La obra que Van Gogh amó a pesar de que todo el mundo la odiaba

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El artista es conocido por sus hermosas pinturas llenas de color. Sin embargo, uno de sus primeros cuadros, más oscuro y grotesco, tenía un lugar especial en su corazón.

Cuando pensamos en Van Gogh, seguramente nos viene a la mente su colorido Autorretrato, o tal vez La noche estrella, incluso el famoso cuadro de Los Girasoles. Vaya, pensar en Van Gogh es sinónimo de color al menos cuando se trata de sus obras, porque su vida es otro caso totalmente.

Sin embargo, no siempre pintó con tanto color. De hecho, una de las primeras obras del artista era más sombría y oscura, se trata de Los comedores de patatas. Si uno la viera, no pensaría que pertenece a Van Gogh, pero para el pintor esta fue de sus obra favoritas, aunque él era el único que pensaba así.

Análisis de Los comedores de patatas

En este cuadro, que usa colores más oscuros de los que imaginamos, se puede ver a cinco personas alrededor de una mesa comiendo papas. Sus rostros toscos y deformes, con manos huesudas y facciones desfavorables, no podrían describirse como bellos.

Por eso la pintura no tuvo éxito, nunca la logró vender y cualquiera que la viera la criticaría fuerte y negativamente. Pero aun así, Van Gogh le tenía un enorme cariño, como lo menciona Bregje Gerritse, conservadora del museo de Van Gogh:

«Él no buscaba la perfección técnica con su cuadro (…). Para él, el cuadro era un éxito, y aunque no usó el término ‘obra maestra’, la consideró similar a Los girasoles, su Dormitorio en Arlés o La Berceuse».

Cinco figuras humanas y deformes comiendo papas

El fracaso del cuadro

Con esta pintura, Van Gogh pretendía saltar al éxito, pero el recibimiento no fue nada bueno. Ni siquiera su hermano Theo, comerciante de arte, se atrevió a venderlo, optando por dejarlo en la chimenea, olvidado.

Igualmente el pintor Anthon van Rappard, amigos de Van Gogh, lo criticó de tal forma que su amistad terminó: «¡Venga ya! Creo que el arte es demasiado relevante como para tratarlo con tanta arrogancia».

Años después, Van Gogh iría a París para aprender nuevos métodos, técnicas y desarrollar un estilo completamente distinto, logrando crear su pintura de los girasoles que finalmente le permitió llegar a la fama. Pero incluso cuando se convirtió en un pintor más reconocido, el lugar que este cuadro tuvo en su corazón no cambió.

‘Este es mi mejor trabajo’

El mismo pintor le contó en una carta a su hermana Guillermina que, genuinamente, pensaba que este era su mejor cuadro. Y es que lo que buscaba no era algo estético o bello, sino una representación cruda, pero sobre todo real de la vida campesina.

Dicen que los artistas plasman sus emociones en sus obras, y el momento que vivió Van Gogh mientras pintaba Los comedores de patatas fue tormentoso para el artista: era 1885 y se encontraba con sus padres den Nuenen.

A pesar del claro rechazo del mundo hacia su pintura, Van Gogh nunca se rindió con ella, y durante toda su vida la siguió promoviendo y presentando, incluso pensando recrearla en algún momento de la vida.

Autorretrato de Van Gogh

Hoy en día es de las obras más reconocidas del pintor.