De “milagroso” y “emotivo” han calificado rescatistas de Indonesia el hallazgo de un niño de 6 años entre los escombros que dejó el fuerte terremoto en Indonesia y que, hasta el momento, ha dejado un saldo de al menos 271 personas muertas.
El rescate “milagroso” fue capturado por las cámaras la noche del miércoles y reavivó las esperanzas de poder encontrar supervivientes entre las ruinas provocadas por el temblor que devastó el lunes la ciudad de Cianjur, en Java Occidental.
“Una vez que nos dimos cuenta de que Azka estaba vivo, todo el mundo estalló a llorar, incluido yo. Fue muy emotivo, se vivió como un milagro”.
Jeksen, voluntario local de 28 años.
Así fue el emotivo rescate de un niño de 6 años en Indonesia
El video del rescate, difundido por la administración del distrito de Bogor en Java Occidental, muestra a los socorristas sacando a Azka de una casa destruida en el distrito de Cugenang, el más castigado de la ciudad.
El hombre que lo rescató de un hueco entre los escombros abrazó al niño con los dos brazos, mientras otro socorrista con mono de protección naranja corría detrás de él sosteniendo la mano del niño.
Después, se ve a Azka tomando tranquilo una bebida en brazos de un soldado, con un trabajador de emergencias que le acaricia el pelo.
Masya'Allah, Alhamdulillah 🤲🏻😥
Bertahan selama 3 hari dibawah reruntuhan akibat gempa Cianjur, seorang anak kecil berhasil di evakuasi pada rabu 23/Nov/2022 oleh relawan damkar Kab. Bogor & TRC Rapi Cikal Cileungsi.. (🎥 TrcRapiCileungsi) pic.twitter.com/XcyvVKPw3K— 🏴𝑨𝒔𝒚𝒊𝒒𝒂𝒉🏴 (@QaillaAsyiqah) November 23, 2022
El cuerpo de su madre había sido hallado sin vida horas antes, dijo un voluntario a la AFP el jueves (horario local). Además, junto al pequeño, encontraron el cadáver de su abuela, dijo Jeksen.
El niño se salvó gracias a un muro que sostuvo otra pared colapsada y evitó que cayera sobre él, indicaron los medios locales.
“Fue encontrado en la parte izquierda de la casa, en la cama. Estaba protegido por una almohada y había un espacio de 10 centímetros entre él y el muro de hormigón. Era un espacio tan estrecho, estaba oscuro, hacía calor y no había suficiente hueco para respirar. Durante todos estos años desde que me hice voluntario, nunca había visto algo así”
Jeksen, voluntario local de 28 años.
