Cempasúchil: una flor de México para China

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La flor de cempasúchil es considerada como símbolo de identidad nacional. Es endémica del continente americano y se compone de 58 especies, de las que 35 habitan en México, por lo que nuestro país es considerado como centro nativo del cempoalxóchitl (su nombre en náhuatl). La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) refiere que hay “evidencias arqueológicas (que) indican que el cempasúchil se domesticó y era usado en Mesoamérica desde hace 3000 mil años”. Es una flor muy mexicana, pero que ha sido tomada por países como China, que hoy es potencia en su producción.

Son flores cuya semilla ha sido mejorada en China, Estados Unidos, Japón o India para aumentar el número y tamaño de sus flores, para que tengan colores más intensos y ciclos de cultivo más cortos, para reducir los aceites que le dan el olor característico, pero que no dan semilla, y si la llegan a dar, pueden no ser viables.

“La tradición de las culturas mesoamericanas alrededor del cempasúchil la asociaron principalmente al uso ceremonial religioso en las celebraciones del Xantolo para Día de Muertos, ya que consideraban que sus flores representaban al sol y servían para iluminar el camino de las almas en su peregrinar hacia el inframundo. Así, nuestros campesinos mantuvieron la tradición de cultivar pequeñas parcelas y huertos familiares para proveer de flores a sus familiares difuntos”, indica la Sader. Sin embargo, hoy esa producción se hace en gran medida con semilla extranjera.

El doctor en Ciencias Biomédicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Luis Sánchez Millán, precisa que las plantas de cempasúchil de maceta son hembras, esto quiere decir que no producen semilla, y si la producen, pueden no ser viables para su germinación.

El ataque del Dragón rojo

México no solamente está importando parte de la semilla con la que cultiva la flor de cempasúchil ornamental para la temporada de Día de Muertos. En realidad, su desplazamiento por parte de otros países, principalmente China, empezó antes. De 1960 a 1990 empresas mexicanas con liderazgo internacional controlaban la agroindustria de los carotenoides de la flor de cempasúchil en México. Los carotenoides son un pigmento natural que se extrae de la flor y se usa en la industria avícola, farmacéutica y de cosméticos, principalmente.

La piel de los pollos no es amarilla, como tampoco lo es la yema de huevo. Éstas se pintan con pigmentos extraídos del cempasúchil como la luteína y zeaxantina. El doctor Sánchez Millán explica a Forbes México que para obtener los pigmentos, se deshidrata la inflorescencia (flores) de cempasúchil, se macera y se obtiene harina, a la que se le extrae el pigmento con un disolvente orgánico. “Lo que se obtiene es una oleorresina, que tiene una alta concentración de carotenoides”.

De acuerdo con el investigador de la UNAM, actualmente el valor de mercado del pigmento que se obtiene a partir del cempasúchil está entre 25 y 26 centavos de dólar por gramo. Estimaciones del también investigador de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán indican que México importa aproximadamente 100 millones de gramos de pigmento al año (90% procede de China). A un costo de 26 centavos de dólar por gramo, estaríamos hablando de una inversión de 26 millones de dólares que México destina a importar un producto derivado de una flor de la que es centro nativo en el mundo.

Un reporte de junio de 2018 de la consultora BBC Research, señala que en 2017 el mercado mundial de carotenoides alcanzó un valor de 1.5 mil millones de dólares y para 2022 se espera que incremente a los 2 mil millones de dólares. Visionarios como son, resalta el doctor Sánchez Millán, los chinos detectaron la oportunidad económica de esta agroindustria y en los primeros años del siglo XXI empezaron a despuntar. “Los chinos le han metido mano (a las variedades de cempasúchil) en términos de fitomejoramiento para producir flores más densas y con más cantidad de pigmento”.

En cinco años pasan de (tener flores con) 20 a flores con 26 gramos (de pigmento). En términos de la genética clásica eso no se logra en tan poco tiempo, se requiere de más. Lo más probable es que le metieron mano desde el punto de vista de la modificación genética. En muy poco tiempo obtuvieron variedades de alta concentración”, señala. En 2008, él y un equipo de investigadores encontraron una variedad de cempasúchil en Huauchinango, Puebla con 18 gramos de concentración de pigmento, pero en México esta agroindustria decayó desde finales de los años 90 y hoy solo produce con fines ornamentales para Día de Muertos, y con semilla extranjera en muchos casos.

¿Por qué China desplazó a México como un productor industrial de cempasúchil? Se le pregunta a la Sader. La respuesta: empresas mexicanas que de 1960 a 1990 controlaron la agroindustria del cempasúchil (como Bioquimex, Alcosa, Prodemex) “empezaron a trasladar su esquema productivo a países como China, Perú e India, considerando la ventaja comparativa que representaba en ese momento la mano obra más barata y abundante en esos países”. Hasta hoy la pizca de la flor de cempasúchil se realiza de manera manual, lo que incrementa sus costos de producción.