LA FANTASTICA HISTORIA DEL PUENTE QUE SE PERDIO. POR FROILÁN MEZA

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**El antiguo puente de la avenida Colón, de Chihuahua, se perdió una noche en la ciudad de Parral.
**¿Quién se lo llevó? ¿Se puede perder un puente?

Chihuahua, Chih.- La increíble y fantástica historia del puente de la avenida Colón de la capital, se parece más al guión de una película de suspenso y acción. Es el mismo puente que un buen día desapareció también de Hidalgo del Parral y del que nunca se tuvo noticia cierta. Hasta ahora.

¿Cómo se puede perder un puente? Ésta es la historia.

El antiguo puente que unía al centro de la ciudad de Chihuahua con el Barrio de Santo Niño en la margen norte del río Chuvíscar, fue construido en 1884. Por él pasaba todo el tráfico de carretas, peatones y los tranvías de mulitas (luego sustituidos por los tranvías eléctricos) que iban hasta Nombre de Dios y la Labor de Trías, luego conocida como Quinta Carolina.

Se trataba de un gigantesco puente de hierro de estructura metálica con base recta y tablero superior, moderno para la época en que fue asentado sobre el río, pero que tuvo que ser sustituido por otro de acero y hormigón durante el sexenio del gobernador Teófilo Borunda, a raíz de la obra de canalización del río.

El puente medía seis metros de ancho por cinco de alto y setenta y seis de largo. Cuando lo desarmaron y quedó la estructura arrumbada en un rincón cerca del Chuvíscar, el presidente municipal de Parral le solicitó al gobernador Borunda que lo donara a aquella ciudad, para colocarlo sobre el cauce del río que la atraviesa con un sinuoso cauce. Claro que sí, le dijo Teófilo Borunda al alcalde parralense, y los fierros fueron trasladados hacia la “capital del mundo” a expensas del erario estatal.

Pero una vez que el puente llegó a Parral, quedó tirado, arrumbado, a orillas de la carretera que va a Jiménez, frente al panteón, y nunca se concretó el proyecto de colocarlo sobre el río a espaldas del viejo Teatro Hidalgo. La idea inicial, que nunca se realizó, era que la colonia Talleres tuviera un acceso al centro de la ciudad.

Expuesto a los elementos, el otrora puente de la avenida Colón, cuyo peso total era de doscientas toneladas, se empezó a enmohecer.

Un joven inquieto, Abelardo Pérez Campos, quien ejercía el comercio y quien, dicen, se tuteaba con el gobernador, le pidió a éste que le diera el puente para colocarlo sobre el río Verde, entre los poblados de Cocomórachi y Tosánachi, en el municipio de Guachochi, donde éstos y muchos poblados de aquella región quedaban incomunicados cada año con la creciente del mencionado río.

Por supuesto que Teófilo Borunda estaba enojado con el presidente municipal de Parral, porque la donación, el penoso y elcostoso traslado de la enorme estructura metálica habían sido inútiles. El gobernador no podía revertir el donativo a Parral, ni podía desdecirse, así que le soltó la bomba a Pérez Campos:

“¿Por qué no va y se lo roba? Róbeselo, Abelardo, róbelo para que no siga pidiéndomelo a sabiendas de que no puedo dárselo”, dijo el mandatario. “Pues, éntrele, Abelardo, róbeselo, y nomás usted y yo sabemos”, lo conminó, y el negociante y posteriormente diputado Pérez Campos le tomó la palabra.

“Una tarde de octubre de 1961, cuando acababa de pasar el tiempo de aguas, se estacionaron, para esperar la noche, diez camiones troceros y dos grúas al lado de la carretera Panamericana, frente a la Cueva del Diablo, allí por Salaices, lugar muy próximo a Parral, con el personal necesario”, relató recientemente Abelardo Pérez Campos, en una entrevista que le hizo el periodista Jesús Manuel González Raizola para la revista Longitud 107.

Fue toda una hazaña el haber cargado todos los trozos del puente, hecho todo ello sigilosamente para no llamar la atención de los vecinos y de la policía municipal de Parral, pero se hizo, y poco antes del amanecer, al cabo de un tiempo no mayor de ciento ochenta minutos, el convoy de camiones ya iba rumbo a Matachí, con Pérez Campos en la retaguardia en una pick up.

Hoy en día, el puente se encuentra todavía en servicio salvando el cauce del río Verde entre Cocomórachi y Tosánachi. Es el mismo puente que se puede ver en las fotos antiguas que muestran el paso hacia el Barrio de Santo Niño.

Cuando el presidente municipal de Parral acudió con el gobernador para quejarse de que le habían robado el puente, éste le contestó: “Pero, señor presidente, ¿quién puede robarse un puente? ¿quién, sin que lo vean los vecinos, o la policía? No, presidente, yo estoy en que usted lo vendió como fierro viejo a la fundición, o lo malbarató con cualquier chatarrero, y hoy viene a decirme que se lo robaron. No, presidente, a otro con ese cuento.”

 

 

Por Froilán Meza Rivera
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