Confunden el rebozo con un rancho…

La estadística electoral no es pronostico… La guerra de las encuestas un cuento… Los libros motivo para votar en contra… Cruz Pérez avanza en la grilla nacional… NCG será por tres francos distintos…

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La estadística electoral no es pronostico…

La guerra de las encuestas un cuento…

Los libros motivo para votar en contra…

Cruz Pérez avanza en la grilla nacional…

NCG será por tres francos distintos… 

Haciendo una revisión puntual de los resultados electorales en las elecciones presidenciales de México de 1988 a la fecha, bien se puede decir que el porcentaje mínimo de participación ciudadana fue del 52.01% en ese año y que la máxima votación histórica se presentó tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, con el llamado “voto del miedo” en 1994, con una participación del 77.16% de los ciudadanos empadronados.

Pero del año dos mil, cuando la elección de Vicente Fox a la del 2018, triunfo del Peje, el promedio de votantes es del 62.26% de los ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral.

El histórico de porcentaje de votación es el siguiente:

1988 elección de Carlos Salinas de Gortari, participó el 52.01%

1994, elección de Ernesto Cedillo, tras el asesinato de Colosio, con el llamado “voto del miedo” acudieron a las urnas el 77.16% de los mexicanos.

2000, año del triunfo de Fox, primera derrota del PRI, el 63.97%

2006, triunfo de Calderón con la campaña de “AMLO es un peligro para México”, votaron el 58.55%

2012, el regreso del PRI, con Enrique Pepa Nieto, fuimos a votar el 63.1% de los ciudadanos empadronados.

2018, triunfo de AMLO, con el voto del hartazgo absoluto, participamos el 63.42% del padrón.

De tal forma que en las ultimas tres elecciones el nivel de participación se mantiene por encima del 63%, por no llega al 64% de los ciudadanos empadronados.

El comportamiento electoral es el siguiente:

1988

Con un padrón de 38 millones 74 mil 926 ciudadanos inscritos, votó el 52.01%, el total de votos validos en esa elección en donde ganó Carlos Salinas de Gortari y cuando en México había un montón de partidos políticos, fue de 19 millones 91 mil 843 votos.

Carlos Salinas ganó la elección con el 50.36% de los votos, es decir, 9 millones 687 mil 126 sufragios, en segundo lugar quedó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, en ese entonces compitiendo por el Frente Democrático Nacional, con un Cárdenas recién salido del PRI, acompañado por Porfirio Muñoz Ledo. El caso es que “El Cara de Huarache”, obtuvo el 31.12% de la votación, con 5 millones 929 mil 585 votos.

El tercer lugar fue para el PAN, que llevaba de candidato “al gordo” Manuel Clouthier “Maquio”, que consiguió el 13.3% de la votación, que resultaron ser 3 millones 208 mil 584 votos.

Claro, hay que recordar que en esa elección fue cuando “se cayó el sistema”, estando Manuel Barttlet Díaz como Secretario de Gobernación y al mismo tiempo presidente de la Comisión Nacional Electoral.

Bien se puede decir, que esa elección se ganó a pulso el ser bautizada como “el gran fraude”.

1994 

Seis años después el país estaba despertando de la pesadilla llamada Carlos Salinas de Gortari y el partido oficial tenía como candidato a Luis Donaldo Colosio, quien se convirtió en todo un mito de nuestra vida política nacional, pero que lo cierto era que esa campaña iba en picada, en cada libre y con un país que se le convulsionaba a Salinas.

El EZLN surgió en Chiapas y en otras entidades del país, hubo manifestaciones que buscaron igualar ese movimiento, mientras que la economía se iba en picada.

El padrón electoral era de 45 millones 729 mil 53 ciudadanos inscritos y tras el asesinato de Colosio en “Lomas de Poleo” en Tijuana, el 23 de marzo de ese año, el PRI, cambió de candidato a la presidencia y entró en su lugar Ernesto Zedillo Ponce de León y el primer domingo de julio acudimos a votar el 77.16% de los ciudadanos empadronados, es decir, 34 millones 233 mil 285 ciudadanos..

Zedillo logró 17 millones, 181 mil 651 votos, el 48.69% de la votación. Es decir, ni con el voto del pánico, logró el partido oficial romper la barrera del 50% de la votación a su favor como ya lo había conseguido seis años antes Carlos Salinas de Gortari.

En segundo lugar, quedó “El Jefe” Diego Fernández de Ceballos, con el 25.92% de la votación y 9 millones 146 mil 841 votos. Mientras que Cuauhtémoc Cardenas, perdió un 1.8% de su votación anterior, pues solo logró 5 millones 852 mil 134 votos, el 16.59% de la votación nacional valida emitida.

En esa elección el PRI aumentó su votación en un 78.2% en relación a lo había conseguido seis años antes, el PAN, aumentó en un 124.8% su cantidad de votos conseguidos y el PRD, como ya dijimos, perdió un 1.8%

2000

Seis años después, el padrón era de 59 millones 727 mil 295 ciudadanos inscritos, la votación bajó un 13.2%, pues solo acudimos a votar el 63.97% de los inscritos en el padrón. Logrando una participación de 36 millones, 782 mil votos.

Fue el año del triunfo de Vicente Fox, con el 42.52% de la votación y un total de 15 millones 989 mil 636 votos.

El segundo lugar fue para Francisco Labastida Ochoa, del PRI, que logró el 36.11% de la votación, que representaba 13 millones 579 mil 718 votos, una disminución real de su votación del 21% en relación a los votos que habían conseguido seis años antes.

El tercer lugar fue para el ingeniero Cárdenas, quien aunque aumentó un 6.9% su votación, solo logró el 16.64% de los votos totales, sumando 6 millones 256 mil 780 sufragios.

El triunfo de Fox se lo debió a que aumentó la votación de su partido en un 105.1%, es decir la dobló y con eso se convirtió en el presidente del país, primero de oposición.

2006

Esa fue la elección del “peligro para México”, campaña que destruyó al Peje en su primera participación como candidato presidencial.

En ese año el padrón era de 71 millones 374 mil 373 ciudadanos inscritos. La votación valida fue del 58.55% del padrón, una disminución real del 5.4% en relación a la votación de seis años antes.

En el dos mil, votaron 40 millones 886 mil 718 ciudadanos.

Calderón obtiene el triunfo con el 35.89% de los votos, para un total de 15 millones 284 sufragios, mientras que AMLO, logró -oficialmente- el 35.31%, es decir 14 millones 756 mil 350 votos.

Una diferencia porcentual entre esos dos de apenas el 0.58% de los votos, una diferencia de 243 mil 934 sufragios.

El tercer lugar fue para Roberto Madrazo Pintado, del PRI, quien consiguió el 22.26% de la votación, con 9 millones 301 mil, 441 sufragios.

En ese año, el PRI perdió el 31.5% de sus votos, el PAN, también perdió un 6.2% de su votación anterior y el PRD, la aumentó un 135.8%

2012

Tras los dos sexenios panistas, “el candidato Televisa”, como se le conoció a Enrique Peña Nieto, estaba listo para hacer regresar al PRI a los Pinos. Ese año el padrón era de 79 millones, 454 mil 802 ciudadanos inscritos y la votación fue del 63.10%

Los votos validos fueron 48 millones 906 mil 759. Peña Nieto triunfó con el 38.21% de la votación emitida, al conseguir 19 millones 158 mil 592 votos.

AMLO se queda con el segundo lugar, con el 31.61% de la votación, con 15 millones 848 mil 827 votos y en tercero, Josefina Vázquez Mota del PAN, que logró el 25.39% de la votación con 12 millones 732 mil 630 sufragios.

En esa elección, el PRI recuperó el 106% de su votación o dicho de otra manera, logró conseguir más del doble de los votos que había conseguido seis años antes, mientras que el PAN, perdió el 15.14% de su votación presidencial anterior y AMLO, como PRD, la aumentó en un 7.4%

2018

 

La gran elección “del hartazgo”, fue la de ese año, con un padrón de 89 millones 332 mil 31 ciudadanos inscritos. La votación fue del 63.42%, con una participación de 55 millones 39 mil 913 ciudadanos en las urnas.

Andrés Manuel López Obrador, logró romper la barrera del porcentaje y consiguió el 53.19% de los votos, al conseguir 30 millones 113 mil 483 sufragios. Casi doblando su votación de seis años antes, pues la aumentó en un 90%.

Ricardo Anaya del PAN, logró el 22.27% de la votación, con 12 millones 610 mil 120 votos. José Antonio Meade, del PRI, en el tercer lugar levantó el 16.40% de la votación, 9 millones, 289 mil 853 votos y en cuarto lugar, apareció Jaime Rodríguez, “El Bronco” como candidato independiente con el 5.23% de los votos, 2 millones 961 mil 732 sufragios.

En esa votación, el PRI perdió el 51.51% de los votos que haba conseguido seis años antes y el PAN perdió el 0.9% de su votación.

Viendo esos números, es que se pueden señalar varias cosas, en primer lugar, que todo parece indicar que en la votación presidencial, salvo hechos insólitos que llamen a una copiosa votación,  estará participando del 58 al 64% de los ciudadanos inscritos en el Padrón, de tal forma que si al día de hoy el listado nominal es de 97 millones 985 mil 955, el cual podría estar llegando a diciembre del presente año a los 100 millones de mexicanos, estaríamos hablando de una votación del orden de los 63 o 64 millones de votos.

De igual forma, se puede señalar que los partidos gobernantes tienen “variaciones negativas” de voto, que pueden llegar a ser superiores al 20% de su votación presidencial anterior.

Tres, que el partido opositor que gana la elección, puede tener variaciones en su votación de hasta el 100% de su votación anterior conseguida y que el partido que queda en tercer lugar, por lo regular es el que más votos pierde en relación a su votación anterior.

Es fácil entender, que el voto del desencanto, es decir, de ciudadanos que votaban o votaron por un partido y luego cambiaron de opción es del orden de los casi 10 millones de votantes.

Eso se puede ver al analizar que el PRI en el 2012, consiguió más de 19 millones de votos, pero para el 2018, perdió 9 millones 868 mil 737 votos, mientras que el PAN en ese mismo periodo, perdió poco más de 122 mil votos, es decir, un total aproximado o en números redondos de 10 millones de votantes.

La diferencia del Padrón 2012, con el 2018, es de 9 millones 877 mil 229 ciudadanos, pero la diferencia en la votación entre esas dos elecciones presidenciales es de, 6 millones 133 mil 154 votos.

La votación del 2018, es “atípica”, pues en ella por primera vez participó un candidato independiente, como lo fue Jaime Rodríguez “El Bronco”, que consiguió 2 millones 961 mil 732 votos.

Así pues, se puede pensar, que esa cantidad de votos llamados “switcher” ha crecido a los 12 millones de votantes, que de una votación a la otra, pudieran estar pensando en cambiar de opción, más un aumento en la cantidad de votos participantes que para el 2024 se espera sea del orden de los 4 a los 6 millones de votos, así que los candidatos presidenciales se estarán peleando una rebanada del pastel de posiblemente 16 millones de votos o hasta del orden de los 18 millones de votos, cualquiera que sea el monto de votos, es una cantidad enorme de sufragios, es una bolsa demasiado grande de calcular como se va a mover.

La gran interrogante es saber si AMLO mantiene la mayoría de los votos que obtuvo en el 2018 o si la oposición logra hacer que el voto “switcher” ahora se “mueva al lado contrario”.

Ahora bien, el análisis estadístico con el que muchos se “emocionan” y que a unos les sirve para gritar que el Peje es invencible y a otros, para sostener “que ya cayó”, lo cierto es que solo sirve para explicar como fueron las cosas y no para saber como se podrían presentar en un hecho futuro de realización incierta y más con circunstancias tan distintas una de la otra.

Allí están los números, cada quien los puede explicar de la forma que más le gusten…

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…Causa risa la guerra de las encuestas y quienes las toman como la palabra de Dios para hacer pronósticos electorales. De entrada es fácil ver como las corcholatas compran encuestadoras para decir que ya van arriba uno del otro, mientras la 4T mantiene su batería de encuestadoras que siguen diciendo que ellos son invencibles y del otro lado, los entusiastas que se creen el cuento de que Xóchitl, la que todavía no es la candidata, ya está arriba de las corcholatas y que su triunfo ya está en la bolsa. Lo único cierto es que la elección 2024 se tiene que ganar en la urnas, que las elecciones se ganan controlando la calle y que solo hay tres formas para llevar a los ciudadanos a las urnas, por convencimiento -militancia-, por esperanza -deseo o sentimiento similar- o por dinero y solo hay dos formas de alejar al ciudadano de las urnas, por miedo o convenciéndolo de que ya está derrotado y su voto no sirve de nada. Así que al día de hoy, solo hay esperanzas y fantasías y nada más…

…Mientras Morena y su mundo chairo no entienda que los libros de texto son todo un gran pretexto para no votar por ellos y defiendan lo indefendible y no modifiquen su modo de pensar, le van a dar una herramienta más a la oposición para llamar al voto en su contra, están metidos en una guerra ideológica, chaira hasta las trancas y alejan al ciudadano que no le gusta los extremismos, ganarían mucho más, dando un paso atrás, pero no lo entienden…

…Cruz Pérez Cuellar el presidente de la fronteriza este jueves dio un gran salto en su carrera para demostrar que “toma peso” a nivel nacional para la 4T y es que fue electo como nuevo presidente  de la Comisión de Información de la conferencia que aglutina a todos los organismos de seguridad pública municipal del país. Reunión a donde fue a codearse con Luisa Alcalde, la Secretaria de Gobernación federal y otros personajes muy cercanos al Peje, de esta forma Cruz no pierde oportunidad para ir a levantar la mano y ponerse a la orden de las corcholatas y sus operadores…

…La alcaldesa de Nuevo Casas Grandes, Cynthia Ceballos, de plano no entiende que está ante fuego cruzado por todos su flancos y que su caída será generada con un triple ataque, primero por razones legales vía la Fiscalía Anticorrupción, en segundo lugar, por temas de seguridad que lleva emparejado asuntos de tipo penal y tercero, por la vía legislativa, con señalamientos de la Auditoría Superior del Estado y posiblemente un juicio político en su contra. Su mejor ruta es entregar la plaza, no hay de otra y si sigue ese camino, posiblemente pudiera construir un puente de plata para huir por él, pero si sigue aferrada al puesto, bien podría terminar como huésped distinguida del San Wiliams Resort and Spa. Al tiempo…