar tan importante encomienda.

Testimonio de un caso real:
“Recuerdo el caso de Juan, un joven con problemas de cólera que me tocó atender cuando me encontraba en mi turno y a quien le ofrecimos opciones de ayuda para superar su problema. Posteriormente me enteré que después de pasar por un proceso difícil, abrió su propia carpintería. Eso me dejó una satisfacción tan grande, que no me cabía en el pecho”.