Como si se tratara de una maldición gitana producto de la corrupción humana, renació la laguna tóxica en pleno centro de la ciudad, esa que por cinco largos años del abúlico “corralato” permaneció como foco de infección.
A principios de la actual administración, se ordenó drenar la laguna y permaneció seca por varios meses, incluso por poco y se convierte en “refugio” de indigentes que la utilizaron por varias semanas como lugar para vivir. El caso es que hoy de nuevo se llena de agua, que puede ser de escurrimientos de las fugas que hay en la red de agua potable o en la de drenaje, pero de nuevo vuelve a ser un foco de infección.
Esa construcción se suponía que iba a albergar un estacionamiento “gigante” además de una plaza comercial, con locales y hasta salas de cine, pero fue abandonada su construcción al finalizar el sexenio de César Duarte Jáquez.
Durante los cinco años de Javier Corral desgobernando la entidad, la obra permaneció abandonada, pues se utilizó el argumento de que esa construcción era un engaño de la corrupción de César Duarte y sus socios.
Hoy no se sabe cual es el futuro de esa obra, hoy la laguna volvió “a nacer”, es un monumento a la corrupción y la estulticia, bien lo señala el periodista Luis Froylan Castañeda, “es fruto del secuestro del centro”, pues ni el gobierno avanza con la obra, ni logran encontrar la ruta para entregarla a empresarios particulares para que la terminen.
Voracidad, corrupción, estulticia o lo que sea, pero es una maldición, siete años y contando…
