Cuál es el secreto de las canciones que nos hacen sentir bien

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La música tiene un poder único para afectar la forma en que la gente se siente y muchos la usan para mejorar o cambiar su estado de ánimo, canalizar emociones y como apoyo psicológico.

El fuerte impacto emocional de la música se deriva de sus profundos efectos físicos y psicológicos.

Por ejemplo, escuchar música relajante tiene a menudo un impacto positivo en el sistema nervioso autónomo (que regula muchas funciones corporales clave); al ralentizar la respiración, regular el ritmo cardíaco y reducir la presión sanguínea y la tensión muscular.

Escuchar música también nos afecta a un nivel fisiológico más profundo, ya que tiene un fuerte impacto en el sistema endocrino, que se encargar de la producción de hormonas.

La música puede estimular la liberación de neurotransmisores que afectan las experiencias de placer al aumentar la producción de dopamina (la hormona de la recompensa), reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumentar la inmunoglobulina A salival, un anticuerpo que fortalece el sistema inmunológico.

Por supuesto, estos beneficios solo ocurren si escuchamos música que nos gusta. La familiaridad también contribuye, pero incluso la música nueva puede generar respuestas físicas y fisiológicas positivas si es parecida a otra música que nos gusta.

La música que no nos gusta puede tener un fuerte efecto adverso en el estado de ánimo y el bienestar.

Las diferencias individuales significan que las reacciones emocionales a las canciones difieren según las preferencias de las personas y las asociaciones que puedan tener con la música. Si la canción no nos gusta (o nos trae recuerdos negativos), no nos hará felices, independientemente de su calidad.

Los dispositivos para escuchar música portátiles y las plataformas de reproducción de música han hecho posible elegir entre una selección de estilos musicales sin precedentes. Las personas ahora pueden escuchar su música favorita en cualquier momento y en cualquier lugar.

Esto quiere decir que la música puede utilizarse para crear un paisaje sonoro personal. Esto es muy común cuando se usa el transporte público, en el que muchos pasajeros usan auriculares para crear un amibiente sónico individual como forma de distracción de los aspectos menos placenteros de viajar en un sistema de transporte abarrotado y ruidoso.

En un sondeo reciente, el 71% de 2.000 participantes reportó que la música era lo que más influía en su humor y cerca del 75% señaló que escuchaba regularmente música para mejorar su ánimo. En respuesta a estos hallazgos, hice una revisión de estudios publicados para descubrir qué características musicales tienden a estar presentes en las canciones “felices”.