Japón se prepara para verter el agua radioactiva tratada de Fukushima de vuelta al océano

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Se espera que se agosto el mes en el cual Japón comience a verter el agua radioactiva tratada, contaminada después del terremoto y tsunami de 2011.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha anunciado que, luego de una revisión de dos años, ha podido evaluar el cumplimiento de las normas de seguridad mundial por parte de Japón para el proceso de liberación del agua radioactiva de Fukushima Daiichi. Con base en ello el Gobierno nipón se alista, según informes del diario Nikkei, para devolverla al mar en agosto.

Severamente dañada durante el terremoto y consecutivo tsunami del año 2011, la planta nuclear de Fukushima se vio inundada ese día por litros y litros de agua proveniente del mar, misma que de inmediato quedo contaminada.

Durante el mes de enero, de acuerdo con un reportaje de Chang-Ran Kin para Reuters, el Gobierno japonés ya había hecho el anuncio de sus planes para bombear el agua tratada de regreso al océano “al rededor de la primavera o el verano”. Sin señalar una fecha exacta y hasta contar con la aprobación oficial de la OIEA, Japón planea verter gradualmente el agua al océano en un plazo de entre 30 a 40 años.

La visita del jefe del Organismo Nuclear de la ONU a la planta de Fukushima

El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Mariano Grossi, hizo su arribo a Japón el martes 4 de julio del año en curso, 2023, con el fin de revisar los preparativos finales para la descarga de las aguas residuales radioactivas tratadas por parte de ese país hacia el Océano Pacífico.

En palabras previas a la llegada de Grossi, el ministro del Exterior japonés, Yoshimasa Hayashi dijo que la presencia del funcionario es relevante porque:

“Japón atribuye gran importancia a las gestiones del OIEA, que cumple un papel importante en la promoción de la no proliferación nuclear y los usos pacíficos de la energía nuclear. Esperamos fortalecer aún más los lazos de Japón con el OIEA mediante esta visita.

En declaraciones de Rafael Grossi, emitidas el martes, el plan tendrá un impacto “radiológico insignificante en la gente y el medio ambiente”.

La postura de los críticos

Contando con el visto bueno del Organismo Internacional de Energía Atómica, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, señaló el martes 4 de julio a medios de comunicación su voluntad de conseguir la aceptación tanto de la comunidad nacional como de la internacional.

Sin embargo, varios sindicatos de pescadores japoneses ya han manifestado su descontento con el plan, puesto que lo ven como perjudicial a la reputación de los productos alimenticios provenientes de su país. Esto frente al temor que muchas otras naciones ya expresan ante la posible radiación de los mismos.

En palabras de Park Hee-jun, un pescador surcoreano, para la BBC:

“El gobierno aplica una política fuerte de no tirar basura al mar… Pero ahora el gobierno no está diciendo ni una palabra (a Japón) sobre las aguas residuales que fluyen hacia el océano.

Y agregó:

“Algunos de los funcionarios dicen que debemos quedarnos callados sino queremos que los consumidores se sientan aún más ansiosos. Yo creo que es una tontería.

De igual forma, otros tantos países vecinos, encabezados por China, se han sumado a la preocupación por la liberación del agua en el océano, arguyendo su preocupación por posibles daños al medio ambiente.

A pesar de dichas preocupaciones, Japón, de acuerdo con Reuters, afirma que el tratamiento de filtración del agua ha eliminado la mayor parte de elementos radiactivos:

“Excepto el tritio, un isótopo del hidrógeno difícil de separar del agua. El agua tratada se diluirá muy por debajo de los niveles de tritio aprobados internacionalmente antes de ser vertida al Pacífico.