Así influye una hora de paseo por la naturaleza en tu cerebro

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Después de una caminata de 60 minutos en la naturaleza, disminuye la actividad en las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento del estrés, concluye un nuevo estudio.

Todos sabemos que vivir en una ciudad puede ser bastante estresante. Dado que, aproximadamente, la mitad de la población mundial vive en ciudades (y es un número que crece cada día), las ciudades se volverán cada vez más ruidosas y pobladas, lo que probablemente signifique mucho más estrés para los que viven en las urbes. La investigación ha relacionado los entornos urbanos con un mayor riesgo de ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. ¿Cómo contrarrestar una vida tan rápida e intensa en la ciudad? Dar un paseo por la naturaleza puede marcar la diferencia, concluye un nuevo estudio.

Combatir el estrés urbano

Está demostrado que una región central del cerebro involucrada en el procesamiento del estrés, la amígdala, se activa menos durante el estrés en aquellas personas que viven en áreas rurales, en comparación con las que viven en las ciudades, lo que sugiere los beneficios potenciales de la naturaleza. Visitar la naturaleza, aunque sea brevemente, se asocia con múltiples beneficios para la salud mental y física, que incluyen presión arterial más baja, ansiedad y depresión minimizadas, mejor estado de ánimo o mejor calidad de sueño.

“Pero hasta ahora no se ha podido desentrañar el problema del huevo y la gallina, es decir, si la naturaleza realmente causó los efectos en el cerebro o si los individuos en particular eligieron vivir en regiones rurales o urbanas”, comenta Sonja Sudimac, becaria predoctoral en Lise Meitner Group for Environmental Neuroscience y autora principal del estudio que recoge la revista Molecular Psychiatry.

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Los investigadores del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano idearon un nuevo estudio con la ayuda de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), en el que emplearon 63 voluntarios adultos sanos. Les pidieron que completaran cuestionarios, realizaran una tarea de memoria de trabajo y se sometieran a exploraciones de fMRI mientras respondían preguntas, algunas de ellas diseñadas para inducir estrés social. Ninguno conocía el objetivo de la investigación.

Dividieron a los participantes en dos grupos: uno caminaría en la naturaleza y el otro, caminaría en un entorno urbano. En ambos grupos, la activación cerebral se midió antes y después de la caminata, utilizando dos tareas diferentes en el escáner de resonancia magnética.

El poder de un paseo por la naturaleza

Los investigadores encontraron que los que caminaron por la ruta urbana no se observaron cambios en la actividad de la amígdala, pero para el grupo de voluntarios que caminaron durante una hora en la naturaleza, hubo una disminución en la actividad en un área específica del cerebro para todas las tareas de fMRI después de la caminata: la amígdala; en particular, la amígdala derecha (una estructura clave en el procesamiento del miedo y el estrés).

Este hallazgo de que la actividad de la amígdala se reduce después de un paseo por la naturaleza, lleva a los científicos a concluir que un paseo por la naturaleza puede ayudarnos a recuperarnos de los efectos negativos del estrés. También sugiere que no es caminar en sí mismo lo que produce la mejora, sino más bien el tiempo que se pasa en la naturaleza.

“Los resultados respaldan la relación positiva previamente asumida entre la naturaleza y la salud del cerebro, pero este es el primer estudio que prueba el vínculo causal. Curiosamente, la actividad cerebral después de la caminata urbana en estas regiones se mantuvo estable y no mostró aumentos, lo que argumenta en contra de una opinión común de que la exposición urbana causa estrés adicional”, explica Simone Kühn, directora del Grupo Lise Meitner de Neurociencia Ambiental.

El estudio confirma nuevamente la importancia de las políticas de diseño urbano para crear áreas verdes accesibles en las ciudades para mejorar la salud mental y el bienestar general de las personas.

 

 

 

 

Referencia: Sonja Sudimac, Vera Sale, Simone Kühn. How nature nurtures: Amygdala activity decreases as the result of a one-hour walk in nature. Molecular Psychiatry, 2022; DOI: 10.1038/s41380-022-01720-6