Existe una generación que tiende a ser infiel y no, no es ninguna que pertenezca a los buenos años de juventud.
Normalmente se cree que la etapa con más infidelidades es durante los veintes; son jóvenes, no están seguros de estar con una sola persona, no hay ningún compromiso ni nada que los una, etcétera, miles de razones son utilizadas para asegurar que la generación joven es más propensa a engañar a su pareja. Sin embargo, científicos han descubierto que esto es completamente falso, pues existe otra generación que tiende a ser todavía más infiel y no, no es ninguna que pertenezca a los buenos años de juventud.
De acuerdo con la Universidad de New Hampshire, los veintitantos no son la edad con más infidelidades, pues los expertos descubrieron que los hombres son infieles mayormente a los 55 y las mujeres a los 45.
Sí, ¡es real! Los expertos también explicaron que los beneficios de la infidelidad femenina se reducen después de los 40 años debido a que ya no se beneficiaría en términos de calidad genética con su amante. Asimismo, los hombres experimentan una reducción de la calidad del esperma alrededor de los 45 años, pero los beneficios reproductivos de tener una aventura, se expanden más en la vida de un hombre que el de una mujer.
Por otro lado, de acuerdo con la Universidad de Nueva York, generalmente la gente se comporta diferente cuando se acercan a una nueva década de su vida. Los encargados de este estudio, durante el 2016 se dieron a la tarea de realizar seis experimentos para que pudieran determinar el comportamiento de los adultos durante las edades que terminaran con 9, es decir, 29, 39, 49, etcétera, y su tendencia a tener amoríos.
Los expertos encontraron en todos los estudios que los participantes con edades que terminaran en 9, registraron preocupación extrema por el envejecimiento, de hecho hasta fueron más propensos a preguntarse si su vida realmente era significativa. Por ello, esto llevó a los expertos a buscar un “conducto de sentido”, es decir, algo que motivara a los testigos, ¡exacto!, como un amorío.
Se trata de un vínculo con el cambio de etapas, sin embargo, no justifica una infidelidad ni el dolor provocado a la otra persona. Es importante que la comunicación no se pierda en ningún momento de la relación sin importar la edad en la que se encuentren.
