Todo es risa y diversión hasta que te das cuenta de que viola una ley de transparencia…
Recordemos algunos de los episodios de este mítico programa de televisión, como el de Pokemon Go!:
O éste, en referencia a “La Mars”:
O hasta éste, sobre nudes:
No decimos mítico en forma de halago. Lo mencionamos porque se han convertido en clásico en nuestro imaginario y, desafortunadamente, no tiene una finalidad benéfica para nadie.
Para muchos puede ser una serie extraña que a través de la exageración y lo absurdo, narra los supuestos acontecimientos diarios de la vida del mexicano. Tenemos ejemplos claros, como el capítulo de los emos, el juego de Pokemon Go! o el del amor desmedido por los celulares. Pero estos ejemplos no son más que exageraciones por parte de los creadores del programa, que le ponen dramatismo desmedido y lo pintan como algo realmente terrible, cuando es sólo una situación de la vida, claro, con el objetivo de que al final de cada capítulo, la Virgen de Guadalupe rescate las almas perdidas.
¿Qué la vuelve ilegal?
En el artículo 63 de la Ley Federal de Radio y Televisión hace apología a la violencia en los productos ofrecidos. Asegura que no debe haber ningún tipo de incitación a actividades ilícitas o que puedan afectar la integridad de las personas, así como la emisión de mensajes negativos o que se enfoquen a alguna materia, como la religión. Sí, ya tenemos un error.
Podrás pensar que La rosa de Guadalupe no incita a nada de ello, sólo da risa y es graciosa. Desafortunadamente, no. En Coahuila se presentó el caso de una chica que se quitó la vida imitando el episodio en el que una mujer hace lo mismo, pero la magia de la Virgen le devuelve la vida sólo para descubrir que su familia, la cual era disfuncional, se había reunido de nueva cuenta.
Existen personas que no ven el programa como simple diversión, sino como un modelo a seguir y no es correcto por varias razones: el derecho a la información no sólo se resume a lo que los programas ofrecen sino a cómo se da el mensaje. Por eso mismo decimos que la serie está mal planteada, mal escrita y mal presentada modificando todo lo que se cree que es.
La rosa de Guadalupe presume informar a la audiencia sobre temas de fe y confianza en la vida, pero presenta un discurso negativo desde el principio, sin soluciones claras, sólo un repentino acuerdo entre Dios, la Virgen y el protagonista del capítulo. Por lo general las tramas son violentas, hacen alusión a los malos tratos, las prácticas equivocadas y aunque son exageradas, resultan agresivas. Entonces, al ofrecer una solución “poco” probable —por no decir nada—, el programa sólo sugiere que el bienestar y la paz llegarán a través de una solución, igualmente, falsa, pero antes ya hubo un discurso sobre la mala moral y el odio.
Pongámoslo así. Recuerda el episodio de la chica que sufre la explosión de su celular por estar hablando dos horas con su novio. Cuando él se entera de que no tiene dedos a causa del accidente, termina su relación.
De inicio, el programa hace alusión a la violencia. Asegura que el accidente fue su culpa por estar halando con su chico ya que es una actividad negativa, es más, tener novio es malo. Pero los celulares son mucho peores porque, claro, todos explotan. Desafortunadamente, la finalidad del programa no es empoderar a las mujeres y decirles que no necesitan a un hombre tóxico a su lado, tampoco habla de la vida más sana sin celular (en todos los sentidos), sino de todo lo malo que es sumarse a la tecnología actual.
Esa es, precisamente, la ilegalidad del programa: la desinformación al respecto. Volvamos al artículo de la Ley Federal de Radio y Televisión en el que se prohibe emitir mensajes negativos, sólo vale presentar la información tal cual. La rosa de Guadalupe no lo cumple porque no presenta el conflicto y ya, sino que lo plantea como algo malo a pesar de ser situaciones poco probables o que son exageradas. Se guían por la moral y la religión dando como solución, los milagros de la Virgen y sus allegados.
La imposición religiosa es ilegal en México ya que el Estado está separado de la Iglesia, por lo que resulta complicado y molesto ver este tipo de programas que malinterpretan a la sociedad actual y transforman lo que hay en el imaginario mostrándolo como negativo y violento, pero no, la opinión deberías formarla tú, no ellos. Ahora, ¿sigues creyendo que es graciosa? Quizá deberías verla más a profundidad.
