El último de los Mohicanos
Pensé que se habían extinguido. Un dejo de melancolía se asomo por mi mente al recordar los años dorados de la política chihuahuense; aún son motivo de risas estridentes recordar aquellas anécdotas de la vida pública que hicieron más gratos nuestros momentos como reporteros de ‘calle’.
Entonces, el periodista Adrián Sánchez Contreras me habló de Javier Mendoza, el candidato de la coalición PAN, PRD y MC por el distrito 02. He de confesar que inicialmente confundí al personaje con el locutor de radio de apellido Mendoza Zubiate, el de “señoressss y señorasss muy buenos días, este es el formato periodístico más impactante del momento…”
El que me sacó de la duda fue el también periodista Luis Carlos Carrasco, quien aseguró que se trataba del ex alcalde de Casas Grandes y ex diputado local por el distrito 01. Es todo un personaje, me dijo Carrasco, te va a caer muy bien.
Nos reunimos a desayunar en el Denys de Plaza Galerías. En un principio reflexioné sobre el encuentro. No ubicaba bien el distrito 02 federal ni tenía claridad del personaje que en unos minutos tendría sentado en la mesa. Es esos días en que te preguntas ¿qué diantres hago aquí? ¿de qué voy hablar? ¿qué le puedo preguntar a un campirano que le gusta el rodeo y que en su edad moza se dedicó a fabricar jarrones típicos de Mata Ortiz, la cuna de la cultura Paquimé?
Además el tonito del ‘movimiento naranja’ lo traigo tan clavado en el entresijo que le pedí a Dios que Mendoza no fuera a llegar con sombrero huichol como el de Yuawi, el niño que puso a México en la boca de la mitad del mundo con una sonsa canción que carece de profundidad y métrica, pero que contiene la esencia: ritmo y alegría.
Y a la hora convenida, como una manda, el oriundo del poblado más famoso del norte de México, ‘Juan Mata Ortiz’, hizo su aparición acompañado de su equipo de trabajo. Todos con una impecable camisa blanca, llevando los logos de los tres partidos del Frente de Ricardo Anaya.
Mendoza es de los políticos que se oponen al derroche de dinero en la inútil publicidad que se tiene que pagar en cada elección. Solo en playeras y camisas bordadas el PRD gastó 40 mil pesos, confiesa el candidato. “Eso es un madratal, no se justifica”, señala el ex alcalde de Casas Grandes.
Refiere que en su niñez se dedicó a la fabricación de vasijas de barro, típicas de la cultura Paquimé. Recuerda al padre de la barrería moderna, el internacional escultor Juan Quezada Celado. “En una ocasión me dijo el viejo, si la fama que tienen las vasijas de Paquimé en el mundo se convirtieran en dinero, sería millonario”.
…
Supe que era el ‘Último de los Mohicanos’ cuando lo escuché hablar. La percha que le dio fama a la pléyade de políticos chihuahuenses de la vieja guardia, es la misma acompaña a Luis Javier Mendoza Valdez un sobreviviente del desdén priista, partido que incluyó a sus documentos básicos la ‘meritocracia’, el ‘dedazo’ y la ‘herencia genética’ sin que los de a pie de dieran cuenta.
Fue entonces que el oriundo de ‘Mata Ortiz’ decidió aplicar el principio del pragmatismo para brincar al PRD sin padecer los estertores de muerte al que se enfrentan decenas de priistas, perredistas, independientes y panistas que brincan de un partido a otro entre episodios depresivos.
Mendoza lo describe así: “Me quise meter a la fila (de candidatos) y me dijeron: haga cola, cabrón…y que me asomo a la fila y había un chingatamadral haciendo cola…entonces dije, pues hay nos vemos”.
¿Y la ideología?, pregunto con la ingenuidad de un chihuahuense que creyó en las promesas de campaña de Javier Corral. Mendoza es de los pragmáticos que está convencido que “la persona es antes que los partidos y la ideología”.
Y confiesa que esa ideología, pues no existe. Es un asunto de hombres y de partidos. Entonces entiendo el ‘brincoteo’ que se traen los políticos de una ‘ideología’ a otra. Veo con profunda tristeza como partidos que defienden la vida, que defienden la familia, que defienden la heterosexualidad, se pronto cohabitan y se acuestan en la misma cama de la política con los que promueven la anti-vida.
Me intranquiliza que el gran electorado solo esté viendo hombres y partidos y apoyen a abiertos criminales que promueven la muerte de bebés a través del aborto.
Entonces me remito de Javier Mendoza, un ex síndico, ex alcalde y ex diputado local. Fue el único perredista que ganó en la elección del 2010, cuando se registró la fatídica llegada de César Duarte.
Es entonces que Mendoza reflexiona de las circunstancias que rodean la política y a los partidos. Cuando decidió salir del PRI se hizo una pregunta “¿chingao y ahora por quién voto? El candidato asegura que esa pregunta se repite todos los días ante la circunstancia que rodea la compleja maraña de candidatos.
Al final, el beneficio para las comunidades pobres es lo que tiene importancia para los que gobernamos.
Mendoza recuerda una llamada que recibió de la secretaría particular de César Duarte. Le pedían se trasladara a la ciudad de Chihuahua a una reunión un tanto urgente.
Al llegar a la ciudad de Chihuahua se enteró que volaría a la ciudad de México en el avión del gobernador. Y, algo que no esperaba, el propio Duarte los acompañaría a una serie de entrevistas con la intención de traer para el estado de Chihuahua 6 mil millones de pesos.
En el avión viajaba César Duarte, Marco Adán Quezada, Héctor Murguía y un diputado local de ‘oposición’ afín al gobernador del Estado.
Ya en la cámara de senadores, en una entrevista con Armando Ríos Peter, entonces perredista, César Duarte presentó al alcalde de Casas Grandes como miembro del PRD y estableció la necesidad de que la fracción del ‘Sol Azteca’ ayudara al Estado de Chihuahua a conseguir los 6 mil millones de pesos.
Ríos Peter se mostró escéptico, “es mucho dinero gobernador”, dijo el senador perredista a un Duarte hambriento de dinero.
Entonces surgió la idea de apoyar al municipio de Casas Grandes y a su alcalde. Acordaron que el Senado liberaría 120 millones de pesos y el Estado empataría una cantidad similar.
Mendoza recuerda una frase lapidaria de Ríos Peter: “los voy a ayudar, pero si no ayudas al alcalde del PRD voy a regresar y agarrarte de los huevos”, expresó ante un Duarte que se puso de mil colores y luego soltó una estridente risotada.
El apoyo recibido generó ayuda sin precedente al municipio de Casas Grandes. Entre otras cosas se creó la Universidad Tecnológica de Paquimé y aplicaron recursos a la solución de rezagos históricos…
¿Y cumplió Duarte?, pregunto a Javier Mendoza… “pues si cumplió, oiga…si cumplió el viejo”. Luego explica: “En el asunto de la política hay que tener cuidado de no andar cabresteando al lado del chingadazo”.
Como diputado local por el distrito 01, Mendoza volvió a la carga política-administrativa. En una amplia zona del noroeste del Estado de Chihuahua logró disminuir la tarifa de energía eléctrica al argumentar ante el gobierno federal las altas y bajas temperaturas de la zona.
…
Conviví poco con otro Mohicano, Artemio Iglesias, identificado como el Filósofo de Rubio. Y por falta de cultura general, hemos llamado filósofos a los dicharacheros pueblerinos.
Independientemente de su fino humor y los frases sarcásticas, algunas de ellas plagiadas de los filósofos pueblerinos, Iglesias ganó y se divirtió siendo político, pero más siendo priista.
Lo conocí cuando era gerente de Banrural en el Estado de Chihuahua. Tenía sus oficinas en la avenida División del Norte en la ciudad de Chihuahua.
La gente se conmovía de la sencillez del también apodado el Hertford porque atendía a la gente en el exterior de su oficina. Era hosco y directo. Sus profundos ojos verdes imponían a los reporteros. Tenía la costumbre de colocar una de sus manos sobre el hombro de los interlocutores y mirarlo a los ojos mientras hablaba, entonces el olor a tabaco y café penetraba a la nariz como si estuviera resollando un buey.
En la primera entrevista le pedí a Iglesias hablar a solas en su oficina y la respuesta fue rotunda: “aquí atiendo yo… ¿qué se le ofrece?” Volví a insistir y la respuesta fue la misma. Estábamos rodeados de campesinos y, de vez en vez, llegaban políticos afines a su partido a externarle sus respetos, pues desde los ochentas se creía que algún día sería gobernador del Estado.
Esperé a Artemio Iglesias Miramontes hasta que desahogó la agenda de ese día. Fue entonces que el famoso filósofo me invitó a su oficina y me pidió que le hiciera rápido las preguntas porque se iba a ocupar.
Mi relación profesional con Artemio Iglesias se repitió a lo largo del tiempo. La última vez que lo entrevisté fue el día del destape de Jesús Macías. Estaba solo en su departamento de la ciudad de México. Ese día no hizo apología de su sabiduría, fue sobrio y amplio en la respuesta. La noticia se publicó en la página 2-A del periódico El Diario. Esa fue la indicación del dueño, aunque era una entrevista reveladora de lo que había ocurrido en la confrontación que sostenía con Fernando Baeza, quien era el gobernador del Estado.
Ese primer golpe en su intención de ser gobernador de Chihuahua lo devastó como político. Exigió hasta el último momento el derecho que creía había ganado; a su favor la historia se ha escrito con la versión de que el PRI necesitaba un candidato débil para el ‘sacrificio’. Carlos Salinas había decidido que el ganador de esos comicios fuera el panista Francisco Barrio, pues necesitaba que el mundo creyera en el México democrático.
Cuando alguien le preguntó a Artemio qué había pasado en la nominación del PRI, el filósofo de Rubio, con sus profundos ojos de color dijo: “míralos, míralos, son como los burros comiendo elotes, entran de nalguitas al maizal para que parezca que van saliendo”. El mensaje era contra sus adversarios.
En 1998 el PRI volvió a repetir la dosis al filósofo de Rubio. Desechó su candidatura y eligió a Patricio Martínez García y allí empezó el declive del ex senador, ex diputado, ex dirigente del PRI estatal. Murió en un hospital de Nuevo Casas Grandes el 19 de mayo del 2010.
Luis Javier Mendoza Valdez competía en esa época como candidato a alcalde por Casas Grandes ahora por las siglas del PRD. Recuerda el día y el hotel en el que murió Artemio y recuerda alguna de sus frases.
En un afán por no perder el acervo filosófico popular de Artemio Iglesias, algunos priistas han creado páginas de Facebook para el rescate del pensamiento del hombre de Rubio. Estas son algunas de las frases rescatadas: “A puñaladas iguales, llorar es cobardía”; “En la ausencia también se hace política…” “de reversa también se avanza”; “Hasta un reloj descompuesto tiene la razón una vez al día”; “Yo no doy consejos porque los listos no los necesitan y los pendejos no los utilizan”; “La reversa también es cambio”;”Los berrinches se hacen en el baño”; “Al que le guste el baile que aguante los pisotones”; “Si nadando de muertito llego de una orilla a otra… para qué braceo”; “Jamás des explicaciones, los inteligentes no las necesitan y los pendejos no las entienden”; “La tierra es dura, el surco es largo y con estos güeyes hay que jalar”; “Pa’ que tanto brinco, estando el suelo tan parejo…”
…
Otro Mohicano fue el ex gobernador Manuel Bernardo Aguirre. Su empirismo político lo ubicó en el nivel de las ‘sabias ocurrencias’, le decían el ‘viejo zorro de la política’. Las anécdotas de don Manuel aún rechinan entre los priistas que estuvieron cerca de él. Su historia será fielmente contada en otra entrega.
En la lista de los Mohicanos no debe de faltar un político de los tiempos modernos. El enigmático y siempre sorpresivo Teto Murguía, ex alcalde de Juárez, ex senador, ex diputado y actualmente candidato plurinominal a legislador. El PRI lo colocó en el número 14 de la circunscripción número 1.
Estoy seguro que el empresario Héctor Murguía no intenta competir con Artemio Iglesias. De hecho convivió poco con el filósofo de Rubio.
Sus frases y forma de convivencia con el pueblo deben de ser la esencia de un trabajo amplio y refinado.
Por lo pronto, esperemos los tiempos del Mohicano de Casas Grandes, el de la tierra de las vasijas de Mata Ortiz, quien ha prometido traer a su distrito a Alejandro Mancera lo más rescatable de las filas perredistas.
Cualquier información enviada al siguiente correo y teléfono será atendida bajo el principio de la confidencialidad absoluta [email protected]