Después de decir eso, el obispo trató de matizarlas asegurando que muchas de estas mujeres se ven obligadas a trabajar.
Como si de una broma se tratara, Salvador Rangel Mendoza, obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, desató una gran polémica tras asegurar que las víctimas de feminicidio en el país no estaban “precisamente” en misa ni en la catedral cuando fueron asesinadas.
“Honestamente lo voy a decir, ¿cuántas mujeres de estas, asesinadas, no andaban precisamente en misa, ni andaban en la catedral?”
En entrevista con la agencia Quadrantín, el obispo dijo esto y después trató de matizar sus palabras diciendo que muchas de estas mujeres se ven obligadas, por su situación económica “a buscar el pan cada día para ellas y su familia”.
“Van para sobrevivir y desgraciadamente encuentran la muerte.”