No es que seas perezosos, es probable que tengas una tristeza crónica, ansiedad o incluso depresión.
Las personas que te conocen dicen que eres “flojo”, lo cual te crees porque siempre te ocurre lo mismo, sin embargo, debemos decirte que se trata de algo mucho más importante y de cuidado; no es que seas perezosos, es probable que tengas una tristeza crónica, ansiedad o incluso depresión.
Se trata de la procrastinación, la postergación voluntariamente de algún acto, y cuando llevas esto acabo, además de hacerte sentir mal, provoca que evadas alguna tarea que sepas que tienes que hacer y cuando llega el momento en el que la realizas, lo haces con desánimo y apresurado. De acuerdo con la profesora de psicología en la Universidad de Sheffield, Fuschia Siroris, las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimo negativos en torno a una tarea.
En otras palabras, el estado de ánimo sí influye en que decidas procrastinar o no hacerlo, sobre todo si se trata de un sentir negativo. Esto se convierte en una manera de enfrentar tus emociones desafiantes y estados de ánimo negativos provocados por tareas, estos pueden ser aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, tristeza crónica, resentimiento, depresión, etcétera.
Este comportamiento también depende mucho de la tarea que tienes que hacer, por ejemplo, debes entregar un aburrido reporte que te encargó tu jefe; por automático, crees que cualquier otra actividad es mucho más interesante que llegar a ese momento en el que debes realizarlo, sin embargo, no quiere decir que lo dejes en el olvido, sí lo haces pero lo dejes hasta último momento porque lo aplazas lo más que puedas.