Guardias médicas de residentes son mortales, urge regularlas: Diputada Argüelles

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Actualmente, hay una sobrecarga de horas llegando a ser de 30-36 horas continuas

Chihuahua. – Guardias no mayores a 24 horas consecutivas, que sean dos veces por semana como máximo y con intervalos de por lo menos tres días entre cada una de ellas; así como gozar de los descansos para priorizar la salud y el bienestar de médicos residentes, el cual, en ningún caso, podrá ser menor a 14 horas, es lo que propone la diputada Jael Argüelles Díaz, mediante una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo para establecer en el capítulo XVI “Trabajos de Médicos Residentes en Período de Adiestramiento en una Especialidad”.

La reforma, que será enviada al Congreso de la Unión, urge la atención a la sobrecarga de horas de trabajo con guardias que por ahora son de más de 30-36 horas continuas en varias ocasiones, aunado a las fatales condiciones en que se desarrollan las actividades de las y los residentes y muchas veces con horas extenúas de las jornadas, además de existir hostigamiento y acoso del que son víctimas.

“A menudo, durante el ejercicio médico en las residencias, los médicos residentes deben cumplir guardias de 24 horas, a las que posteriormente se suma una jornada diurna de labores, dando un total de 32 horas o más de trabajo consecutivo, por lo que es fundamental regular que posterior a las 24 horas, deben existir al menos 14 horas de descanso, sin ninguna excepción o aplicando este tipo de terminología que se presta para violar los derechos de las personas”, añadió.

Agregó que las 24 horas que se plantean son un límite, pero eso no quiere decir que se apliquen para todos los casos de las residencias períodos de este tiempo para que deban cumplirse. Así pues, las unidades deberán establecer en sus reglamentos como mejor se acomode a su demanda, pero generando horarios que respeten y garanticen los derechos de quienes se dedican a la medicina y ponen sus conocimientos al servicio de las comunidades y la salud pública.

En su exposición de motivos, la legisladora detalló que existe un nuevo proyecto de NOM que regula los horarios de internos y residentes, pero que en la práctica es distinto, por ello propone una reforma que sí cambie la situación de miles de residentes que laboran en el país, por su salud y bienestar, aunado al profesionalismo, integridad y calidad de servicio que le entregan a las y los pacientes diariamente.

“En abril pasado y debido a las múltiples manifestaciones que denunciaron las pésimas condiciones de las residencias, la Secretaría de Salud publicó este nuevo proyecto de Norma Oficial Mexicana (NOM) para regular las residencias médicas y establecer un tope a las horas de servicio que prestan quienes estudian una especialidad médica. Sin embargo, esto es un proyecto, no una norma, por lo que no tiene vigencia ni la capacidad de obligar a nadie a cumplirla, pues se quedó en la etapa de 3 meses para consulta pública, pero ese plazo venció el 9 de junio sin que aún se tengan noticias al respecto”, acusó.

Asimismo, destacó que los estudios para poder determinar la situación actual de las residencias médicas son muy pocos, sin embargo, los que existen, indican que se debe poner atención y regularlas a fin de hacerlas más justas y equitativas.

“De acuerdo con un documento de la OMS, las condiciones que padecen en la formación los residentes, se expresan en la sobrecarga de trabajo diario; cantidad excesiva de guardias; condiciones poco dignas para su descanso y aseo; alimentación inadecuada y el desempeño de tareas auxiliares y logísticas ajenas a sus funciones; restricciones por motivos de maternidad o enfermedad y la carencia de vacaciones”, dijo.

A causa de ello, Argüelles Díaz consideró que, para la prevención del desgaste profesional en los residentes, urge mejorar las condiciones objetivas de trabajo para incrementar tanto la calidad asistencial como la satisfacción del usuario y del profesional, contar con una supervisión efectiva del cumplimiento de las actividades y acuerdos de trabajo, así como con la no continuidad de las actividades después de las guardias.