Así es como se fatiga el cuerpo con la COVID pers

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Millones de personas siguen experimentando agotamiento, problemas cognitivos y otros síntomas de duración prolongada tras una infección por coronavirus. No se sabe cuáles son las causas precisas de este padecimiento, conocido como COVID persistente, pero nuevas investigaciones nos ofrecen algunas pistas que especifican los estragos provocados en el cuerpo por la enfermedad y por qué puede ser tan debilitante.

El diagnóstico de COVID persistente

Es posible que los pacientes con COVID grave terminen en el hospital o con un respirador hasta que dejen de tener síntomas. Es común que los daños en el cuerpo resultantes de una COVID grave —neumonía, baja oxigenación, inflamación—aparezcan en las pruebas de diagnóstico habituales.

La COVID persistente es diferente: se trata de una enfermedad crónica con una amplia gama de síntomas, muchos de los cuales no se pueden esclarecer mediante pruebas convencionales de laboratorio. Las dificultades para detectar la enfermedad han hecho que algunos médicos no tomen en serio a los pacientes o que, de manera equivocada, diagnostiquen los síntomas como psicosomáticos. Pero los investigadores que han estudiado más a fondo a los pacientes con COVID persistente han descubierto trastornos visibles en todo el cuerpo.

Los estudios calculan que tal vez del 10 al 30 por ciento de las personas infectadas con coronavirus presentan síntomas a largo plazo. No se sabe por qué algunas personas desarrollan COVID persistente y otras no, pero hay cuatro factores que, al parecer, aumentan el riesgo: altos niveles de ARN viral al inicio de la infección; la presencia de algunos anticuerpos; la reactivación del virus Epstein-Barr; y padecer de diabetes tipo 2.