Guardia Nacional investiga a sus elementos por quejarse de operativos en WhatsApp; monitorea sus redes

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La Guardia Nacional (GN) ordenó poner en marcha una investigación interna a sus propios elementos para identificar y sancionar a los responsables de haber emitido o compartido mensajes en la aplicación WhatsApp, en los que se critican decisiones tomadas por el alto mando militar como los relevos de personal en las carreteras del país, o el uso de los guardias para perseguir migrantes o vigilar bancos del bienestar.

Incluso se ordenó a todas las comandancias estatales (encabezadas por militares) y a sus áreas de inteligencia monitorear los mensajes que elementos de la institución difundan en redes sociales bajo el argumento de que “ponen en entredicho la buena imagen de esta Institución de seguridad pública”.

Dichas órdenes se dieron a través de un oficio con carácter de “extra-urgente” fechado el pasado 29 de octubre y dirigido a todas las comandancias estatales, el cual fue firmado por el Coronel de Caballería Diplomado de Estado Mayor y Jefe de Sección de inteligencia de la GN, Napoleón Jiménez Amezcua, en representación del General Retirado Comandante de la GN, Luis Rodríguez Bucio.

En el documento, al que Animal Político tuvo acceso, se advierte —por las firmas de los funcionarios militares— que fueron las áreas de inteligencia del Ejército las que identificaron en servicios de mensajería y redes sociales la difusión de los mensajes de presuntos elementos de esta corporación exponiendo críticas a las estrategias implementadas recientemente.

Incluso se refiere que el asunto fue abordado a través de una “teleconferencia” urgente de la que no se dan mayores detalles, pero que dio como resultado la orden de identificar a los autores de los mensajes, aplicarles los correctivos que correspondan y monitorear la emisión de otros mensajes. Ello con estricto apego, se precisa, al respeto a los derechos humanos y la Ley Nacional de Uso de la Fuerza.

La abogada Adriana Herrera, especialista en Derecho militar y Fuerzas Armadas dijo que estos documentos (de los que se le mostraron copias) prueban la intervención de áreas como el Estado Mayor de la Defensa Nacional en una corporación de seguridad pública, pero además abren la puerta a actividades de espionaje a sus propios efectivos por los aparatos militares responsables de ello.

Este medio solicitó a la Guardia Nacional un posicionamiento oficial sobre estos hechos y conocer, por ejemplo, qué correctivos se tomaron en contra de los elementos responsables de los mensajes. Hasta la publicación de esta nota no se ha recibido respuesta.

El mensaje que molestó al Ejército

De acuerdo con el oficio formado por Jiménez Amezcua, durante las tareas de “monitoreo de redes sociales” que rutinariamente realiza el personal de la Subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional (una instancia de la Sedena), se detectó un mensaje en la aplicación de mensajería “Whatsapp” en donde se criticaban decisiones tomadas sobre la Guardia Nacional.

En el documento se transcribe en cuatro cuartillas el contenido de dicho mensaje titulado “NO tiremos la toalla”. Comienza criticando el relevo de expolicias federales dentro de la Guardia Nacional que estaban destinados a labores de seguridad en carreteras en Jalisco y Guanajuato, y su sustitución por policías militares.

A continuación, el mensaje hace referencia a las cuatro acciones que México está obligado a cumplir en el marco del Programa Sectorial de Comunicaciones y Transportes 2020-2024, y cuestiona que los militares a cargo de la Guardia Nacional puedan cumplir con dicho objetivo.

“Compañeros ¿De verdad creen ustedes que al general secretario de la Defensa Crescencio Sandoval, quien es el artífice intelectual de este desgarriate llamado Guardia Nacional… le interese o tenga conciencia de todo esto? Naturalmente no. Ellos lo que quieren es el control de las carreteras y los aeropuertos” añade el mensaje.

Con términos por momentos despectivos, en dicho mensaje se cuestiona a los militares enrolados en la Guardia Nacional, e incluso se acusa que ellos fueron traídos “con engaños” a esta fuerza de seguridad. Después pide “a los compañeros” que no acepten los ofrecimientos y que traten de tramitar amparos en contra de sus cambios de adscripciones o quejas ante la CNDH.

“Hasta ellos (los militares) están enojados. Les prometieron que en seis meses regresaban a sus cuarteles o barracas y no es así. Andan de gaseros, cuidando vacunas, cuidando los esqueléticos bancos del bienestar, cuidando pipas y lo peor: correteando y madreando a migrantes”, indica el mensaje de WhatsApp transcrito.

Finalmente, el mensaje vuelve a criticar la sustitución que se hará de los exfederales asignados a la Guardia Nacional para la vigilancia en carreteras de 18 estados, y afirma que el trabajo de hasta cinco mil personas está en riesgo. El mensaje, según la transcripción, concluye señalando diversas disposiciones administrativas que se están violando con dichos relevos y reitera la invitación a promover acciones legales.

La respuesta: vigilancia, advertencias y sanciones

Sin hacer referencia alguna a las quejas promovidas en el mensaje, la Comandancia de la Guardia Nacional ordenó a las comandancias estatales emprender cinco acciones enfocadas a identificar a los elementos implicados en el intercambio de mensajes, sancionarlos conforme corresponda y prevenir la difusión de otro tipo de mensajes.

“Se ordena active sus órganos de búsqueda de información para ubicar, identificar, verificar y localizar el origen del citado mensaje” señala la primera instrucción girada por la comandancia.

Después se indica que en caso de que se confirme que dicho mensaje fue emitido “se tomen las acciones disciplinarias correspondientes con el personal de la GN involucrado”, y se informe al órgano de control interno. Se recalca en negritas que dicha actuación deberá ser con “apego irrestricto a los derechos humanos”.

Como tercer punto se ordena mantener un monitoreo permanente sobre las publicaciones en redes sociales para cuidar un impacto negativo en la imagen de la GN, y que “se ponga en entredicho la buena imagen” de la corporación.

En seguida se solicita a las comandancias estatales “concientizar a la totalidad del personal” sobre las “consecuencias legales y administrativas” a las que pueden hacerse acreedores por la difusión de este tipo de mensajes. Finalmente pide que se ratifique al personal de la GN que esta es una institución que actúa bajo los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos.

Espionaje y control militar

La especialista en Derecho militar Adriana Herrera examinó los oficios y advirtió dos cosas: la intervención militar en esta corporación y el inminente riesgo de espionaje a las comunicaciones privadas de sus propios elementos.

En primera instancia la experta llamó la atención de que el oficio en el que se ordena implementar estas vigilancia y sanciones esté firmado por Amezcua utilizando su grado militar (coronel de caballería) y no privilegiando su grado policial, suponiendo que realmente lo tenga.

“Si es de la GN debieron haberle puesto su nombre y su grado policial que, en este caso de coronel sería el equivalente a inspector general. Debería decir inspector general jefe de la sección de inteligencia, sin embargo, le ponen el grado militar. Y esto es revelador de cómo operan realmente bajo la estructura castrense y no civil”, indica la experta.

A ellos se suma que de todos estos oficios se marca copia a instancias de la Secretaría de la Defensa Nacional pese a que la GN es una policía desconcentrada de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. De hecho, la marca de agua del documento corresponde a la 1ra Brigada de Policía Militar, adscrita a la Defensa.

En octubre de 2020 Animal Político publicó que los jefes de la Guardia Nacional eran en realidad mandos militares que seguían subordinados a la Defensa Nacional y que, en realidad, no estaban separados de esa institución armada.

Una situación más delicada, añade Herrera, es que en los oficios se advierte la intervención de la subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, situación que permite presumir que detrás de estas tareas de monitoreo podría existir un espionaje a efectivos que, además, en el papel son policías civiles y no militares.

“Es claro que aquí hubo un trabajo de inteligencia para identificar el mensaje de WhatsApp, sustraerlo y transcribir el contenido. Es decir, ellos siguen utilizando sus mecanismos de espionaje para recabar información de inteligencia y usando medios que son ilegales e inconstitucionales. Y con los cuales se piensan tomar medidas y acciones”, alertó Herrera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con información de Animal Político