Alfonso Romo, el conservador fifí del gabinete de AMLO que hizo negocios con Pinochet

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En entrevista con Proceso, el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa acusa un posible conflicto de interés del jefe de la Oficina de la Presidencia.

En su carta de renuncia, difundida el pasado 9 de julio, Carlos Urzúa señaló posibles conflictos en el círculo cercano del presidente Andrés Manuel López Obrador, como uno de los motivos para dejar el cargo como secretario de Hacienda. ¿A quién apuntaba ese señalamiento?, al jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo.

Cercano a los círculos de poder priístas y panistas, Romo llegó a ser uno de los empresarios más prominentes y acaudalados del país. En 1994 entró en la lista de Forbes de los millonarios mexicanos con una fortuna calculada en más de 2 mil millones de dólares.

“Lo que no puedo entender es que López Obrador lo tenga en su gobierno (a Alfonso Romo)”

Trabajó de cerca con Pedro Aspe, secretario de Hacienda durante el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari y más tarde fondeó y apoyó la campaña presidencial del panista Vicente Fox.

Educado en colegios jesuitas, Romo se acercó más tarde al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo, instituciones religiosas con proyectos educativos conservadores y de extrema derecha.

Por eso sorprende a algunos que un presidente considerado de izquierda, como Andrés Manuel López Obrador, lo incluya en su proyecto y en una posición tan cercana y de tanta influencia como la Oficina de la Presidencia.

Romo, socio de Pinochet

“(Alfonso) Romo es un hombre de extrema derecha, entre el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. ¿Cómo un hombre así, que llegó a admirar a Augusto Pinochet y a Marcial Maciel, acabó siendo no sólo amigo de López Obrador, sino jefe de la Oficina de la Presidencia?”.

Y es que según una investigación de The Wall Street Journal, en el año 2000, en el momento en que Alfonso Romo fondeaba la campaña presidencial de Vicente Fox, el general chileno invirtió 1.2 millones de dólares en una de las empresas del entonces magnate mexicano, Pulsar Internacional. Según una nota del diario chileno “La Tercera”, los bonos serían liquidados en mayo de 2001 con una utilidad de 10 a 25 por ciento y estaban garantizados en 180 por ciento del valor de la deuda.

Sin embargo, según la misma nota, Pulsar Internacional no canceló la deuda en el plazo fijado y en 2002 se declaró en default. Desde entonces Pinochet ha logrado la devolución de un porcentaje menor de la inversión en el que terminó siendo uno de sus peores negocios.

El conflicto de interés

En la entrevista con Proceso, Urzúa señala que desde la Oficina de la Presidencia se maneja información económica privilegiada, por lo que podría ser un claro conflicto de interés que Alfonso Romo y sus familiares cercanos sigan teniendo participación en Vector, la casa de bolsa de su propiedad.

“Uno quisiera que Alfonso Romo y sus familiares hasta de primer grado no tuvieran actualmente participación accionaria alguna en la casa de bolsa Vector”.

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El ex secretario considera que lo que Romo busca es resurgir, desde la cercanía con el presidente López Obrador.

“Después de haber estado en la lista de Forbes, está buscando ser lo que alguna vez fue. Es entendible, está tratando de encontrar nuevamente un espacio”, señaló.

Urzúa recriminó también la imposición de Alfonso Romo en el nombramiento de la jefa del SAT (Servicio de Administración Tributaria), Margarita Ríos-Farjat, y el de Eugenio Nájera en Nafin y Bancomext.