“Llorar te hace bien”, la antigua creencia popular que la ciencia ha comprobado

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Seguramente habrás escuchado a alguna abuela diciendo que “llorar hace bien”. Pues no se equivocaba. Y es que no son pocos los mitos populares que asocian el llanto con beneficios emocionales y físicos.

En varias culturas las lágrimas tienen propiedades curativas o mágicas. Esta creencia sugiere que las lágrimas pueden tener el poder de purificar el alma, alejar el mal o incluso conceder deseos. Otras leyendas cuentan que las lágrimas derramadas por una persona sincera y compasiva tienen el poder de curar enfermedades o aliviar el sufrimiento de los demás.

Cuentos de hadas narran sobre lágrimas que se convierten en perlas para ayudar económicamente a alguien que sufre, lágrimas que crean escudos de protección ante espíritus malignos y paremos de contar, porque la lista de ideas maravillosas es larga.

Aunque estas creencias acerca del llanto pueden parecer fantasiosas o místicas, dejan en evidencia la gran conexión que existe entre las lágrimas y algo más que la pura expresión de emociones. Y sí. Hay algo más.

En Japón, por ejemplo, donde es muy importante contener o controlar las emociones, existe una práctica llamada ruykatsu, lo que significa “buscar lágrimas” y se centra se centra en ayudar a las personas a encontrar un equilibrio emocional a través de la liberación de sus sentimientos, llorando. Así, se organizan encuentros donde los participantes se reúnen para ver películas, escuchar música o leer novelas con el objetivo de provocar emociones y llorar.

Cuentan que las lágrimas derramadas por una persona sincera y compasiva tienen el poder de curar enfermedades o aliviar el sufrimiento de los demás. (Getty Creative)

Cuentan que las lágrimas derramadas por una persona sincera y compasiva tienen el poder de curar enfermedades o aliviar el sufrimiento de los demás. (Getty Creative) (Kelvin Murray via Getty Images)

Según se refiere en la revista Ideas Imprescindibles, este proyecto inició en 2013, de manos de Hiroki Terai, un emprendedor que, en su difícil y solitaria adolescencia descubrió que detrás de la sonrisa perpetua que mostraban sus compañeros japoneses se escondían emociones genuinas y profundas. La práctica del ruykatsu se ha extendido por el país como una manera de lidiar con el estrés.

Ramón de la Fuente, investigador del Instituto Nacional de Psiquiatría de México, destaca en un artículo para la revista de la Universidad Nacional Autónoma de México que no somos la única especie que llora en la naturaleza, pero sí somos los únicos que sacamos ventaja llanto.

Resulta ser que los humanos interpretamos el llanto, socialmente nos hace vulnerables, y nos hace sentir mejor después de que el cerebro se cansa. Sí, leíste bien. “Con el llanto el cerebro mitiga el sentimiento, detonante o proceso que genera dolor moral o físico que nos hace lagrimear”. Este dolor, físico o emocional, activa cerca de 20 zonas en el cerebro -cogitivas, de memoria y de aprendizaje- para valorar específicamente qué es lo que nos causa el llanto.

Es como si se activara un trabajo intenso para drenar y es así como, con el llanto, aumenta la frecuencia respiratoria para oxigenar el cerebro. De hecho, una analogía interesante y sencilla que hacen los expertos en este artículo es que sin llanto, el ser humano tendría que correr cuatro o cinco kilómetros para poder tranquilizarse.

Sin embargo, no está realmente comprobado que el llanto nos haga sentir mejor emocionalmente, porque esta sensación depende también de la reacción de quienes nos rodean ante el llanto. Esto es determinante para realmente sentir alivio. Según el experto en llanto Ad Vingerhoets , PhD, autor de Why Only Humans Weep, si en nuestro reaccionan con comprensión y apoyo, es más probable que nos sintamos mejor, pero si nos ridiculizan, nos sentiremos avergonzados, dijo en una entrevista a The Healthy. “En muchos casos, el mejor humor después de haber llorado es consecuencia de recibir apoyo emocional y consuelo”.

Llorar puede promover una respuesta empática y una conexión emocional. (Getty Creative)

Llorar puede promover una respuesta empática y una conexión emocional. (Getty Creative) (Steve Peixotto Photography via Getty Images)

Es por esto que se considera que el llanto es una manera de fortalecer vínculos, pues de alguna manera evitamos llorar delante de desconocidos, lo hacemos solos, lo reprimimos, pues con el llanto revelamos nuestra vulnerabilidad, como se mencionó antes. La doctora Judith Orloff, psiquiatra entrevistada en la misma nota, dice que llorar puede promover una respuesta empática y una conexión emocional. “Con personas que lo apoyen, puede crear una mayor sensación de vínculo y conexión”.

En todo caso, aunque llorar, como vemos, tiene ventajas emocionales poderosas, es importante reconocer si solo nos sentimos tristes y lloramos ante estímulos emocionales o físicos específicos; o si se trata de una sensación profunda y permanente de tristeza y melancolía. Esto no lo solucionamos con una descarga de lágrimas, sino de manos de los especialistas, porque podríamos estar ante trastornos de salud mental que podemos superar con apoyo profesional.