Apps para comprar vuelos baratos con el truco del ‘skiplagging’

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Comprar vuelos baratos es todo un arte. Como las aerolíneas tienen en cuenta un montón de variables para fijar los precios, los consumidores podemos utilizar turcos para intentar conseguir los mejores precios. Por ejemplo, no es lo mismo comprar un vuelo de ida y vuelta a Nueva York desde Madrid que desde la ciudad estadounidense. Tampoco es lo mismo comprarlo con tres meses de adelanto o con dos semanas. Y también hay una gran diferencia si compramos múltiples trayectos o si volamos directos.

Esta última variable, la de los trayectos, es la que explotan una serie de aplicaciones para móviles que se se aprovechan de un fenómeno llamado ‘skiplagging’ («saltarse vuelos») que mucha gente usa para conseguir viajar de forma más barata en avión.

Tal y como explican en este artículo de la CNN, el truco consiste en querer viajar, por ejemplo de Madrid a Nueva York, pero no comprando un vuelo directo, sino haciéndose con uno cuyo destino final es Los Ángeles, pero que hace escala en la Gran Manzana.

Los pasajeros que hacen este apaño vuelan a Nueva York pero en vez de continuar hasta su supuesto destino final, se bajan en la ciudad de la Estatua de la Libertad. Aunque parece poco lógico, el precio de los billetes es más económico que si se compra el vuelo directo a Nueva York.

Y para que nadie se rompa la cabeza haciendo cálculos sobre cómo llegar del punto A al punto B sin llegar al punto C y ahorrarse unos cuentos euros, algunos avispados han creado sus propias apps que hacen los cálculos necesario para conseguir vuelos baratos.

Una de ellas es Skiplagged, en la que solo hay que escribir el nombre de la ciudad a la que queremos llegar y el programa nos mostrará las opciones más económicas.

¿Qué opinan las aerolíneas de estas prácticas?

Evidentemente, no están nada felices. Primero, porque pierden dinero al no poder vender un billete directo a la ciudad de destino. Segundo, porque pierden aún más dinero porque dejan un asiento vacío en el último segmento del vuelo, ese al que no se suben los que practican ‘skiplagging’. Y tercero, porque sus sistemas informáticos son incapaces de frenar este tipo de prácticas.

Por este motivo, aerolíneas como United Airlines y Lufthansa han demandado al creador de Skiplagged y han incluido algunas cláusulas en las condiciones de venta de billete en las que se exige que el pasajero no se salte ningún trayecto, aunque este tipo de cláusulas son de dudosa legalidad e inmorales, sobre todo si procede de una industria que vende más billetes de los que puede asumir –el famoso overbooking-. Parece que el ‘skiplagging’ es la venganza de los viajeros ante los desmanes de esta industria.