Se trata de una forma de protesta y una exigencia para que tanto el Gobierno federal, como el del estado, volteen a ver a los pobres que están padeciendo de falta de alimentos durante la pandemia.
Innumerables familias de todo el estado están saliendo al frente de sus casas para colocar trapos blancos que fueran visibles, muchos de ellos con leyendas que decían “En casa y con hambre”, “Tenemos hambre”, “Queremos despensas”, “Gobierno, estamos encerrados y tenemos hambre”. Usaron camisetas viejas, manteles y hasta cartulinas blancas, de todo se valieron.
De este fenómeno de los trapos blancos se reunieron muchas fotografías, algunos videos, y se presentan como una muestra de lo que están pasando los chihuahuenses más humildes.
Los trapos se van a quedar ahí, como constancia de que cada vez más familias se unen a la exigencia de que los gobiernos estatal y federal se den a la tarea urgente de instrumentar un programa nacional de distribución de alimentos entre las capas más desprotegidas de la población en el país.
Aquí en Chihuahua, habitantes de diversas colonias de la periferia de la capital, tanto del Sur, del Oriente y del Norte de la ciudad; colonias de Jiménez, comerciantes del Centro de esa ciudad y ejidos de ese municipio del sur de la entidad, así como colonias de Parral, de Ciudad Delicias, de Saucillo, de Cuauhtémoc, campesinos de Carichí y de Namiquipa; colonos y comerciantes, amas de casa y obreros de Ciudad Juárez. Indígenas de Bocoyna en la Sierra y del municipio de Guerrero… etcétera.
Muchos, cientos, tal vez miles de chihuahuenses se unieron a esta campaña, y más se unirán en próximos días, para dejar constancia de que, en este encierro obligado, de que esta reclusión en los domicilios, está afectando a quienes se quedaron sin trabajo o a quienes reciben sólo una parte de su salario, pero más a quienes trabajan por su cuenta y ya dejaron de percibir sus mínimos ingresos.
El hambre, la necesidad extrema, ya se están sintiendo entre los pobres.
