Garantizar la atención nutricional de menores diagnosticados con enfermedad terminal

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Desde el Congreso del Estado, he propuesto una iniciativa de protección nutricional enfocada a niñas, niños y adolescentes que enfrenten enfermedades terminales.

Es así, que en este sentido incorporaríamos al artículo 56, de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Chihuahua, un párrafo para afianzar este marco legal.

Esto ya que requieren cuidados especiales, una atención personalizada y específica, en cada una de las condiciones que sea el caso.

Será a través de la Secretaría de Salud, que se aplique una estrategia basada en cinco ejes:

Evaluación y seguimiento continuo, planificación de dietas individualizadas, apoyo emocional y psicológico, coordinación interdisciplinaria del equipo de atención médica y educación y capacitación.

Con lo anterior, se puede asegurar una estrategia que involucre tanto a autoridades como a las familias.

Ya que una alimentación adecuada durante la enfermedad terminal, y saber cómo manejar los posibles efectos secundarios del tratamiento y las complicaciones relacionadas con la nutrición, son aspectos fundamentales.

La atención a la destrucción, de por sí ya enfrenta un duro reto para los gobiernos, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Ensanut 2022 señala que la desnutrición infantil y otras deficiencias se ubican entre las enfermedades más comunes, mientras que el Registro de Defunciones por Entidad y grupo etario revela que la desnutrición y otras deficiencias se enlistan en las diez principales causas de muerte de niños y adolescentes.

Existen datos como los señalados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en los que se estima que de 130 mil habitantes de municipios en la sierra, hasta un 40 por ciento padece anemia y/o desnutrición, ya sea leve, moderada o severa.

Agrega que la mayor parte de los afectados son mujeres de entre los 25 y menores de 30 años; niñas y niños de los 6 a los 12 años de edad y adolescentes de 13 a 17 años.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que a nivel nacional los problemas que afectan a los pueblos indígenas en condiciones de pobreza extrema y de exclusión social, son la elevada prevalencia de desnutrición crónica y anemia.

El Coneval establece que, a nivel nacional, las poblaciones indígenas son el grupo que más padece anemia, por lo que se le considera un problema de salud, derivado de la falta de acceso a la alimentación suficiente y variada o equilibrada, y a la falta de acceso a la atención médica.

En resumen, garantizar la atención nutricional de niñas, niños y adolescentes que enfrentan enfermedades terminales requiere un enfoque integral y personalizado que aborde sus necesidades específicas de manera compasiva y efectiva.

Al proporcionar una atención nutricional adecuada, se puede mejorar la calidad de vida del paciente y ayudar a que enfrenten la enfermedad con mayor comodidad y dignidad.

Esto ya que en innumerables situaciones, los menores no cuentan con un seguimiento en su alimentación, lo que eleva situaciones de agravamiento de la enfermedad.