La droga de moda en las empresas para mejorar el rendimiento de los trabajadores

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En una tendencia similar a la adopción de microdosis de LSD en Silicon Valley, el consumo de ketamina bajo supervisión ha comenzado a ganar popularidad entre círculos de profesionales que buscan mejorar su rendimiento laboral y afrontar de forma diferente los momentos cotidianos de estrés.

La droga, de efecto casi inmediato y una duración de aproximadamente 45 minutos por cada 100 miligramos, es descrita por la Administración de Control de Drogas de EEUU (DEA) como un “alucinógeno anestésico disociativo” que distorsiona los sentidos y causa una sensación de separación entre consciencia y cuerpo.

“Es genial cuando las personas tienen intenciones de prosperar, ser más claras, más creativas y productivas en su vida y en su trabajo”, opinó Reid Robison, director clínico de la empresa Numinus Wellness, en declaraciones a Bloomberg.

Robison dirige sesiones grupales de ketamina, aunque su compañía también ofrece una larga lista de terapias alternativas, algunas con MDMA y psilocibina, otras con cannabis (más enfocada en trastornos neurológicos) y otras que estimulan el nervio vago para tratar los ataques de epilepsia o usan bótox para prevenir migrañas.

Incluida en el “paquete” de beneficios laborales

“Esperamos ayudarlos no solo en la curación, sino también en el crecimiento y mejoría de sus vidas”, asegura Robison, quien por razones legales primero debe asegurarse de que los participantes en sus sesiones tengan un diagnóstico de salud mental apropiado.

Como herramienta de superación personal, la ketamina tiene algunas ventajas sobre otros psicodélicos como la ayahuasca, que es ilegal en la mayoría de los países y puede provocar el tipo de expulsiones corporales que la gente trata de evitar en ambientes de trabajo.

El fármaco se ha recetado de manera no autorizada durante años para controlar la depresión, pero no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Como ocurre con otros medicamentos, existen riesgos de adicción y sobredosis.

Según Bloomberg, algunos directores y ejecutivos están pagando para que sus empleados accedan a un tratamiento con ketamina, a veces en entornos grupales destinados a resolver fricciones en la oficina.

“Ketatations”

Kaia Roman, una emprendedora y “biohacker” radicada en Santa Cruz, California, y su socio comercial Mike “Zappy” Zapolin están a la vanguardia de la tendencia. En 2020, el dúo registró como marca el acrónimo “ketatation”, derivado de “meditación con ketamina” en inglés. Una sola sesión puede costar US$ 300.

Desde el comienzo de la pandemia, ambos han supervisado grupos de “ketatation” en Miami, Los Ángeles, Nueva York, y Utah. Zapolin, que se hace llamar “el consejero psicodélico de las estrellas”, ha tratado con ketamina al ex jugador de la NBA Lamar Odom, al lobo de Wall Street Jordan Belfort y a equipos ejecutivos de Silicon Valley.

“Los colocamos en colchonetas de yoga en la habitación, tenemos una receta de un médico y una experiencia de 45 minutos juntos”, seguida de una discusión guiada, explicó. “Hay una ESP [percepción extrasensorial] increíble que sucede dentro del grupo”.

Chase Hudson, cofundador de HempLucid, una compañía de CBD en Provo, Utah, reunió a su equipo de liderazgo de cinco personas para sesiones de ketamina supervisadas por Robison de Numinus Wellness. En una sesión típica, el grupo toma una dosis amigable para animar la conversación y discutir de trabajo.