Escapularios del Santo Niño de Atocha, usados por Ovidio Guzmán, se ‘agotan’

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En redes sociales indican que se agotan los escapularios con la imagen de este santo que portaba el narcotraficante al momento de su detención.

La polémica sobre la imagen de Ovidio Guzmán continúa después de viralizarse la foto que se le tomó, presuntamente, al momento de su detención. Se habló no sólo de lo que significaban los amuletos que colgaban de su cuello, sino también de la defensa que hicieron algunos usuarios y usuarias al considerarlo ‘guapo’ y posteriormente, de cuánto había costado su camisa y de qué marca era.

Ahora, en redes sociales se ha ‘informado’ que los escapularios con la imagen del Santo Niño de Atocha se han ‘agotado’ tras venderse como pan caliente, pues sin su ‘ayuda celestial’, Ovidio Guzmán López no hubiera sido liberado el jueves pasado luego de haber sido protagonista de una de las balaceras más recordadas en Culiacán, Sinaloa.

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‘¿Problemas con el SAT? Él te libera’

Se habló de este tema de forma sarcástica en redes sociales, pues el usuario arrobado como Anuoa (@anuoa), dijo que la gente, después de darse a conocer que la figura del Santo Niño de Atocha, era la que colgaba del cuello de Ovidio Guzmán López el día de su liberación, se agotaría de manera inmediata.

“¡Se agotan! ¡En venta escapulario del Santo Niño de Atocha. 2 mil por ciento efectivo! ¿Problemas con el SAT? ¿Sedena? ¿Semar? ¿FGR? ¡Te libera de todo problema, amarre, atorón, emboscada, detención! Un hijo de un importante comerciante lo usó y se libró de sus captores! ¡Pídelo ya!”, postea el usuario en la popular red social.

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Intercesor de las personas en reclusión

En sus orígenes españoles, allá por el siglo XIII, la leyenda cuenta que la imagen conocida como Nuestra Señora de Atocha cargaba un niño Jesús, el cual desaparecía en las noches para llevar alimentos a los cristianos prisioneros por los musulmanes del al-Ándalus.

En México, la tradición cuenta que el culto se instauró en el país en el siglo XVIII, concretamente en la población de Plateros en Frenesillo, Zacatecas, donde el Santo Niño de Atocha cobró popularidad entre otras cosas, como intercesor de las personas en reclusión.