Cada año, durante los días más solemnes de la Semana Santa, especialmente el Jueves Santo, Viernes Santo y el Sábado de Gloria, millones de fieles en México y en otras partes del mundo conmemoran la Pasión de Cristo. Este periodo religioso recuerda momentos clave de la vida de Jesús como la entrada a Jerusalén, la Última Cena, el Viacrucis, su crucifixión y posterior resurrección.
Sin embargo, más allá de los actos litúrgicos y las procesiones religiosas, persisten algunas creencias populares que se transmiten de generación en generación.
¿Por qué no se bañan en Viernes Santo?
Algunos no se bañan en Viernes Santo porque piensan que el agua que cae es impura, dado que no hay quien la bendiga. Así se concibió de boca en boca el temor que propagaba que bañarse en Viernes Santo era un peligro.
Es por esta razón que en Viernes Santo no se debe hacer uso del agua, ni siquiera en el baño que a diario tomamos, tampoco cuando te vas de vacaciones, ya sea que vayas a ríos o a las playas, pues el castigo es que te puedes convertir en un pez. Una creencia que evoca mal augurio: bañarse o mojarse este día.
La Iglesia Católica no prohíbe bañarse en Viernes Santo. Sin embargo, enfatiza la importancia de vivir este día con solemnidad, reflexión y respeto por el significado espiritual que representa. Las prácticas personales, como abstenerse de ciertas actividades, pueden ser expresiones de devoción individual, una forma de conectar con su fe
¿Por qué se dice que uno se convierte en pez?
Según una tradición, bañarse en Viernes Santo podría tener consecuencias sobrenaturales, siendo la más popular la posibilidad de convertirse en pez. Esta advertencia, aunque carente de sustento religioso o científico, fue propagada de boca en boca principalmente en comunidades rurales, y se mantuvo como una forma simbólica de respeto al luto por la muerte de Cristo.
Por esta razón, muchas personas evitan bañarse, nadar en ríos o visitar la playa durante este día, ya que el uso del agua se relaciona con un supuesto castigo divino. Aunque hoy en día esta creencia se ha ido perdiendo, todavía hay quienes la respetan como parte de la tradición familiar.
Del temor al agua, a las mojadas del Sábado de Gloria
Contrario a la restricción del Viernes Santo, durante el Sábado de Gloria se tenía la costumbre de arrojar agua a los transeúntes como símbolo de purificación. Esta práctica, que alguna vez fue una festividad popular en muchas ciudades mexicanas, ha sido prohibida en varios estados debido al desperdicio del agua, recurso cada vez más escaso.
Actualmente, arrojar agua en Sábado de Gloria puede derivar en multas y sanciones, como parte de campañas para fomentar el cuidado del agua y el respeto al espacio público.