¿Influencers deben confesar si retocan sus fotos? Nueva ley

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En las redes sociales podemos encontrar todo tipo de imágenes que pueden ser distintas a la realidad, las imágenes de personas que se publican en Instagram, Tinder u otra red social pueden ser muy distintas a las personas que son en la vida real.

Pensando en esto el Gobierno de Noruega creó una nueva ley que obliga a los influencers a confesar si retocan las fotos que se publican en sus redes sociales.

La idea es que, con esta ley, todas las publicaciones pagadas que son hechas por los Influencers tengan alguna leyenda que indique que la imagen fue modificada.

Desde hace algunos años se registra aumento en casos de depresión y ansiedad entre jóvenes que frecuentan las redes sociales, uno de los motivos de estos trastornos es precisamente que en los contenidos que consumen muestra modelos de cuerpos ‘perfectos’ y que no todos pueden tener.

¿Las personas se sienten inseguras con su cuerpo?

La realidad es que con las imágenes que se publican en las redes sociales muchas personas pueden sentir pesar o desilusión al no tener el tipo de cuerpo que consideren ‘perfecto’ para la sociedad.

Lo curioso es que algunos influencers de ese país han tomado con buenos ojos la medida, tal es el caso de Madeleine Pedersen, una chica de 26 años que tiene miles de seguidores en su cuenta de Instagram

Pedersen declaró en entrevista para la BBC que ya es hora de reglas que impidan que los jóvenes se comparen con imágenes que no son reales.

A lo largo de los años se han reportado decenas de casos de suicidios o lesiones graves en los intentos de los jóvenes por parecerse a las personas que tienen miles de seguidores en sus cuentas de redes sociales.

Diversos estudios indican que la mayoría de las fotografías publicitarias realizan retoques mayores a elementos como la piel, uso de filtros o incluso ángulos falsos para que las fotos muestren una ‘realidad falsa’.

El caso de Instagram

La influencia que pueden tener las redes sociales en la salud mental de las personas provocó un alza en los casos de suicidio, sobre todo entre las personas con depresión y que sentían rechazo en redes sociales.

Ante eso, Instagram tuvo que aplicar nuevos mecanismos para intentar mitigar esta influencia; un claro ejemplo ocurrió cuando la famosa red social de fotografía y video corto modificó la aplicación para que ‘desapareciera’ el número de ‘me gusta’.