Jaime García Chávez presentó su libro “El ayer llegó de repente”

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Fue una noche de esas que se antojaba fueran de bohemia, que la presentación del nuevo libro de Jaime Garcia Chávez fuera en medio de una tertulia, con un trio, algunos tequilas y otras bebidas de esas que la raza dice son “espirituosas”, que no faltara el espontáneo que se arrancara con dos que tres de Cuco Sánchez y José Alfredo, claro, además de algunas baladas del rock de los sesentas, pero no, fue un evento de altura en la Casa Chihuahua, ese que años antes fue las oficinas de Correo y sede de la Judicial Federal.

“Haiga sido como haiga sido”, diría el borrachito aquel, el caso es que la presentación del libro “El ayer llegó de repente”, fue una buena noche, en donde los de más edad, recordaron cuando “la militancia” era luchar por la democracia en minifalda y pantalones acampanados, cuando ninguno de ellos quería ir a ese edificio, pues era la entrada a “las calientes”, pues en esos años el gobierno no se andaba con prejuicios a la hora de darle sabadazo a los greñudos guerrilleros esos.

Los más jóvenes con cierta conciencia social, pudieron saborear atisbos de esos viejos recuerdos y quienes no militamos en ese lado de la banqueta, pudimos reconocer en esos viejos luchadores a quienes desde su lado también soñaban con construir un México mejor y no este remedo de país que padecemos, con una democracia bananera y partidos políticos de juguete, además de políticos sin conciencia, sin clase.

Jaime García Chávez, al que algunos todavía le dicen su apodo de “El Negro”, lo sintetiza muy bien con muy pocas palabras, “El poder se ha convertido en el problema de este país” y al hablar de su papel en este diario devenir, dice: “Me tocó apelar a la palabra, cuando no había apertura”.

Fue la reportera Carla Cabello la encargada de hacer la presentación del evento, se agradece que no quisiera ser ella la protagonista de la noche y su actuación como maestra de ceremonias se aplaude, por sobria y discreta.

El primero en hablar fue Carlos Payan, quien empezó señalando que “…los recuerdos son el marco para referirse al libro y al autor” y nos contó que fue en una tertulia donde nació la idea del libro.

Luego nos explica que hay que ponerle especial atención al primer capitulo del Libro, “pues “caminar sobre la noche” -título de ese primer capítulo-, es recordar el ayer” y dijo que el lector podía imaginar a Jaime, como una especie de “Dante caminado por el purgatorio, el infierno y luego llegar al cielo”.

Por su parte la periodista Rocío Gallegos, afirmó que ese libro, “es un texto que deja huella, pues es la memoria de un ciudadano libre”, que es quizá la mejor forma de identificar al Negro.

“Para la mayoría la memoria es un revoltijo de fotos viejas que terminan por borrarse con el tiempo, pero para Jaime, esa memoria es una formidable biblioteca”, nos dijo la periodista y luego agregó: “En el libro el autor le pone nombre a la corrupción”.

Y nos insiste en que ese libro “es para la memoria colectiva, pues recuerda que la cloaca de la corrupción fue expuesta por un movimiento ciudadano…” y de cita la frase tajante que muchos le hemos escuchado a Jaime García Chávez, “La lucha contra la corrupción no es patrimonio de nadie”.

Volvió a tomar la palabra Carlos Payan:, solo para contar que Jaime desde niño hacia cosas que no eran normales en otros niños, pues organizó la primera exposición de Sebastián -el escultor-, cuando ambos estaban en secundaria.

Tocó el turno para Rubén Mejía, quien empezó su exposición diciendo, “hace ocho años se lo dije a Jaime, es un hombre de cultura, es un hombre de letras”.

Y hace una acotación interesante, cuando nos recuerda que Jaime pertenece a una generación de chihuahuenses nacidos en los 40s, como Nacho Solares, Rascón Banda y otros, a quienes bautiza como “la generación del desarraigo” y a quienes vale apuntar como la generación que lucho por la cultura en el norte, este norte del que algunos despistados siguen diciendo que nada más somos “la tierra de la carne asada”.

Rubén recuerda que Jaime nació entre una imprenta y un periódico y que eso fue lo que marcó parte de la vida de Jaime García Chávez, “y a la mejor es por eso que tiene años llenando hojas con su pensamiento”.

De igual forma nos llevó por el recuerdo de que Jaime fue un elemento activo del grupo guerrillero de Arturo Gámiz, “…pero quien opto por la acción cívica, por el poder de la palabra y no por las armas”.

“En el mismo momento de la desgracia es cuando uno se empieza a acostumbrar a la verdad”, la frase le sale de muy adentro a Rubén, viene en el libro y es recordando las derrotas y los costos de la vida que hacen que un hombre madure en sus pensamientos y en su actuar”.

Rubén le reconoce a Jaime, la colocación y creación de la idea de la llamada “Cruz de Clavos” un emblema para los chihuahuenses, pues esa cruz habla, digo yo, grita en un silencio horroroso de una realidad que nos debería de doler todos los días.

Le toca el turno al autor y la verdad para esas horas se antojaba un montón un tequila derecho, bueno varios, y escuchar a la Santa Cecilia cantando las canciones viejas de Cuco Sánchez.

Al tomar la palabra Jaime nos dice que en este libro van a encontrar los lectores un manojo muy relevante de comentarios a obras internacionales, sosteniendo que busca que su obra no nada más sea de memorias y poder contribuir al tema de la cultura.

Después de ello, lanza la critica dura, esa en la que él milita desde hace muchos años y expone de forma tajante, “El poder se ha convertido en el problema de este país”.

Justifica su militancia en la critica y el análisis de la realidad política, al decir, “me tocó apelar a la palabra, cuando no había apertura” y luego hace una convención que algunos no le creen, pues asegura: “Soy ajeno a todo dogmatismo, a toda intolerancia y aunque soy así, hay quien dice, pues que tal si los odiaras” y él mismo se ríe al reconocer la dureza de sus palabras.

Sobre su recorrido por distintos medios de comunicación, se ríe y reconoce porque ha tenido esa apertura, no se llama al engaño, ni rehuye su verdad, pues lo dice con todas sus letras: “hemos estado en todos los medios… Hasta que dejamos de ser útiles a sus intereses…”.

En la parte final de su mensaje, dice. “En el país hay vientos de división y de discordia… Y como ciudadanos debemos hacer algo… el país va a tener a las fuerzas armadas profundamente vinculadas a los grandes negocios y eso no es un buen presagio…”.

Le digo, la noche se antojaba para que hubiera sido de tertulia, de bohemia, canciones y discusiones.

Muchos los invitados, es más, había fauna de todas las especies, pero no nos perdamos en la decoración de quienes fueron, era la noche de la presentación de un libro y de hacer memoria y para quienes no tienen memoria propia, pedirla prestada a quienes ya tienen décadas en este camino.

Me traje mi libro sin firma, pero se lo dije a Jaime, luego te busco para que me firmes y dediques pero tomándonos un café… ya habrá tiempo para ello, creo yo.

Saludos Negro, un abrazo!!