Carta a mi ex que nunca leerá, pero me ayudará a desahogarme

45

Me refugié en las palabras de esta carta para no buscarte porque es momento de empezar a soltar…

Hoy te extrañé más que de costumbre y me invadieron las ganas de salir a buscarte o llamarte para saber de ti…

Así que, para no hacerlo, preferí escribir esta carta que nunca leerás, pero es todo lo que te diría si tuviera la oportunidad.

No se trata de un acto de cobardía, pero estoy convencida que es momento de soltar, de empezar a seguir sin ti porque esa es mi realidad.

Nuestra relación terminó hace un par de meses y debo admitir que todavía mi mente me lleva a aquellos días en los que sentía que nosotros éramos la prueba de que el ‘felices para siempre’ sí existe.

¿Recuerdas cuando me tomabas entre tus brazos y escuchábamos música hasta quedarnos dormidos? Ahora yo me recuesto con los audífonos puestos hasta perderme en esas canciones que hicimos nuestras.

Lo he intentado, lo juro, me he propuesto ya dejarte atrás porque soy fiel creyente de que ‘las cosas pasan por algo’, pero es que de verdad todavía duele y mucho.

Algunos días me desvelo mirando esas fotos que todavía no me atrevo a borrar de mi celular porque de cierta manera así te mantengo cerca.

No te miento, muchas veces he querido mandarte un mensaje para saber por qué de pronto todo se acabó, en qué momento pasó, que me des una explicación sobre el final de nuestra historia, pero ya está de más.

Últimamente me enfocado en mí, en mi trabajo, en lo que me gusta y eso también me ha ayudado a encontrarme porque tú dejaste de disfrutarlo y hasta te molestaba una invitación a bailar.

Qué curiosa es la vida, pasar de un todo a nada, pero también qué sabio fue Cerati al decir que: “Poder decir adiós es crecer”.

Así es, te extraño como no tienes idea y cada vez que apareces en mi mente siento un vacío en mi pecho. Ya sé, también suena cursi, pero es real.

Hoy me encuentro en mi recámara con mi libreta favorita y una pluma de tinta negra, escribiendo todo esto antes de que me gane el sentimiento y salga a buscarte para pedirte que lo intentemos otra vez.

Espero tu vida esté marchando de maravilla, que poco a poco vayas logrando aquellas metas que me compartiste, conozcas mucha gente y por qué no, de vez en cuando, que te acuerdes de mí.

Decidí refugiarme en palabras y música, antes de mirarte nuevamente porque sí, todavía te extraño y aunque duele, ya es momento de empezar a soltar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con información de Cultura colectiva