La organización de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 usó cañones de nieve artificial para probar su eficacia como medida para contrarrestar el calor intenso que se espera en la ciudad durante la celebración de la cita deportiva.
El uso de la nieve artificial tuvo lugar durante la competición de prueba de piragüismo en aguas tranquilas celebrada en las instalaciones Sea Forest Waterway, en la bahía de Tokio, donde también se disputarán las competiciones de la disciplina de remo.
El generador de nieve se instaló en una camioneta aparcada junto a las gradas, para que los copos cayeran sobre los espectadores, que recibieron las lloviznas intermitentes asombrados y divertidos.
El Sea Forest Waterway es una de las sedes de nueva construcción para los Juegos de Tokio 2020 y debido al recorte de gastos sólo cuenta con techo sobre la mitad de los dos mil asientos permanentes, lo que ha generado temor a potenciales golpes de calor entre los espectadores que permanezcan bajo el sol.