Sexenio de EPN, sólo buenas intenciones, dicen expertos

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El Centro de Análisis e Investigación Fundar hizo un balance del sexenio de EPN. No le fue muy bien

A dos días de que termine la administración del presidente Enrique Peña Nieto, el Centro de Análisis e Investigación FUNDAR presentó el informe “Fue un mal año. no, menos, como seis”, sobre el balance que esta organización realizó sobre el sexenio que concluye.

El título de este informe no solo evoca una de las pifias del presidente al que le restan 4 días de mandato.

Es también el resultado de la evaluación de las políticas públicas que se desarrollaron estos seis años, basadas en el Plan Nacional de Desarrollo, el Pacto por México y decisiones coyunturales en torno a cuatro temas: Estrategias contra la corrupción, Derechos Humanos, Política Fiscal Y modelos de Desarrollo.

Las conclusiones son que, aunque hubo en el papel muy buenas intenciones, resultaron ser pura cosmética: los resultados son mínimos.

Lo bueno lo malo y lo feo en combate a la corrupción:

Tal vez eres muy joven para recordarlo, pero antes de la Casa Blanca, la Estafa Maestra y Odebretch (todos estos, casos de corrupción relacionados con figuras políticas entre las cuales figura el presidente) México era un país maravilloso, lleno de buenas intenciones de parte de un guapísimo Tlatoani que, entre los principales ejes de su propuesta de gobierno, se planteó fortalecer el pacto entre el Estado y la Ciudadanía, transparentar las acciones públicas y combatir la corrupción.

Entre los aciertos que destaca Fundar, está el de la participación de la Sociedad Civil en los procesos legislativos a los que debemos que, desde hace relativamente poco, México cuente con una Ley General de Transparencia y Siete Leyes del Sistema Nacional Anticorrupción.

Esto es muy bello. Lástima que a la par de estos logros, ocurrieron los casos de corrupción mencionados más arriba y por ende, el índice de aprobación del gobierno de EPN fuera bajísimo (20%) y el índice de la sociedad hacia su gobierno decayera, de 54% en 2006 a 38% en 2017.

Y por último, qué pena de veras que el Gobierno hubiera espiado a través del malware Pegasus a miembros de la sociedad civil con la que, en teoría, se había aliado para propulsar políticas tan importantes como la del Gobierno Abierto.

También en este sexenio se creó el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y que los legisladores aprobaran una ley que surgió de la iniciativa ciudadana: la famosa Ley Tres de Tres, cuyo nombre serio y formal es el de Ley General de Responsabilidades administrativas, la cual obliga a los funcionarios a publicar sus declaraciones patrimoniales, fiscales y de intereses.

Qué mal que las designaciones de los titulares de las instituciones encargadas de vigilar y sancionar a los funcionarios no fueron abiertos, ni contaron con la participación ciudadana, ni cumplieron con su función de la manera deseada.

Por ejemplo, en 2015, el mismo año que se creó el SNA, el titular de la Secretaría de la Función Pública era Virgilio Andrade, hombre cercano a Enrique Peña Nieto…su carnal, pues. Así que, cuando tocó investigar si existía conflicto de intereses en el caso de la Casa Blanca, el Secretario de la Función Pública concluyó (¡sorpresa!) que no.

Además de estas joyas de la política nacional, este sexenio culminó sin que se designara a los Magistrados Especializados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción, cuyo proceso se ha suspendido en tres ocasiones.

La deuda pendiente con la justicia:

Otro de los grandes retos que se impuso en el Plan Nacional de Desarrollo, fue la consolidación de un México Pacífico, asunto que tenía su grado de dificultad, pues acababa de terminar el sexenio de Felipe Calderón, que sumó 103 mil muertes por homicidio y 26 mil desaparecidos.

Sin embargo, en 2012 la cifra de homicidios bajó. esta tendencia se mantuvo en 2013 y 2014. Vamos: hasta la revista Time le dedicó en febrero de 2014 una portada a Enrique Peña Nieto con la optimista afirmación de que estaba salvando a México.

El gusto duró poco: 2014 fue el año de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la violencia repuntó, y de 2013 a 2017 se registraron 96 mil 406 muertes. Es decir: la violencia ha sido continua en los últimos dos sexenios. Nada cambió.

Acciones contra la tortura y desaparición

Uno de los avances en estos seis años, fue la creación de leyes contra la grave crisis de derechos Humanos que implican la tortura y la desaparición en el país.

El reporte de Fundar destaca que, aunque el Plan Nacional de Desarrollo propuesto por Enrique Peña Nieto no contemplaba acciones para enfrentar esta situación, en 2017, y gracias a una discusión abierta entre el gobierno y los familiares de las víctimas, se aprobó la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos de Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes. También se aprobó la ley General en Materia de Desaparición Forzada de personas y se cimentó el Sistema Nacional de Búsqueda de Personas.

Lo malo, es que el sexenio cerrará con más de 35 mil personas desaparecidas, de acuerdo con las cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas. Es decir: 10 mil personas más que en el sexenio de Felipe Calderón.

Si te interesa echarle un ojo al informe completo, visita la página de Fundar y descubre por qué concluyen que, a pesar de la importancia de los ejes políticos que trazó esta administración, los resultados no fueron los óptimos.