AMLO ya lo había dicho alguna vez, si él es cristiano es porque “Cristo es amor y la justicia es amor”.
Este martes , durante su conferencia mañanera, Andrés Manuel López Obrador, quien ha reconocido públicamente que es cristiano, dijo ser seguidor de Jesús Cristo porque éste defendía a los pobres.
También afirmó que “esa religión” tiene prohibido permitir la corrupción, los lujos y la “fantochería”. Además, negó que por su religión no cante el Himno Nacional, pues eso sí lo tiene permitido.
“Están pendientes de todo, hasta de mi religión, ayer me preguntaba una periodista cuál es su religión le digo soy seguidor de Jesús Cristo porque defendía a los pobres, estaba a favor de los oprimidos, y en esa religión le decía tenemos prohibido permitir la corrupción y en esa religión me prohíben los lujos y la fantochería, esto lo digo porque dicen que por esa religión no canto el Himno nacional, pues eso no me lo prohiben.
Sentenció que es respetuoso de todas las religiones, de creyentes y de no creyentes, pues cree que los creyentes y los no creyentes tienen principios y se guían guiamos por doctrinas, “por una filosofía, por un ideal, siempre se pone por delante algo”.
AMLO ya lo había dicho alguna vez, si él es cristiano es porque “Cristo es amor y la justicia es amor” y que independiente de la religión que se profese, se puede llegar a dialogar. “Lo ideal es el diálogo entre religiosos y no creyentes”. La pregunta es, en la política, ¿esto también es válido? ¿Por qué nos debería importar que un mandatario se empeñe en expresar sus ideologías y creencias religiosas?
En su columna para el diario Milenio, el sociólogo Roberto Blancarte dice que, “normalmente”, en una República laica, con un Estado laico, a nadie le deberían importar las creencias personales de los mandatarios, pues éstas tendrían que ser “irrelevantes, para efectos de la gestión pública”. Sin embargo, estos “no son tiempos normales”.
“Tenemos un Presidente electo que dice ser cristiano y seguidor fiel de las enseñanzas y del ejemplo de Jesús de Nazaret quien, para los cristianos, es Dios hecho hombre, y habría venido a la Tierra hace 2 mil años para sacrificarse y redimir nuestros pecados.
Blancarte dice que esto importa porque lo más probable es que se siga manejando con esa especie de “esquizofrenia ideológica”, es decir presentándose con distintos ropajes, según el escenario en cuestión: “con un mensaje religioso ante públicos religiosos y con un mensaje secular ante públicos laicos o laicistas”.
