El fomento de la apicultura o la crianza de abejas impulsada por los gobiernos y el sector privado, en una gran alianza colaborativa es una estrategia sumamente valiosa y necesaria en nuestros días.
Al ser la apicultura, una herramienta fundamental para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible para la entidad, si se trabaja de la mano, tendremos un futuro más próspero y de respeto con el ambiente.
De igual manera, el trabajo conjunto potenciará el potencial de la apicultura para impulsar la polinización, la producción de miel y la educación ambiental.
Hemos propuesto desde el Congreso, adicionar al articulado de la Ley de Ganadería del Estado de Chihuahua, una fracción al Artículo 5: fomentar en coordinación con las organizaciones de apicultores, la sociedad civil, sector privado y organizaciones ambientalistas, la conservación y desarrollo de la apicultura en el Estado.
En el mundo existe un alertamiento que se ha extendido a través de científicos y especialistas sobre una catástrofe de niveles apocalípticos de extinguirse las abejas.
Y es que estos insectos, al polinizar plantas, aseguran la producción de alimentos, tanto para la fauna silvestre como para los seres humanos. Además, su labor de polinización es crucial para la producción de frutas, verduras y cultivos, lo que contribuye a la seguridad alimentaria.
En nuestro país, la apicultura es una de las actividades de mayor relevancia por el impacto que tiene en el desarrollo sostenible, siendo las abejas meliponas la especie nativa de México.
Estas son de vital importancia debido a su función como polinizadoras de plantas de interés como el café, el chile, variedades de granos, semillas y frutos.
El estado de Chihuahua ocupó el 17vo. lugar en 2020 en producción de miel a nivel nacional según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de 2021.
Sin embargo, la actividad tiene un alto potencial de crecimiento debido a la extensión territorial de la región, además de presentar un amplio mosaico de tipos de vegetación que se presentan en un gradiente desde el subtropical hasta el árido.
En algunos estados como Sinaloa, Chihuahua y Coahuila, la polinización por abejas como servicio en la producción agrícola, especialmente de frutales, se ha convertido en una fuente alterna de ingreso para muchos apicultores, quedando como actividad secundaria la producción de miel y demás productos secundarios.
Sin embargo, los apicultores enfrentan varios embates; entre ellos se encuentran los fenómenos agro-meteorológicos catastróficos y la baja adopción de tecnología.
Además, la limitada información de los apicultores en el estado de Chihuahua no permite desarrollar estrategias diferenciadas por tipo de productor o el grado de desarrollo de su sistema de producción.
La colaboración entre los diversos actores involucrados en la apicultura puede llevar a una serie de beneficios:
Transferencia de Conocimientos: Los apicultores pueden compartir sus conocimientos sobre prácticas sostenibles y técnicas de manejo con otros, incluyendo a agricultores locales.
Acceso a Recursos: La alianza puede movilizar recursos financieros y técnicos para mejorar la infraestructura apícola, la investigación y la capacitación.
Promoción de Prácticas Sostenibles: Se pueden promover prácticas apícolas sostenibles que minimicen el impacto ambiental y fomenten la salud de las abejas.
Desarrollo de Mercados: La alianza puede facilitar el acceso a mercados locales y globales para los productos apícolas.
En diversas regiones del mundo se han implementado exitosamente proyectos de colaboración entre apicultores, sociedad civil, sector privado y organizaciones ambientalistas. Estos proyectos han impulsado la apicultura sostenible, la conservación de los polinizadores y el desarrollo económico de las comunidades locales, de ahí su alta importancia.
