Subastan un kit matavampiros por más de 15 000 dólares

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El kit matavampiros data de finales del siglo XIX y no le falta detalle. En su interior hay un par de pistolas, un frasco de pólvora, agua bendita, una Biblia, un mazo, una estaca de madera, candelabros de latón y un rosario. Perteneció a Lord Hailey, un aristócrata y administrador británico en la India colonial.

El pasado 30 de junio, Hansons Auctioneers subastó un kit matavampiros de finales del siglo XIX. Por él se pagó casi 15 600 dólares, seis veces su precio estimado. Tras una feroz puja (se hicieron ofertas en todo el mundo), un comprador privado de Reino Unido adquirió el curioso y deseado lote. Charles Hanson, propietario de Hansons Auctioneers, dijo: “El interés por esta pieza antes de la subasta, tanto de los compradores potenciales como de los medios de comunicación de todo el mundo, fue intenso. Atrajo fuertes pujas anticipadas. Sin embargo, el resultado superó todas las expectativas. Llegaron ofertas de todo el mundo, incluyendo Francia, Estados Unidos y Canadá, y la noticia del hallazgo se hizo viral.

La caja antivampiros de madera tiene todo lo necesario para ahuyentar a un chupasangre: crucifijos, un par de pistolas a juego, un frasco de pólvora de latón, agua bendita, una Biblia gótica, un mazo de madera, una estaca, candelabros de latón, cuentas de rosario y documentación de la policía metropolitana de la época. La caja lleva las iniciales de su propietario: Lord Hailey, un aristócrata y administrador británico en la India colonial. También figura su dirección.

Kit matavampiros

Sobre la procedencia de la caja antivampiros, Charles dijo lo siguiente en un comunicado:

“Perteneció originalmente a Lord Hailey, un par británico y antiguo administrador de la India británica. Ya sea por miedo o por fascinación, es interesante saber que un miembro del más alto orden social aristocrático, un hombre con un puesto en la Cámara de los Lores, adquirió este objeto. Nos recuerda que el mito del vampiro afecta a personas de toda condición. Creo que la conexión aristocrática hizo que este objeto fuera aún más deseable y, tal vez, lo ayudó en su camino hacia un resultado particularmente fuerte”.

William Malcolm Hailey fue el primer barón Hailey, un hombre que destacó por su intelecto. Se educó en el Corpus Christi College de Oxford, fue gobernador del Punjab de 1924 a 1928 y gobernador de las Provincias Unidas de 1928 a 1934. Y, sin embargo, en mitad de su ilustre carrera, se sintió atraído por este equipo para matar vampiros.

La mitología vampírica tiene miles de años. Tanto es así que se han desenterrado restos humanos de la época de la Grecia clásica que estaban inmovilizados por pesadas piedras, con idea de que no se movieran de sus tumbas. Esto podría deberse a que los antiguos griegos creían que los muertos podían resucitar y hacer daño a los vivos. Esta práctica se dio incluso en la Europa del siglo XVI, en la que algunas personas eran enterradas con estacas de piedra en las piernas y rocas en la boca, para que ni se levantaran de la tumba ni pudieran alimentarse de los vivos.

Esta creencia en los seres no muertos pudo surgir ante la falta de comprensión de las enfermedades contagiosas y de los procesos físicos naturales por los que pasan los cuerpos al descomponerse. Por ejemplo, hay ocasiones en las que los restos del tracto digestivo en composición pueden salir por la boca y la nariz de los cadáveres. Se trata de un líquido oscuro que se puede confundir con sangre. Además, el pelo, la barba y las uñas siguen creciendo después de la muerte, lo que puede haber hecho pensar a muchos que los muertos seguían vivos.

Durante la vida de lord Hailey, había lugares en los que se creía en vampiros. A finales del siglo XIX, cundió el pánico en Nueva Inglaterra. Dos mujeres de la zona, madre e hija, fallecieron de tuberculosis. El hijo de la madre muerta, también enfermo de tuberculosis, se puso cada vez peor. Lo que creyeron los habitantes del pueblo era que las mujeres estaban maldeciendo al muchacho desde la tumba, pues había veces que los vampiros no necesitaban emerger de la tierra para hacer daño a sus víctimas. Además, la publicación de El vampiro, de John Polidori, en 1819, tuvo una gran repercusión, a la que siguió la emblemática novela Drácula, que Bram Stoker publicó en 1897.

“La tarea de matar a un vampiro era extremadamente seria y los relatos históricos sugerían la necesidad de métodos y herramientas particulares. Se decía que los artículos de significado religioso, como los crucifijos y las biblias, repelían a estos monstruos, de ahí su presencia en el kit”, dijo Hanson.