Tras el proceso de recaudación, aspirantes renunciaron o amenazaron con rebelarse; contendientes ciudadanos acusaron agandalle partidista, e, incluso, participantes que rebasaron la meta de apoyos criticaron el proceso.
Los señalamientos por parte de aspirantes marcaron el periodo de 27 días para recabar las 150 mil firmas en al menos 17 entidades federativas, proceso que se convirtió en un dolor de cabeza para el Frente Amplio por México.
Jorge Luis Preciado acusó dados cargados en favor de Xóchitl Gálvez, anunció su renuncia al PAN y adelantó que impugnará el proceso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), para la protección de sus derechos políticos.
Miguel Ángel Mancera advirtió que se rebelará si queda fuera de la siguiente etapa por actos en contra de las reglas. En tanto, los ciudadanos sin partido consideraron que el mecanismo benefició a los contendientes de las fuerzas políticas. Uno de ellos, José Jaime Enríquez, acusó que éstos se “agandallaron”.
Pero no sólo los participantes no favorecidos cuestionaron el sistema del Frente. La senadora Xóchitl Gálvez incluso criticó que algunos aspirantes tuvieran un aumento repentino de firmas a su favor en los últimos días.
