Javier Corral, Pablo Héctor González, “Lucha Castro”, ¿qué esperan para renunciar?”: Jaime García Chávez Dixit

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Jaime García Chávez, presenta su análisis sobre la crisis que aqueja al Poder Judicial y pide la renuncia de Javier Corral, Pablo Héctor González y Lucha Castro.

Aquí el texto completo:

Diez cosas que hay que saber sobre la crisis en el Poder Judicial

La jueza del Décimo Distrito en Chihuahua, Matilde del Carmen González Barbosa, en el amparo número 1632/2018, declaró nulo el nombramiento de 56 jueces (penales, civiles y de lo familiar) porque el Consejo de la Judicatura violó su propia convocatoria al hacer una “valoración indebida de un examen práctico” entre los aspirantes. Se trata de la punta del iceberg de una crisis mayor nunca antes vista en Chihuahua.

Van aquí algunos puntos que han de tenerse en cuenta para valorar la ausencia de poderes en la entidad y que obliga a la remoción política para el nombramiento de un gobierno provisional que remedie los desmanes actuales:

Que no es una crisis nada más del Poder Judicial, sino una profunda crisis de gobernabilidad que lastra a Chihuahua a través del gobierno de Javier Corral Jurado.

Que contra su compromiso público en campaña, la división de poderes no existe, y cuando esto sucede no se puede hablar de que haya Constitución. Hay un afán concentrador del poder en una sola persona y un discurso esquizofrénico porque lo mismo que él hace se lo cuestiona al gobierno federal.

Que la crisis en el Poder Judicial, iniciada durante los gobiernos priístas, se ha ahondado ahora por el descarado intervencionismo del Poder Ejecutivo, no nada más en la designación de jueces, magistrados y consejeros, sino también porque existen despachos de abogados favorecidos en el litigio, cuyo máximo exponente ha sido César Jáuregui Robles, anterior secretario de Gobierno y socio de la firma que patrocina la cobranza de Diseño Van, SA de CV –al parecer en disolución– por su intervención en la fraudulenta construcción de la llamada “Ciudad Judicial”.

Que a su tiempo Corral no intervino, cuando tenía bono democrático del que hoy carece, para resolver la herencia duartista de los denominados “magistrados oxigenadores”, que hasta la fecha tienen presencia y esperan la hora para dar el golpe que los reponga en el mando.

Que el nombramiento de magistrados y de consejeros de la Judicatura obedeció a razones de partido, amistad, facciosidad o simple lambisconería, como en el caso de la teóloga Luz Estela “Lucha” Castro. De ahí el fracaso de esta institución, que en realidad no ha servido para nada y ha representado dos problemas adicionales: mayores erogaciones contra una hacienda pública lesionada y pretender imponer un régimen de terror, miedo y caciquismo operado precisamente por Lucha Castro.

Que en su oportunidad un grupo de estudiosos, abogados y juristas puso en manos de Javier Corral, durante la etapa de gobernador electo, todo un proyecto para la recuperación del Poder Judicial, para fortalecer su independencia, administrar justicia real a los chihuahuenses y convertirlo en el eje fundamental del Estado de Derecho en Chihuahua.

Ese proyecto fue lanzado al cesto de la basura y ni las gracias dio a sus autores, que hicieron sus aportes sin esperar nada a cambio, en particular honorarios y puestos.

Que la facciosidad del Poder Judicial es evidente en la persona de Carlos Olson, nombrado como poderosa pieza de Gustavo Madero y sus intereses económicos en la administración de justicia. El señor Olson prácticamente no tiene nada qué hacer en el puesto que hoy ocupa.

Que igual facciosidad, ligada al sistema de justicia, hemos visto en el sectario nombramiento del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa (TEJA), la elección de sus magistrados y magistrada, una panista de cepa, y su presidente, Gregorio Morales, ligado cien por ciento al Ejecutivo, como lo demuestra su estancia en la Secretaría de la Función Pública que encabezó Stefani Olmos.

Que un Poder Judicial así está muy lejos de los requerimientos de justicia que atraviesan Chihuahua por todos sus puntos cardinales.

Todo esto sucede, además, porque el presidente impuesto y de transacción con el duartismo, Pablo Héctor González Villalobos, se dedica a todo menos a atender su cargo. El señor escolástico viaja, viaja, viaja.

Javier Corral, Pablo Héctor González, “Lucha Castro”,
si tienen vergüenza, ¿qué esperan para renunciar?”

Jaime García Chávez dixit.