Apo Whang-Od es una tatuadora filipina que se convirtió en el rostro de Vogue a sus más de 100 años.
Se dice que la belleza no es eterna, pero Apo Whang-Od es la mejor prueba de que es una idea errónea, convirtiéndose en el rostro de ‘Vogue’ a sus 106 años.
La mirada de todos está puesta sobre la tatuadora indígena filipina, que junto a la famosa revista, rompieron con cualquier estereotipo que rodea al mundo de la moda.
Su rostro en Vogue va más allá de todo, siendo un homenaje a las culturas y tradiciones que aún prevalecen en esta región y aquellas que se creen desaparecidas en el mundo.
Además, Apo Whang-Od es la modelo más longeva en la historia y la revista de la editorial Conde Nast Publicaciones Inc., la primera en retratar a una mujer de impresionantes características.
Apo Whang-Og, la última tatuadora indígena Batok
También conocida como Maria Oggaym, Apo no apareció en Vogue sólo por su edad ni características físicas que plasman toda una vida en tinta, sino por su fascinante historia de vida.
Apo Whang-Od es originaria de Buscalan, Kalinga, en Filipinas y es considerada la última tatuadora indígena ‘Batok’.
‘Batok’’ una técnica de tatuaje ancestral
El ‘Batok’ es una técnica ancestral mambabatok, procedente de las montañas de Sierra Madre, que el pueblo Kalinga utilizaba para plasmar en su cuerpo, con tinta y agujas naturales con palos de bambú, sus tradiciones.
Maria Oggaym ha sido elegida por varias comunidades para ser la responsable de marcar su piel con símbolos sagrados en Quines estaban a punto de cruzar un umbral en sus vidas.
El pueblo Kalinga
Durante 400 años de ocupación por Estados Unidos y España, los kalinga fueron uno de los pocos pueblos que se mantuvieron firmes frente a la colonización. Gracias a la valentía de sus guerreros lograron mantenerse fuera del dominio de los extranjeros.
Sus guerreros eran indispensables para la subsistencia de los pueblos, por lo que constantemente se veían envueltos en cruentas batallas para defender sus tierras tanto de los extranjeros como de los pueblos vecinos.
Cuando lograban la victoria, celebraban por la noche con licor de arroz, bebían de los cráneos de sus enemigos y bailaban al ritmo de gongs hechos con huesos humanos.
Además, los cazadores de cabezas triunfantes acudirían a la aldea mambabatok para hacerse su Batok (nombre que recibe el tatuaje tradicional). El artista tallaría símbolos tribales en sus cuerpos como un recordatorio de su valentía para defender a su pueblo.
En ese sentido, la cantidad de tatuajes estaba relacionada con la cantidad de victorias experimentadas por los guerreros.
Experiencia de más de 100 años
Apo Whang-Od, el nuevo rostro la portada de la edición de abril de Vogue en Filipinas, es una mujer con una amplia trayectoria en el mundo del tatuaje.
La revista señaló que no se sabe la edad exacta de la tatuadora indígena debido a que no existe ningún documento oficial que lo certifique; sin embargo, se asegura que tiene 106 años, tiempo que se puede confirmar con su experiencia y gran reconocimiento.
