El asteroide que podría caer en la Tierra en 2032 tiene en vilo al mundo: en qué países podría impactar

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Llamado YR4, fue detectado por un telescopio en Chile y generó una alerta global de la ONU para incrementar su observación y determinar su trayectoria. Expertos explican las claves de su seguimiento y qué consecuencias tendría un impacto en la Tierra.

Lo que comenzó con un simple avistamiento, ahora se ha convertido en una alerta mundial. Se trata del asteroide 2024 YR4 detectado a fin del año pasado y que al principio no revistió gran importancia. Pero a medida que corrieron los días, logró captar la atención de la comunidad científica y de la opinión pública debido a su potencial riesgo de impacto con la Tierra en 2032.

Descubierto el 27 de diciembre de 2024 por uno de los telescopios de la red ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) de la Universidad de Hawái situado en Río Hurtado (Chile), se trata del objeto celeste que con un diámetro estimado entre 40 y 90 metros, ha sido clasificado en cuanto a su peligrosidad en el nivel 3 de la escala de Turín, lo que indica que merece un monitoreo constante por parte de los astrónomos.

Y la preocupación fue tal que la Organización de Naciones Unidas emitió un alerta para que más telescopios se sumen a la vigilancia de este cuerpo que vaga en el espacio. En medio de este inédito hecho, se supo que el organismo internacional también decidió que 2029 sea el Año Internacional de Concienciación sobre los Asteroides y de la Defensa Planetaria.

“Se está simplemente informando que, como expertos y por nuestros protocolos, tenemos que poner una atención especial a este asteroide particular”, explicó el español Juan Luis Cano, coordinador de la Oficina de Defensa Planetaria de la NASA, quien envió un mensaje de tranquilidad por la activación del protocolo

Sin embargo, el mensaje de tranquilidad choca con una realidad preocupante. Generalmente, cuando se descubre una roca espacial y se determina el grado de probabilidad de colisión con la Tierra, estudios y observaciones posteriores hacen bajar ese porcentaje de peligrosidad. Cosa que no ocurrió aquí.

En una semana de observaciones hemos pasado de 1 entre 83 posibilidades de que el asteroide se cruce con el planeta Tierra a 1 entre 43.

Desde su detección, los científicos han analizado la órbita de 2024 YR4 para determinar con mayor precisión su trayectoria y la probabilidad de impacto con la Tierra el 22 de diciembre de 2032.

Lo que comenzó con números de 1,3%, pasó a 2,3%, según los cálculos más recientes del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), elaborado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, una cifra que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha confirmado con su propia estimación del 2,27%. Si bien el número es bajo, resulta suficiente para que el asteroide siga bajo observación hasta que se descarte cualquier riesgo.

El protocolo internacional establece que cualquier asteroide con más de un 1 % de probabilidades de impacto y un tamaño superior a 50 metros debe ser reportado a la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de la ONU (UNOOSA). En consecuencia, el 29 de enero, la Red Internacional de Advertencia de Asteroides (IAWN) notificó oficialmente su existencia, lo que activó la vigilancia internacional.

Así, el 3 de febrero el grupo SMPAG (Space Mission Planning Advisory Group) de la ONU, encargado de coordinar la respuesta internacional ante posibles impactos de asteroides, comunicó que seguiría vigilando el asteroide 2024 YR4 hasta que la probabilidad baje del 1%. Pero lejos de descender esa probabilidad, aumentó.

“Un encuentro cercano con la Tierra que merece la atención de los astrónomos y el público”, señalan los científicos que elaboran la escala de Turín al referirse a los asteroides en nivel 3. A pesar de esto, los científicos confían en que la probabilidad de impacto disminuirá en los próximos meses a medida que se obtengan datos más precisos sobre su órbita.

Según explicó Kelly Fast, oficial de defensa planetaria de la NASA, el asteroide tiene una órbita peculiar que lo lleva a recorrer el sistema solar interior, pasando cerca del Sol y de la Tierra, antes de alejarse hacia la región entre las órbitas de Marte y Júpiter.

El licenciado Mariano Ribas, jefe de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, explicó a Infobae cómo fue descubierto este asteroide: “Tiene una entrada de catálogo, una identificación que es 2024 YR4 y fue descubierto muy a fines del año pasado, el 27 de diciembre por uno de los telescopios de la red Atlas, que es un sistema de monitoreo y búsqueda de objetos cercanos a la Tierra. Uno de sus telescopios que está en Chile es el que encontró a este objeto que tiene un tamaño estimado en torno a los 50 o 60 metros. Se habla de un mínimo de 40, un máximo de 100”

Y agregó: “A partir de ese momento se lo empieza a monitorear, a rastrear en su trayectoria día a día y se estima una órbita. A partir de esa estimación se vio que el 22 de diciembre de 2032 va a pasar muy cerca de la Tierra. Eso en términos reales, es a unos 50.000, 100.000, o 150.000 kilómetros, con márgenes para arriba y para abajo. La probabilidad inicial de impacto sería en el orden de 1,3%, que es lo suficientemente importante como para que se lo pase a rastrear con especial cuidado. Y justamente por ese porcentaje que supera el 1%, se activa el protocolo de seguridad planetaria que dicta la ONU”.

“Esta estimación ha ido variando en los últimos días en función de parámetros orbitales más precisos fue elevado a 1,6% y después fue subido a un poquito más del 2%. En algunos estudios más inclusive. Por ejemplo, hay un artículo en la revista Sky & Telescope donde se cita un estudio que habla de una chance del 3 al 6%. Por lo tanto estamos en una tendencia hacia el alza. En muchos otros casos, estos porcentajes van eliminándose o borrándose, pero en este caso, no, lo cual es llamativo”, precisó Ribas.