Sombra de las Letras. Rafael Navarro Barrón

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Periodistas electorales

Eleazar Lara es un hombre hecho en los medios de comunicación. Creció profesionalmente y se jubiló en uno solo, el Canal 5 de la familia Meneses y posteriormente de Rafael Fitzmaurice, nieto del decano de esa empresa que vio nacer periodísticamente a muchos comunicadores de Ciudad Juárez, entre ellos a Arnoldo Cabada de la O.

Canal 5 ha sido un semillero de muchos periodistas; otros pasamos como invitados de programas de análisis y probamos la rigidez de Rafa Fitzmaurice convertido en este tiempo en un auténtico boyScout, haciendo nudos y fogatas para sobrevivir en la caótica jungla que, por recibir un nombre, le llamamos Estado de Chihuahua.

El gobernador Javier Corral, el Tomás de Torquemada de Chihuahua, proclive a perseguir en su propia inquisición a los medios de comunicación que no entran en su propio círculo de aceptación, ha cobrado con creces cada palabra expresada por los conductores del Canal 5 y juró ante la imagen de Gómez Morín acabar uno a uno con los medios insurrectos o ligados a César Duarte, su demonio de cabecera.

Por años, el Canal 5, se convirtió en la referencia periodística del Estado de Chihuahua. Era el número uno en notas exclusivas y entrevistas. Garantizó hasta hace muy poco tiempo la cobertura nocturna y diurna de la frontera. Ni en los días peligrosos del 2008 y 2009, dejaron de informar lo que ocurría en la que un día fue ‘la ciudad más peligrosa del mundo’.

En ese periodo, el instrumentador y jefe de información, el estratega informativo fue Eleazar Lara Gabaldón, un camarguense distinguido, hombre de familia y de convicciones; dueño una simpatía que lo acercó poco a poco con el público.

Siempre he admirado la forma en que Eleazar Lara se relaciona con el poder político. Con frecuencia le decía “mi Eleazar, qué estómago tienes para tener de amigo a ese patán…” Eleazar solo sonreía y defendía la causa “es buena onda el bato, un día nos vamos a comer con él…”. Ese día, por fortuna, nunca llegó.

Con el único que no tuvo acercamiento, mucho menos acuerdos, fue con César Duarte. En nuestros profundos diálogos tuve la oportunidad de recomendarle que se desligara de ese gobernante. Tarde o temprano te va a traicionar o te va a embarrar, es muy corrupto, solía decirle.

La Chiquita, como le dicen los amigos cercanos, tomó la firme decisión de pintar raya hacia César Duarte. Al final del sexenio y al inicio de la persecución de Corral contra el político priista y los gandayas que lo acompañaron, platicamos de nuevo el tema y concluimos que nuestras decisión fue correcta. Nuestras conciencias estaban tranquilas.

En el 2008, el Canal 5 de la familia Fitzmaurice inició ese raro experimento llamado ‘Cada Quién su Estilo’, un programa de análisis, debate y religión que se convirtió en el más seguido de los televidentes juarenses, según las encuestas que se hicieron en su momento.

El nombre se lo puso Rafa Fitzmaurice en un charla informal que sostuvimos en su oficina. El dueño de Canal 5 deseaba un programa de análisis y refirió que en el pasado había iniciado experimentos similares, pero sin éxito.

Durante el diálogo, Rafa Fitzmaurice refirió que él quería un programa en donde “cada quién defienda su estilo”. Entonces le dije, “qué buen nombre de programa acabas de darme”. “A cabrón, ¿cuál?”, preguntó azorado mientras jugueteaba con una pluma en su mano.

Una hoja de papel bond había sobrevivido sobre su escritorio; acababa de tirar otra similar al cesto de la basura. La hoja iba llena de garabatos, porque en su visión descriptiva, Fitzmaurice es un diagramador nato…cuando no raya un papel, le raya a madre a sus adversarios.

Apuntó el nombre en la hoja sobreviviente y días después me habló para platicar más sobre los contenidos. Quienes vieron el programa se pudieron percatar que lo que menos se cuidaba era el contenido.

Muchas veces nos propusimos no hablar de determinado tema por estrategia de comunicación y porque alguno de los políticos se había enojado mucho y amenazaba con tomar represalias, casi siempre legales. Y siempre ocurría lo mismo, el único tema que se trataba era el que no se debería de tratar.

Luego de esa charla principió el programa y allí se fortaleció la amistad con Eleazar Lara y la pude reafirmar con un tercero, que fue para mí como un hermano, Jaime Pérez Mendoza.

La salida de Jaime obedeció a dos factores: su enfermedad que empezaba a manifestarse en su cuerpo sin que él advirtiera que sería el fin de su vida y su animadversión a la altanería de César Duarte.

En el primer programa donde estuvo Duarte adjudicó las duras preguntas de Jaime a su militancia en el PAN, algo totalmente fuera de lugar…una falacia más del dictadorzuelo.

Por esos días, Duarte había pedido mi cabeza al dueño de la OEM. En el restaurante Samborns ‘nombró’ al nuevo director de El Mexicano y les anunció que estaban por correrme.

Inmediatamente tuve la noticia en mi escritorio. Un amigo acudió a platicar las pretensiones de César Duarte. Y todo coincidía. Por esos días me citaron a la ciudad de México y en ese momento entendí que sería removido del cargo, por lo que mi intención no fue ir a defender la silla, sino a demostrar que Duarte era un corrupto.

Tuve que llevar todas las columnas políticas que había escrito en contra del tirano. No eran muchas pero estaban bien fundamentadas. Allí aparecían los negocios que acaba de hacer en Juárez bajo el gobierno de Héctor Murguía y las empresas que manejaba en sociedad con otro prófugo de la justicia, Everardo Medina Maldonado, quien fue nombrado el subsecretario de Obras Públicas de la zona norte.

Lo más grave de todo. Narraba como este tirano había ‘enfermado’ a Berthita, su esposa, para cobrar en la Cámara de Diputados los gastos médicos. A su cónyuge no le dolía ni un dedo, estaba más sana que un recién nacido en Japón, todo fue un ardid para cobrar una buena suma de dinero aparentando la atención médica en un hospital privado.

Mi viaje a México no fue tan penoso como creía, salvo la abultada cantidad de periódicos que tenía que entregar a don Mario en defensa de mi reputación. Parecía un vendedor de diarios más que el director del periódico; luego vino la junta con el patrón que duró varios minutos y que, a pesar de la investidura del empresario, no me intimidé, porque él mismo pidió que expresara abiertamente cualquier comentario.

Dialogamos acerca de las posibilidades de Duarte y le advertí lo que ahora todo mundo repite: que era un corrupto. Don Mario nunca perdió su tono patronal y sostuvo que el PRI le había confirmado que Duarte era el próximo candidato a gobernador. Lo vamos a apoyar, dijo el dueño de la OEM. Me quedé helado.

La junta concluyó con una advertencia: “no se oponga al futuro gobernador de Chihuahua, si no pueden ser amigos sobrelleve las cosas”.

Don Mario Vázquez Raña concedía muy pocas cabezas de sus directores a los políticos. Siete años después, ya sin don Mario, mi cabeza se la entregaron a otro; ya llegará el tiempo de explicar lo ocurrido y las vergonzosas vendettas que realizan los corruptos periodistas que se han especializado en la traición…

Así ocurrió con Miroslava Breach y así pasó con Armando Rodríguez, El Choco. Falta que alguien explique las vendettas que los llevaron a la muerte. Seremos puntuales.

Unas horas después de regresar de la ciudad de México, Teto Murguía marcó a mi celular. Me preguntó que si tenía noticia de quién iba a ser el candidato a gobernador por el PRI. El tanteo era evidente. Luis Carlos Carrasco ya le había informado de la travesía en México y le recomendó que me hablara.

Sin duda alguna, le comenté a Teto Murguía que el elegido era César Duarte, que tenía informes certeros de lo que estaba hablando. El ex alcalde estalló violentamente del otro lado del teléfono y me dijo que “estaba muy equivocado”. Me confesó que él había sido ya designado y que en unos días me lo iba a demostrar.

En fin político, siempre utilizaba la vieja estrategia de haber hablado ‘con alguien del CEN del PRI’ pero por teléfono no le puedo dar el nombre. Esos emisarios que se conocen como el “cen del pri” son tan populares entre los políticos y periodistas que ya tengo ganas de conocerlos.

Mi silencio fue reflexivo, pero no tenía dudas. El próximo candidato del PRI era Duarte y no había marcha atrás en la designación que venía directamente de Los Pinos.

Murguía me retó. Me preguntó cuánto quería perder… ¡apuéstele! “Es más, le apuesto un millón de pesos”. Le dije que no los tenía, que mi fortuna familiar apenas alcanzaba a unos cuántos pesos mensuales, los cuales se acababan casi siempre antes de concluir las quincenas.

Insistió y le dije que le apostaba mi casa. El valor que tuviera frente al millón que él ponía en la mesa de la especulación política. Como hombres cerramos el trato y comprendí que era una apuesta real, aunque innecesaria pues la decisión estaba ya tomada. Intentaba, más que todo, mandar el mensaje correcto a quien he considerado mi amigo desde 1991. Lo persuadía de una decisión ya tomada en México, pero él es hombre de dinero y de apuestas, aunque no pague.

No le dije por teléfono que antes de tener la entrevista con Don Mario había salido de la oficina del finado dueño de la OEM, la ex presidenta del PRI, Beatriz Paredes y otros miembros de ese partido político.

Me reuní con Teto para explicarle lo que había pasado en México, lo quería hacer en persona; él seguía insistiendo en que sería el candidato a gobernador. Entonces se revivió lo de la apuesta… unos días después, abrumado por la noticia del destape, no volvió a darme la cara. ¿Pagó? No. Es político.

Me habló Eleazar Lara para informarme que César Duarte acudiría al Canal 5 ya como candidato y le dije que prefería no ir. Sentía una profunda desilusión por las decisiones que toma el PRI y por ese corrupto personaje.

Las columnas escritas en relación a Duarte se pueden leer en el blogspot ‘Código Bering’. En esa ocasión concluí que los nefastos dirigentes de partido nunca analizan los aspectos elementales que deben de regir una nominación tan delicada. Piensan en ellos pero no piensan en el pueblo.

Y, precisamente, hace unas horas, los dirigentes del PRI informaron que acudirán con sus candidatos a cargos de elección local para registrarlos ante la Asamblea Municipal Electoral. Pienso, reflexiono ¿qué mueve a un partido político a llevar a determinados candidatos (as) a cargos de elección popular aún sabiendo que no superan los estándares de moralidad (mínimos ¡caray!)?

Mi reflexión me lleva a la conclusión de que este país no tiene remedio.

Eleazar me convenció de acudir a la entrevista con Duarte. Estábamos los cuatro periodistas del programa en sus orígenes. Esperé en el estudio del Canal 5 hasta la llegada de Duarte. No quise sumarme a la caravana de recepción. Lo de hostess nunca se me ha dado.

Soy alérgico a los ceremoniales, a esa falsa idea de creer que los gobernantes son seres especiales que caminan entre algodones. Nunca asisto a los eventos sociales donde hay políticos por esa causa.

De hecho no soporto verlos llegar en caravana en sus vehículos blindados y descender de ellos entre escoltas y funcionarios que se creen, igual que sus jefes, soñados. Qué asco son.

Era penoso ver a los acompañantes del candidato enterrando su dignidad, perdiendo sus voluntades al convertirse en súbditos inanimados, entregando al candidato sus propias vidas.

Lo transportaban como a dioses; un fotógrafo al frente tomaba imágenes del candidato saludando a cuanta alma se encontraba en el camino. Son fotos que no sirven para nada, nunca se entregan, nunca se publican. Es solo parte de la parafernalia.

El cobarde candidato llegó a los estudios del Canal 5. Al verme acudió hacia donde estaba y me separó del grupo. A solas me dijo, con una sonrisa de boca a boca, que “había estado con don Mario”. Le dije inmediatamente que estaba enterado y le exigí que aclarara un punto que era una auténtica mentira.

Frente a todos le reclamé “por qué había dicho a don Mario que le había pedido dinero”. Se puso rojo e inmediatamente explicó que ese tema no se había dado con el dueño de la OEM y negó que en algún momento yo hubiera solicitado un cinco a él o a uno de sus colaboradores.

Y prometió aclararlo con don Mario. Claro que nunca lo hizo.

Los rostros de Nora Yu y el primo del candidato, Nacho Duarte, seguían de cerca cada movimiento, cada palabra. Fueron testigos de ese encuentro, al igual que Everardo Medina y otros que solían pegarse a la caravana en busca de un puesto público.

Unos minutos después inició la entrevista que generó la reacción férrea del dictadorzuelo en contra de Pérez Mendoza y allí se gestó para siempre su salida del programa que concluyó su transmisión el año 2017.

El periodista Eleazar Lara dejó el Canal 5 casi al cumplir 40 años como jefe de noticias. Su decepción es evidente. Toda una vida en la empresa concluyó con una pingüe liquidación y los evidentes problemas que generan las jubilaciones ante el Seguro Social.

Este domingo 25 de marzo, el periodista inició una nueva aventura en su vida. Aunque desconoce los recovecos de la función legislativa, la actividad la domina por su larga actividad como reportero.

Por la vía independiente intentará ser diputado local. Su posibilidad de éxito está concentrada en la extensa historia como conductor y director de noticias del Canal 5.

Llevará, para bien o para mal, la experiencia política de Armando Cabada quien lo ha impulsado en esta travesía; su equipo ayudó a Eleazar en la junta de firmas y será su guía en el trabajo político que se avecina.

En un breve diálogo, Eleazar Lara me confió que presentó ante el Instituto Estatal Electoral una plataforma política de 14 puntos que serán básicos para convencer al electorado. Ninguno está vinculado con el periodismo.

En el más completo silencio de los medios de comunicación que, literalmente, ignoraron a los candidatos a diputados locales, se llevaron a cabo los registros de los Independientes que serán analizados por el Instituto Estatal Electoral para ver quién reúne los requisitos básicos para participar en la contienda del 1 de julio.

Que un periodista asuma la responsabilidad de ser candidato a un puesto de elección popular no es nada nuevo en el mundo. En Sudamérica hay muchos gobernantes que han surgido de las filas del periodismo y, a partir de esa experiencia, han hecho una carrera política paralela a su actividad de comunicar.

Lo nuevo en Juárez es el prototipo de periodistas y políticos que existen en esta ciudad.

Eleazar Lara, Armando Cabada, Enrique Torres y Pedro Torres, los más representativos en esa carrera política-periodística, no son simples reporteros que pasaron de la fuente policiaca a una candidatura.

Se trata de personas que conocen perfectamente el poder, que han vivido del poder y que se han beneficiado del poder. Sin que nadie se asuste al momento de decir que “han vivido del poder” y se “han beneficiado del poder”, me refiero a lo que un comunicador de esos niveles tiene que hacer por órdenes de su empresa.

Cabada y Eleazar Lara estuvieron muchos años encabezando las redacciones de los respectivos Canales, el 5 y el 44. Juntos, encabezaron transmisiones pagadas por las administraciones, tanto estatal como municipal, para ‘elogiar’ la obra pública, la obra social, las barbaridades traducidas como ‘obras de beneficio al pueblo’ que realizaban los gobernantes en turno.

Al final recibieron una paga, porque sus voces y prestigio estaban dentro de los contratos. Todos sabíamos lo que iban a realizar en esas transmisiones. Eran gacetillas pagadas que se trasmitían en todos los canales al mismo tiempo. El presupuesto alcanzaba para eso y más.

Y luego el gobernante se sentaba en una silla frente a las cámaras y los comunicadores lo entrevistaban ofertando al aire las obras o el acontecimiento cívico y nadie se salía del script, porque todo era una ilusión óptica, un acuerdo comercial entre televisoras y gobernantes.

En el caso de Enrique Torres la circunstancia es otra. Su misión ha sido la misma siempre, emprender la misión como vocero de dependencias y órganos políticos. El ejercicio lo concentra en ejercer más que una misión de comunicólogo, una actividad controladora de reporteros, porque su relación no alcanza hasta dueños y directores de medios.

Pedro Torres de cuece aparte. Su paso por un canal de televisión y por El Diario de Juárez, sirvieron para entender que “el poder es para poder…y ganar” y lo hizo muy bien. Negocios a la par de su misión periodística, algunos ligados con empresarios otros con dos de los niveles de gobiernos, le sirvieron para hacer un fondo de supervivencia que se conjuntó con lo que creemos será un efímero paso por las alternativas que le dé Morena, aunque en el futurismo político ha expresado su deseo y lo ha pedido ya, de ser director de Desarrollo Social del Municipio en el hipotético caso de triunfar Mocken en el presente proceso electoral.

Decir todo esto es enfocar el análisis en una sola causa: ¿qué van a hacer los periodistas que se han sumado a la lucha electoral? La gran duda queda allí. Todos, al nivel en el que estuvimos en los medios de comunicación, vivimos de cerca, muy de cerca, la estridencia de los gobernantes locales y foráneos.

Me pregunto, ¿qué pasaría si ‘los Torres’, Armando Cabada y Eleazar Lara deciden hacer públicas las verdaderas vivencias con el poder político al que atendieron en algún tiempo de sus carreras periodísticas?

Sería un deleite conocer la intrincada relación, única en su tipo, que tuvieron que torear frente a los imbéciles que nos han gobernado en los últimos años, tanto a nivel estatal como municipal.

Telarañas de complicidades entre medios de comunicación; entrevistas vendidas o editadas para que no saliera lo que verdaderamente son nuestros políticos; acuerdos por ‘debajo de mesa’ (como abundaron en su momento) entre medios de comunicación y candidatos que no querían exceder sus gastos de campaña…

Y todos lo hicieron. Nadie de los candidatos se salvan, incluso algunos panistas.

Además de todo eso, columnas pagadas en El Diario cuya pluma principal fue la de Pedro Torres o la guerra sucia admitida por los canales de televisión que, por cierto, se pagaron muy bien sin importar que se incumpliera el código de ética.

Y vaya si sabemos todas esas cosas. Estuvimos allí y las platicamos entre directores de medios. Analizábamos juntos cómo enfrentar esas presiones enfermizas del poder, muchas veces sin tener un beneficio directo porque todo eso entraba a la caja registradora personal de los dueños.

Por años, los periodistas de Juárez, crearon compadrazgos reales con políticos de baja monta, verdaderos diablos de la vida pública. Y, ya en el poder, pues cómo hablar mal del compadre.

A todo eso se enfrentará Eleazar Lara, a la verdad vivida por años en el Canal 5. Los catorce puntos de su ideario político que intenta llevar al Congreso estatal serán su nuevo script. La otra parte, las historias negras que le tocó vivir como director de Noticias y conductor de uno de los programas de televisión más vistos y participativos en la frontera, se quedarán en su mente, ¡qué lástima!

Rafael Navarro zagaleton.navarro@gmail.com