Frontera norte de México, reflejo de una nueva crisis humanitaria por oleada de migrantes

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El Gobierno desconoce cuántos migrantes hay en Ciudad Juárez debido a que centenares llegan sin registro cada día.

La frontera norte de México refleja la nueva crisis humanitaria que vive el país ante una nueva oleada migratoria, que ha derivado en suspensiones de trenes de carga por accidentes con migrantes, protestas y el choque de extranjeros con autoridades mexicanas y estadounidenses.

El problema se centra principalmente en la zona metropolitana de Juárez y El Paso, Texas, donde ya se ha instalado un campamento de 500 migrantes en ese lado del río Bravo.

También ha propiciado la pérdida de millones de dólares en cargas de mercancías varadas por la baja capacidad de las aduanas, mientras que a la par de la llegada masiva de un mayor volumen de migrantes que vienen de Centroamérica y el Caribe, crece la convicción entre ellos de que alcanzar el “sueño americano” se ha vuelto más fácil.

El viernes, tras una reunión entre los representantes de los tres niveles del Gobierno mexicano, vehículos de Migración y de la Policía Municipal recorrieron el río Bravo, donde se agrupan los migrantes, llevándose a quien no presentó un permiso legal para acreditar su estancia en el país.

El Gobierno de México no tiene una estimación sobre cuántos migrantes existen en la fronteriza Ciudad Juárez, debido a que centenares de ellos llegan sin registro cada día y se desconoce cuántos logran entrar a Estados Unidos.

Activistas señalan que los albergues están a su máxima capacidad, con casi 2,400 personas esperando una cita con autoridades migratorias para regularizarse, mientras que hay más de 5,000 viviendo en casas rentadas, construcciones abandonadas y en situación de calle.

Ivonne López de Lara, coordinadora de Derechos Humanos de la Casa del Migrante, uno de los albergues que reciben a las personas en movilidad, indicó que siempre se habla de una crisis humanitaria, “ya que no estamos preparados para tener a tantos migrantes en esta frontera”.

“Los tres niveles (de Gobierno) tienen que plantear un programa o una reforma donde limiten estas situaciones, ya que está perjudicando a la población de Ciudad Juárez porque no pueden llevar un control y/o pueden organizar a los migrantes, ellos vienen de sus lugares de origen por necesidad y no por gusto”, agregó la activista.