Solo Por Fregar: César Luis Ibarra Fierro

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El Hormiguito la elefanta y un aldeano.

Cuentan que era una hormiguita mucho muy pretenciosa, que creía que podía conquistar a quien sea. Vale decir que era una hormiguita macho, no crea usted que era hembra, ni desviado ni nada de eso, como ocurre en otros casos, era una hormiguita bien macho, que se jactaba de que animal que él quería, animal que pasaba por las “armas” y lo que es mejor, “las dejo satisfechas a todas”, decía mientras se acicalaba los bigotes de aguacero.

Voy a insistir en que la hormiguita del cuento solo es un ejemplo, no tiene nada que ver con otros animalitos de costumbres raras que les da lo mismo pollita que pollón, la de este cuento era macho, sin dudas y sin sombras en su camino y no estoy queriendo insinuar nada de nada.

Total que un día estando la hormiguita jactándose de sus habilidades, sus demás compañeros le empezaron a decir. ¿a ver, se lo harías a una leona? Y él contestaba “otra vez, ya llevó como cinco o seis de esas”.

¿Y se lo harías a una tigresa?, “ufh, de esas ya llevó como 10 o 12 y unas han repetido hasta cuatro o cinco veces”.

¿Y Se lo harías a una gorila?, y respondió relamiendose los bigotes, “vieras que esas son las mejores, que habilidades tienen mi hermano, te recomiendo lo hagas con una de esas”.

Total decía que ya había tenido relaciones con todas las animales salvajes, con todas las especies, incluso que había tenido relaciones durante buen tiempo con una rinoceronte y que la había dejado por celosa y escandalosa. Incluso hizo la recomendación que se buscaran una buena cocodrila, que esa experiencia era única, “solo que a esas no se les puede pedir mamaditas”, decía mientras se carcajeaba y luego añadió: “pero eso solo al principio, ya cuando las domas, les puedes pedir lo que sea”.

El caso es que en ese momento pasaba una manada de elefantes y no faltó el que le dijo en forma de reto: “a ver si es cierto, chingate a una elefanta” y la hormiguita sin arrugarse un pelo, respondió “va” y salió en chinga rumbo a donde estaba la manada de elefantes, encontró a la elefanta más bonita y se empezó a trepar por la pata derecha delantera de ella. Llegó hasta su gran oreja y empezó a susurrarle sus delirios de amor, la elefanta en ese momento cabeceo debido a que un grupo de moscas la molestaban en ese mismo momento y el movimiento de la elefanta convenció a la hormiguita de que sus “avances” estaban siendo correspondidos.

Trepado en la oreja la hormiguita se asoma a donde estaban las demás hormigas y les grita, ya la estoy convenciendo y procedió a darle lambiditas en el oído y mordiditas coquetonas, total el hormiguito estaba bien entusiasmado con su labor de refinado amante, mientras las moscas volvían a molestar a la elefanta, quien cabeceo inquieta y su movimiento hizo pensar a la hormiguita que la cosa iba por muy buen camino.

Así que presto y presuroso se encamino hacia la parte posterior de la elefanta, para satisfacer sus más bajos instintos y procedió.

El hormiguito estaba como loco, se movía como si tuviera ataques epilépticos, le decía de cosas a la elefanta, que si “mamacita”, que si “como estas rica”, que si, “verdad que te gusta” y le daba de nalgadas, mientras le gritaba “goza golosa” y esas cosas que se acostumbran en esos menesteres, según me han dicho.

El caso es que la elefanta ya encabronada con el enjambre de moscas y desesperada por quitárselas de encima, cabeceo muy fuerte y pego con su gran cabeza en un árbol que estaba a su derecha y lo golpeo tan fuerte, que una rama se desprendió y le pegó en su cabeza. Ante tan brutal golpe la elefanta pegó un berrido y se sacudió entera demostrando con ello el gran dolor que le había causado el golpe.

Ante el berrido y los estremecimientos, el hormiguito paro sus meneos y le preguntó con dulce y tierna voz. “perdón mi vida, ¿te lastimé?…

Pues bien este “Solo por Molestar” en viernes, no se porque se me vino a la mente, pero el caso es que hoy Javier Primero de Chihuahua realiza un encuentro “súper importante para el futuro de México”, pues él y sus amiguitos van a cambiar el rumbo del país en materia de equidad fiscal.

¡Que raro!, no entiendo que tiene que ver una cosa con la otra, ¿será que es viernes y esto se escribió solo por fregar?… la verdad ni yo me entiendo.

Pero bueno, la frase a ver como la acomoda cada quien, pero es muy buena, pues “le dijo el hormiguito a la elefanta ¿te lastimé?” y lo muy cabrón sería contar el cuento al revés, pues ya ve que de pronto pasan esas cosas, pero hacerlo sería una brutalidad para con el hormiguito de bigotes de aguacero…

¿Oiga señor y el aldeano?… jajajajajaja ¡les digo!…