• Reprobamos y lamentamos la pérdida de vidas humanas y desplazamientos forzados que han provocado grupos criminales desde hace décadas en la región serrana de nuestra entidad.
• Los altos índices de impunidad han cobrado vidas humanas y por ello nos sumamos a la pena que viven las familias e integrantes de la comunidad. La violencia jamás debe normalizarse ni formar parte de una dinámica de vida de nuestra sociedad en el Estado de Chihuahua.
• Reprobamos cualquier hecho que atente contra la tranquilidad de las y los chihuahuenses y es por ello que instamos a las autoridades federales y estatales, para que en coordinación actúen enérgicamente para preservar la paz y la justicia. Estamos convencidos que con su intervención y con acciones contundentes y efectivas será posible disminuir la impunidad lacerante con la cual la delincuencia ha venido operando desde años atrás.
• Hacemos un llamado a la comunidad en general y acompañamos a los Jesuitas en su misión, para que ante el crimen y la violencia que ha cohabitado en la región serrana desde hace décadas, sumen a la colaboración y coordinación con las autoridades para que ningún delito quede impune y así evitar más muertes y desplazamiento.
