Corral lleva ventaja en la calle…

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Una lectura que pocos le han dado a las encuestas de la intención del voto que se levantan en la entidad, es el hecho de que el llamado “hartazgo ciudadano” contra Javier Corral no existe en la calle, no hay desilusión que le genere negativos, eso solo está en el llamado “circulo rojo”, pero fuera de ese nivel, muy pocas personas señalan de ineficiente al gobierno amanecido y aunque la clase política y los pinches medios estemos todo el día señalando que la inseguridad está a niveles de emergencia y con focos rojos prendidos, que hay problemas en instituciones educativas, que el sistema de transporte no sirve, que no hay obra del gobierno y cien o mil cosas más, la verdad es que el ciudadano calle no le ha perdido la esperanza a Javier Primero de Chihuahua.

Claro que hay quienes si le han perdido esa fe, claro que hay quienes se han desencantado, claro que hay rivales políticos de los amanecidos -en especial los tricolores y los morenos- que quieren tener la esperanza de que hay un desgaste importante en la imagen de Corral “y su muy mala administración”.

Incluso se puede decir que hay algunos sectores empresariales que ya empezaron a prender focos amarillos por las diversas situaciones que se presentan y por la falta de soluciones reales a muchos problemas y que ven con preocupación lo que hoy pasa con la UPN y con la Normal de Saucillo, el Tec de Chihuahua, el Bachilleres, etc.

Pero el blindaje de Javier Corral nace del deseo de venganza, del rencor, del hartazgo ciudadano y esos son sentimientos mucho muy difíciles de disipar y que por el contrario, con cualquier chispa alcanza para volver a encenderlos y llevarlos de nuevo al rojo vivo.

Ejemplo de lo que decimos es cuando se anunció el encarcelamiento del exalcalde Javier Garfio Pacheco, todo el circulo rojo, incluyendo panistas, señalaron que esa medida fue excesiva, porque se entendía a la perfección que esa medida era solo una jugada política y que para colmo, el PRI abandonó la batalla, pues ellos estaban metidos de lleno en su guerra de los odios y muchos de ellos hasta festinaron la detención de “uno de los hijos de Duarte” y los aliados corrieron, se escondieron y nadie defendió la plaza.

Y fue cuando el hartazgo ciudadano fue recompensado, “están cayendo los pinchis corruptos”, señalaba la calle a gritos, “es algo insólito”, decía la gente, se comentaba en las mesas de las familias, en los restaurantes y el gran morbo era preguntar ¿quien sigue? Y se hacían quinelas, se cruzaban apuestas y Javier Primero de Chihuahua se convirtió para las mayorías en el que sí esta castigando a los corruptos.

La vedad es que Javier Garfio no fue un mal alcalde, incluso se puede decir que él es una “buena persona”, es decir, cometió pecados, muchos, pocos, pero no era de actuar perverso, pero en él se concretizó el deseo de venganza popular de la mayoría en contra de los gobernantes corruptos. 

Y para colmo del PRI, Duarte puso pies en polvorosa, no se quedó a enfrentar al que él dijo que “se la pelaba”, no crea usted que esa es una expresión inventada por este que mal tunde teclas, esa fue una platica sostenida con el exgobernador en su despacho a unos días de dejar la gubernatura: “me la pelan tocayo, no me hacen nada, vas a ver”, me dijo Duarte mientras se recostaba haciendo hacia atrás su silla del despacho privado en Palacio de Gobierno y aseguraba “no tienen nada con que agarrarme, y no me pueden quitar nada”.

Era en ese momento César Duarte el derrotado en las urnas, el gobernador que tenía que entregar el puesto a su más acérrimo enemigo en apenas cinco días y él todavía afirmaba “me la pelan”.

Y hoy el pueblo festeja cada vez que el gobierno amanecido anuncia un nuevo embargo de ranchos, de cientos de vacas, de camionetas, de lo que sea, pues por primera vez le están quitando a un cabrón político lo que se robó.

Esa es la razón del blindaje electoral de Javier Corral en este proceso que marca el principio del fin de su administración, es él el único gobernante que “ha castigado a los corruptos” y para colmo, “trae huyendo al cabrón de Duarte”.

Esa es la explicación de porque las encuestas señalan con ventaja electoral al PAN sobre el PRI en la entidad, en la de senador la ultima encuesta marcaba un dos a uno y seguía sin reflejarse un “efecto Reyes”, en las de las diputaciones federales igual y en las diputaciones locales se señala que los panistas pueden mantener casi todo lo que tienen y que lo que pierden lo hacen con los independientes en Juárez o con MORENA, pero no con el PRI. Y en las alcaldías pasa más o menos lo mismo y el PRI no logra remontar el marcador por un simple hecho, “ellos son corruptos” y no se deslindan de su pasado, por que son corruptos, porque son de los mismos.

Ahora bien, el sentimiento de odio, el hartazgo crece y un efecto que todavía no podemos medir, que no podemos estar seguros que tanto va a mover el voto es el “fenómeno Andrés Manuel”, ese que ya dejó para muchos de ser “el pinchi Peje” y que se ha ganado tras 18 años de campaña permanente, ser el adalid que puede hacer que las cosas cambien, ¿para bien?, quien sabe, pero que cambien grita la calle.

Así pues, ese es el razonamiento de porque Javier Corral está blindado ante el ciudadano de Chihuahua, ojo, no estamos diciendo que sea invencible o que no puedan perder algunos distritos y alcaldías, solo que su presencia  en las boletas no es negativa, no es el pinche corrupto de César Duarte en el 2016, es Javier Corral, el que si ha metido corruptos a la cárcel y esa es la barrera contra la que está topando el corrupto PRI y sus candidatos que se siguen portando como aspirantes que van con todo en contra y no como candidatos que tienen la obligación de conseguir votos.

2018 no es una elección de marcas, es una elección de sentimientos, de odios, de rencor, incluso de miedos y mientras el PAN se anuncia como el único que si esta combatiendo a la corrupción en la entidad, el PRI opta por anuncios tipo Jidosha, en donde le pide al ciudadano que “lo compre” porque ya lo conocemos y claro que lo conocemos, son los que han jodido al país, son los de la marca de César Duarte, son los que crearon a los cárteles de la droga, son los que han saqueado a Pemex, son los que tienen el dólar por los cielos, son los que mataron a los 43 de Ayotzinapa, son los de Peña Nieto y su casa blanca, son los de los fraudes con el ISSSTE y las universidades, son los de Rosario Robles y los negocios en miles de millones de pesos.

Claro que el PAN a nivel nacional es más o menos igual, pues es el PAN de Ricardo “el chívalo cabrón gandalla” Anaya, que tiene un montón de negocios sucios, es el PAN de Fox y sus negocios de familia, es el PAN del pinche borracho de Felipe Calderón, de la corrupción insultante con la “Torre de la Ignominia”, son el PAN de los moches, son el PAN que no sabe gobernar.

Digamos pues, que ese es el panorama y súmele usted sus propios odios y corajes, la gasolina, el dólar, los impuestos, lo que a usted le duela y tras liberar todos sus odios, pregúntese solo dos cosas, ¿quien tiene al culpa? Y ¿por quien no voy a votar? Y vera usted que en su ecuación final, no está Javier Corral y eso es por que Javier Primero de Chihuahua todavía está blindado, pues todavía tiene un bono favorable con el ciudadano: “él todavía puede detener a Duarte y shingarselo” y aunque eso no nos solucione nada, la verdad es que todos vamos a sentir una gran satisfacción al ver que un ratero del tamaño de César Duarte sea castigado ¿y si no lo agarra?, bueno, esa es otra historia y se resuelve en el 2021…