Los tres hábitos que provocan infarto cerebral sin que te des cuenta

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Un accidente cerebrovascular isquémico es el tipo más común de accidente cerebrovascular, representando el 80% de los casos. También se denomina comúnmente “ataque o infarto cerebral” y sucede cuando el flujo sanguíneo se obstruye parcial o totalmente hacía una parte del cerebro.

El riego sanguíneo proporciona oxígeno y nutrientes a cada una de las partes de nuestro organismo, lo cual es vital para mantener con vida nuestras células y que éstas prosperen y realicen sus funciones normales. Cuando éste se perturba y se detiene, como en el caso de un ataque cerebral, las células del cerebro pueden morir en minutos con una consecuente pérdida de función neurológica y daños permanentes en los pacientes.

Una de las principales causas de accidente cerebrovascular isquémico es la arterosclerosis, que se considera el origen de la mitad de estos eventos, ésta es una condición en la cual se acumulan depósitos de lípidos y colesterol en las paredes internas de los vasos sanguíneos que llevan sangre a las distintas partes del cuerpo (arterias), esta acumulación o placa produce un estrechamiento y bloqueo del flujo sanguíneo, en este caso, en las arterias que suministran sangre al cerebro.

Las placas que se forman por la ateroesclerosis también pueden producir lesiones o formación de coágulos que, al desprenderse y viajar a vasos sanguíneos de menor calibre en el cerebro, pueden producir el bloqueo del flujo sanguíneo con el consecuente ataque cerebral que puede llevar a la muerte.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) cada año se presentan alrededor de 800,000

accidentes cerebrovasculares con más de 140,000 muertes y el resto de los pacientes que sobreviven quedan con discapacidades. Lo más alarmante de estas cifras es que el 80% de estos eventos son totalmente prevenibles, por lo cual, evitar los siguientes tres hábitos (y más) que son factores de riesgo modificables disminuirá considerablemente la probabilidad de padecer un accidente cerebrovascular isquémico. Estos son:

  • Sobrepeso u obesidad
  • Vida sedentaria con poca o nula actividad física
  • Mala alimentación con una dieta no balanceada y rica en azúcares y grasas

Estos tres hábitos aumentan la probabilidad de padecer hipertensión arterial, diabetes y presentar un incremento importante de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre que puede conducir a arterosclerosis, que son los principales factores médicos que aumentan el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.

Asimismo, otros factores de riesgo importantes son el consumo de tabaco, consumo excesivo de bebidas alcohólicas y el uso de píldoras anticonceptivas, principalmente las que contiene estrógenos, que aumentan el riesgo de formación de coágulos de sangre para eventos cerebrovasculares en general.

Finalmente, un accidente cerebrovascular de cualquier tipo es una urgencia médica que debe ser atendida de inmediato. Dependiendo del tiempo que se mantuvo el área cerebral sin flujo sanguíneo, se pueden presentar complicaciones como: parálisis de un lado del cuerpo o pérdida del control de ciertos músculos, dificultad para hablar o tragar, pérdida de memoria, dificultad para pensar, problemas emocionales, dolor o sensación de hormigueo en algún parte de tu cuerpo y, en el peor de los casos, la muerte.

Así que nuestro mejor aliado para evitar este tipo de eventos es disminuir, en la medida de lo posible, los factores de riesgo relacionados con los accidentes cerebrovascular de tipo isquémico.