Miércoles de ceniza: ¿Alguna vez te has preguntado de qué está hecha la ceniza?

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Como cada año, comienzan las celebraciones de Semana Santa con el miércoles de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma.

El ‘Miércoles de Ceniza’, según el catecismo de la Iglesia Católica, es el sacramento de la reconciliación que dio origen a la ceremonia de la imposición de la ceniza, que representa el que te arrepientes públicamente de haber ofendido a Dios y simboliza el compromiso de hacer penitencia y cambiar.

Esta ceremonia marca el inicio de la Cuaresma, tiempo en que los creyentes se preparan espiritualmente para Semana Santa.

La ceniza es entonces, el signo para reconocer a los pecadores, es por ello que tradicionalmente se coloca una cruz en la frente con la ceniza y quien la coloca, dice la frase “arrepiéntete de tus pecados y cree en el Evangelio”; aunque en la actualidad, hay párrocos que solamente colocan un poco de ceniza en la base de la cabeza e instan a los creyentes a rezar para pedir por el perdón de sus pecados.

¿De qué hacen la ceniza para el miércoles de ceniza?

La ceniza que reciben los fieles proviene de las palmas bendecidas durante el Domingo de Ramos del año inmediato anterior. Dichas palmas son rociadas con agua bendita y aromatizadas con incienso, después son quemadas y sus cenizas se preservan para la ceremonia del miércoles de ceniza.

En algunas iglesias, también se queman estampas religiosas desgastadas para darle otro valor a la ceniza, ya que en algún momento las estampas sirvieron para evocar a Dios o la intercesión de los santos.

Con esto, se le da un mayor significado a la ceniza, tanto espiritual como simbólico, y debe recibirse con respeto e importancia para quienes son creyentes de la religión católica. Además, como ya se mencionó, marca el inicio de la cuaresma, la cual indica que no sólo se pueden hacer ayunos de alimentos y la abstinencia de la carne roja, sino también otras actividades que representen un sacrificio dejar de hacerlas, por ejemplo, dejar de ver televisión, o de escuchar música, o de asistir a fiestas, o no decir groserías desde el miércoles de ceniza hasta el domingo de resurrección, que marca el término de la Semana Santa.