Científicos advierten que deshielo de glaciares se aceleró desde el 2000

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Los glaciares del mundo se están derritiendo a un ritmo récord por el calentamiento global, ya que han perdido una media de 267,000 millones de toneladas de hielo al año desde 2000, según un estudio publicado en la revista Nature.

Esta es la principal conclusión del trabajo realizado por un grupo internacional dirigido por investigadores del Laboratorio de Estudios de Geofísica Espacial y Oceanografía, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) francés.

Los investigadores comprobaron que la reducción de los glaciares se ha precipitado en los últimos años, pasando de 227,000 millones de toneladas de hielo perdidas anualmente entre 2000 y 2004 a 298,000 entre 2015 y 2019.

Estos resultados son fruto de la primera cartografía completa y precisa de la evolución del espesor, y por tanto de la masa, de todos los glaciares del mundo, explicó un comunicado del CNRS.

Los glaciares que más rápido se derriten desde el año 2000 se encuentran en los Alpes y Alaska.

En cambio, los científicos hallaron que las tasas de deshielo se redujeron en la costa oriental de Groenlandia, Islandia y la región escandinava en el período 2010-2019.

“Esta desaceleración local podría deberse a una anomalía meteorológica que provocó un aumento de las precipitaciones y un descenso de las temperaturas, frenando la pérdida de hielo” en esa zona, indicaron los investigadores.

Precisaron que “la variabilidad regional de la pérdida de masa está determinada en gran medida por los cambios en las precipitaciones. Por contra, la aceleración global de la pérdida de masa de los glaciares es el resultado del aumento de las temperaturas”.

Los científicos realizaron esta investigación con medio millón de imágenes tomadas por el satélite Terra de la agencia espacial estadounidense NASA, lo que les permitió crear una serie de modelos digitales de la altura de los glaciares.

Estas nuevas observaciones permitirán esclarecer las predicciones de la evolución de los glaciares y, de esta forma, contribuir a anticipar mejor los cambios en los recursos hídricos de algunas regiones montañosas, concluyeron los expertos.