El tipo de cambio podría cerrar 2023 en niveles de 16 pesos por dólar y esta es la clave

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XPInvestments dijo que el crecimiento de las remesas explica casi la mitad de la apreciación del peso, estima que el tipo de cambio llegaría a 16.95 al final de 2023.

El peso está a punto de romper la barrera de los 17 pesos por dólar, sin embargo, analistas empiezan a considerar que el tipo de cambio podrían cerrar el año en niveles de 16 unidades por billete verde; aun a pesar de que el Banco de México recorte la tasa de interés, disminuyendo la brecha con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ¿Qué lo mantendría en este rango?

De acuerdo con CiBanco, el peso esta semana continuará muy dependiente de la especulación sobre los futuros pasos de la Fed, así como a la reunión de política monetaria de Banxico, es muy probable que la autoridad mexicana deje sin cambios su tasa de fondeo, por lo que podría fluctuar entre los 16.90 y 17.30 pesos por dólar en el mercado spot.

Asimismo, Banorte considera factible que la moneda mexicana “perfore el nivel psicológico de 17.00 por dólar” a lo largo de esto días y busque nuevas resistencias, por lo que estima un rango de operación entre 16.80 y 17.40 pesos por dólar.

Sin embargo, XPInvestments estima que el peso podría cerrar el año en niveles de 16.95 por dólar, incluso si el Banco de México recorta su tasa; aunque si la inversión de cartera mejora el tipo de cambio alcanzaría los 16.30 pesos por dólar.

En este sentido, la firma recuerda que, desde diciembre de 2018 hasta la fecha, la moneda mexicana se ha fortalecido alrededor de un 30% en términos reales, según el Tipo de Cambio Real Efectivo Amplio de Citi y se ha acercado a los niveles de 17.00, cifras que no se veían desde 2015.

“La narrativa detrás de este desempeño ha girado en torno a los sólidos fundamentos macroeconómicos (buenas cuentas fiscales, un banco central independiente, etcétera) combinados con la expectativa de que el potencial nuevo nearshoring relacionado la inversión podría comenzar a fluir hacia el país, ha generado un buen sentimiento de los inversores”.

XPInvestments precisa que las remesas, la inversión de cartera y la tasa diferencial con los Estados Unidos son algunas de las variables explicativas más relevantes detrás de la apreciación del peso, mientras que los flujos relacionados con el comercio y la Inversión Extranjera Directa no son estadísticamente significativos.

El crecimiento de las remesas explica casi la mitad de la apreciación del peso mexicano en los últimos cinco años. Estimamos que 9.7 puntos porcentuales de la apreciación del peso se explican por los mayores flujos de remesas ( con un crecimiento de 26 mil millones de dólares contra 2018)”, indica.

Asimismo, expone que la inversión de cartera, aunque estadísticamente significativa, ha sido bastante volátil con periodos de salida en los últimos dos años, por lo que no se han observado flujos relevantes en este periodo.

En tanto que el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos podría representar 4.28 puntos porcentuales mientras que los 5.84 puntos restantes podrían explicarse por otros factores, incluido el sentimiento de los inversores.

De hecho, la firma detalla que durante el auge de 2012 en el llamado “Mexican Moment” el tipo de cambio estuvo impulsado principalmente por la inversión de cartera, no obstante, esta vez el peso más fuerte se debe principalmente a remesas más fuertes y tasas más altas.

“En el futuro, la nueva inversión esperada y las remesas estables podrían llevar el tipo de cambio a 16.95 al final del año, incluso con Banxico recortando tasas antes que la Fed… En un escenario en el que mejore el sentimiento y se observen flujos de cartera más fuertes, el peso se fortalecería aún más. Para tener una idea, si la inversión de cartera se comporta como lo hizo durante 2012, el tipo de cambio podría llegar a 16.30, según nuestras estimaciones”.

Para Banorte, a pesar de un posible desacople adicional con el Fed, la moneda mexicana se ha mantenido fuerte al ser apoyado por un “carry” atractivo, incluso se comporta como un “proxy” del dólar con beta alta ante las variaciones de otras divisas.

“Este dinamismo es estructuralmente diferente a otros periodos donde se comporta como ‘hedge’ (activo de cobertura) de la exposición de inversionistas a otros mercados emergentes. Además, el peso ha sido más resistente que en ocasiones anteriores a la volatilidad global”.